En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos, terminada la travesía, tocaron tierra en Genesaret, y atracaron. Apenas desembarcados, algunos lo reconocieron, y se pusieron a recorrer toda la comarca; cuando se enteraba la gente dónde estaba Jesús, le llevaban los enfermos en camillas. En la aldea o pueblo o caserío donde llegaba, colocaban a los enfermos en la plaza y le rogaban que les dejase tocar al menos el borde de su manto; y los que lo tocaban se ponían sanos.
Todos los que tocaban la orla del manto de Jesús se curaban. Hoy vemos a Jesús con sus discípulos recorriendo la comarca. Allí curaba a todo el que se le acercaba. ¿Dónde podemos encontrar a Jesús hoy para tocar su manto y quedar curados? Si somos sus discípulos debemos salir a recorrer la comarca. "Salir a las periferias" nos diría el Papa Francisco. Allí, en los pobres, en los enfermos, en los abandonados, los perseguidos...encontramos a Jesús. Es amando a todo el mundo, a aquellos que no son "de los nuestros", a los que nada tienen...como nosotros tocamos la orla del manto de Jesús y quedamos curados. El Amor, el verdadero Amor, es el que nos lleva a Jesús. Salir de nosotros mismos para ir a su encuentro. Y Él está en los pobres...
No hay comentarios:
Publicar un comentario