viernes, 15 de marzo de 2024

NO LO RECONOCÍAN



Algún tiempo después andaba Jesús por la región de Galilea, pues no quería seguir en Judea porque los judíos lo buscaban para matarlo.  Se acercaba la fiesta de las Enramadas, una de las fiestas de los judíos,
Sin embargo, cuando ya se habían ido sus hermanos, también Jesús fue a la fiesta, aunque no lo hizo públicamente sino casi en secreto.
Hacia la mitad de la fiesta entró Jesús en el templo y comenzó a enseñar.
Algunos de los que vivían en Jerusalén empezaron entonces a preguntar:
– ¿No es a este a quien andan buscando para matarle? Pues ahí está, hablando en público, y nadie le dice nada. ¿Será que verdaderamente las autoridades creen que este hombre es el Mesías? Pero nosotros sabemos de dónde viene; en cambio, cuando venga el Mesías, nadie sabrá de dónde viene.
Al oir esto, Jesús, que estaba enseñando en el templo, dijo con voz fuerte:
– ¡Así que vosotros me conocéis y sabéis de dónde vengo! Pues yo no he venido por mi propia cuenta, sino enviado por aquel que es digno de confianza y a quien vosotros no conocéis. Yo le conozco, porque vengo de él y él me ha enviado.
Entonces quisieron apresarle, pero nadie le echó mano porque todavía no había llegado su hora.

En Jerusalén no lo reconocieron. Vieron que predicaba pero no lo relacionaron con el Mesías. Este Jesús sabían de dónde venía, conocían su familia...El Mesías debería ser alguien maravilloso. ¿Lo reconocemos nosotros?¿Sabemos verlo en aquel que se nos acerca?¿En el pobre, el enfermo, el perseguido, el hambriento? Quizá también estamos esperando alguien extraordinario y no al verdadero Jesús, humilde, sencillo, misericordioso...

"Las noticias se dan tan rápidamente que a menudo no da tiempo a pasar de los titulares. Y los titulares son cada vez más cortos, porque no hay paciencia, ni disposición mental para ir más allá. Y, como lo dice el periódico, o el internet, o la tv, se cree a pies juntillas. Pero no da tiempo a ir al fondo de la cuestión. Este mal no es solo de tiempos modernos. Los del tiempo de Jesús decían que sabían de dónde venía: un galileo despreciado, el hijo de un artesano.
Pero era un galileo, un hijo del artesano algo distinto. “¿Así que saben de dónde vengo?”, dice. Pues habría que mirar un poco más allá. Siempre hay que mirar un poco más allá y el resultado es algo asombroso y maravilloso. A veces nos podemos quedar con la figura del Jesús histórico, en todo su sentido admirable y bueno. Un hombre extraordinario que pasó haciendo el bien. Un personaje que causa admiración por sus palabras y por su atractiva manera de ser. Pero hay que mirar un poco más allá: “Soy de él y él me envió”. Es decir, no es un hombre cualquiera, sino alguien que habla libremente, porque sabe de dónde viene. No es que le moleste ser de Galilea, sino que mira a su verdadero origen. No es que niegue a sus padres, sino que, además, apunta a su Padre, al origen divino. No es que no haga “buenas obras”, sino que ES la salvación.
La lectura del Libro de la Sabiduría presenta ese modo de pensar superficial que ha dominado muchas veces y hoy día sigue dominando: creen saber de dónde viene, pero se dan cuenta de que su presencia va mucho más allá, y eso molesta: “Presume de que conoce a Dios
y se proclama a sí mismo hijo del Señor. Ha llegado a convertirse en un vivo reproche
de nuestro modo de pensar y su sola presencia es insufrible, porque lleva una vida distinta de los demás y su conducta es extraña.”
Es decir, el Justo no se acopla a lo que es “normal”, a la superficialidad. Va más allá y eso obliga a pensar. Parece ser que el testimonio cristiano tiene que ir también más allá y quizá ser reproche y desafío. Difícil; pero nos obligaría a pensar más allá: a reconocer de dónde venimos de verdad y hacia dónde caminamos. Nos hará preguntarnos si llevamos una vida distinta a la de los demás. ¿En qué tendríamos que ser distintos? ¿Tenemos el valor de serlo?"
(Carmen Aguinaco, Ciudad Redonda)

1 comentario:

  1. El Messies hauria de ser algú meravellós. Ho reconeixem nosaltres? Ho sabem veure en aquell que se'ns acosta? En el pobre, el malalt, el perseguit, el famolenc? Potser també estem esperant algú extraordinari i no el veritable Jesús, humil, senzill, misericordiós...

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