viernes, 22 de agosto de 2025

EL PRINCIPAL MANDAMIENTO

 


Los fariseos se reunieron al saber que Jesús había hecho callar a los saduceos. Uno de aquellos, maestro de la ley, para tenderle una trampa le preguntó:
– Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la ley?
Jesús le dijo:
– ‘Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente.’ Este es el más importante y el primero de los mandamientos. Y el segundo es parecido a este: ‘Ama a tu prójimo como a ti mismo.’ De estos dos mandamientos pende toda la ley de Moisés y las enseñanzas de los profetas.

Amar a Dios y al prójimo. Jesús nos dice que es lo mismo. Porque a Dios lo encontramos en el otro, en el más necesitado, el perseguido, el pobre y enfermo. A lo largo de la historia vemos, que los cristianos, lo hemos olvidado muchas veces. Examinémonos nosotros y veamos si realmente amamos a los demás. Si sabemos ver a Dios en el otro, incluso en aquel que nos cae mal.

"La sencillez y la astucia no tienen porqué estar reñidas. Así nos lo enseñó Jesús, y así lo vivió él.
En el evangelio de hoy, los fariseos quieren ser más que los saduceos, a los que Jesús “había hecho callar”. Por eso quieren poner a prueba a Jesús, con una pregunta en la que, supuestamente, ellos eran expertos: cuál es el mandamiento principal de la Ley.
La “Ley”, para los judíos, se refería principalmente a la Torá, los cinco libros atribuidos a Moisés (Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio). Esta Ley era considerada la base de su fe, revelación de la voluntad de Dios y guía para la vida religiosa y civil. Además de la Torá escrita, la Ley también incluía la tradición oral, interpretaciones y enseñanzas rabínicas que se habían transmitido a lo largo de generaciones. La Ley no solo incluía normas religiosas, sino también leyes civiles y morales, todas consideradas como un sistema unificado. Más que el actual concepto de “ley”, se vivía como “enseñanzas” para la vida, si bien su amplio desarrollo hacía que fuera algo complicado. Había maestros de la ley más estrictos, que exigían el cumplimiento riguroso de todas las normas, mientras que otros eran más abiertos, centrándose en lo más importante.La pregunta de los fariseos a Jesús tenía, pues, su peligro: según lo que respondiera, podían acusarlo de estricto o de laxo, o buscar el modo de criticarle. Por eso Jesús opta por una respuesta esencial, que va a lo fundamental, respondiendo con palabras tomadas de la misma Torá: lo más importante de la vida es amar al Señor con todo el corazón… y al prójimo como a uno mismo. Eso es cumplir la “Ley” y poner las bases para una vida humana digna. Desde el amor de Dios, que nos amó primero.
Sencillos y astutos: así estamos llamados a ser en nuestro mundo, que a veces desprecia nuestra fe, o que la lleva a extremos inhumanos. Como Jesús, recibiendo el amor del Padre, y dándolo cotidianamente a los demás. En ello está el secreto de la vida.
Gracias, Señor, por tu valentía:
respondes a quien te pregunta.
Gracias, Señor, por tu sencillez:
en ti no hay afán de venganza frente a quienes te atacan.
Gracias, Señor, por recordarnos lo más importante:
solo el amor salva.
Dame tu sabiduría, para vivir contigo y como tú."
(Luis Manuel Suárez cmf, Ciudad Redonda)

No hay comentarios:

Publicar un comentario