martes, 26 de agosto de 2025

EL VERDADERO CUMPLIMIENTO

 


¡Ay de vosotros, maestros de la ley y fariseos, hipócritas!, que separáis para Dios la décima parte de la menta, del anís y del comino, pero no hacéis caso de las enseñanzas más importantes de la ley, como son la justicia, la misericordia y la fidelidad. Esto es lo que se debe hacer, sin dejar de hacer lo otro. ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito y tragáis el camello!
¡Ay de vosotros, maestros de la ley y fariseos, hipócritas!, que limpiáis por fuera el vaso y el plato, pero por dentro estáis llenos de lo que habéis obtenido con el robo y la avaricia. Fariseo ciego, ¡limpia primero el vaso por dentro, y así quedará limpio también por fuera!

A veces queriendo cumplir hasta el mínimo detalle, podemos olvidarnos de lo más importante. Podemos rezar mucho, ayunar, hacer penitencia...y olvidarnos de amar a Dios y de amar al prójimo.
Podemos estar, como decíamos ayer, más preocupados por las apariencias, que por amar de verdad. Si estar de rodillas o de pie, en la boca o en la mano...y olvidarnos del hermano que sufre, que no tiene nada...O tratamos injustamente a la gente. ¿Qué diría Jesús de nosotros?

"La mentira es como una capa de brillo artificial que oculta ponzoña. Y la ponzoña tiene una extraña propiedad de hervir hasta desbordarse por encima de la superficie hermosa. Una corrupción se tiene que tapar con otra y otra con otra. Mientras tanto, se trata, por todos los medios, de que lo de fuera parezca precioso, dulce, tierno y elegante. Engaña por un tiempo, quizá, pero al final, como es falso, empieza a cansar, pasa a ser sospechoso, y termina por descubrirse lo que había debajo. La hipocresía es gradualmente transparente.
A nuestro alrededor, continuamente vemos esa mentira, a nivel personal o colectivo. Y la ponzoña va brotando imparable como si estuviera hirviendo. Vemos a todas horas rostros en televisión que nos aseguran que ellos son buenos y todos los demás malísimos; pero ya no pueden por más tiempo ocultar la verdad. Y lo mismo ocurre a nivel personal; como una mentira lleva a otra, al final no se recuerda la primera y la bola explota. (...) "
(Carmen Aguinaco, Ciudad Redonda)

No hay comentarios:

Publicar un comentario