Lo hago con frecuencia. Tomo un libro del Hno. Adriano y leo un fragmento. Hoy se trataba de "Interrogantes desde los marginados". He leído lo que escribió el 13 de noviembre de 1987. Sabéis que estos últimos días he intentado buscar palabras, respuestas, algo que dar...con poco éxito. Me ha hecho bien (por lo de mal de muchos consuelo de tontos) y lo comparto con vosotros.
"Parece como si el cielo se enredara en una cortina de humo. No hay horizonte. No cabe esperanza. El techo está tan aplastado que impide respirar. Ni Dios puede asomarse. No parece haber solución para nada. No sé ya cómo encender ilusiones. No tengo palabras de antorcha para nadie.
¿Qué puedo ofrecer a una jovencita prostituta que vende su cuerpo para costearse la heroína? ¿Y a una prostituta vieja, cuyo cuerpo ya no quiere comprar nadie?
¿Qué ofrecer a un drogadicto, si para curarse necesita dinero y dinero, casi tanto como para pincharse? ¿Si aunque pudiera y pueda, tendrá que seguir primero un rosario de encuentros y fichas y preguntas y ponerse en la lista de espera durante meses?
¿Qué ofrecer a un niño de la calle, si la escuela no le sirve, si en la escuela le van a rechazar, si no tiene verdaderamente amor de nadie?
¿Qué ofrecer a un joven delincuente, que si deja la delincuencia se ha de convertir en un desgraciado borrego, sin capacidad para vivir su juventud?
¿Qué ofrecer a los parados que ven desmoronarse toda su vida, su familia?¿Qué ofrcerles si cada mes son unos miles más los parados?
¿Qué digo a las madres de drogadictos, cuando me llamen simplemente para que escuche su llanto y su desesperación?
¿Qué le digo al que lleva meses y meses esperando juicio, si para los señores del Palacio él, su persona, no cuenta para nada ni vale nada?
¿Qué ofrecer al que pide por sobrevivir?
¿Qué decirles a los que quedan sin casa y se han de meter en una mala pensión?
¿Qué les digo a los que me llaman para pedir trabajo?
¿Por qué todo esto?
¿Por qué este mundo tan maravilloso, que Dios ha puesto en manos de los hombres, los hombres nos empecinamos en hacerlo inhabitable?
¿Por qué los hombres no nos comportamos como hermanos?
¿No es posible que algunos tengan y despilfarren un poco menos, para que otros tengan lo indispensable?
¿Por qué Dios nos tolera así, con esta crueldad insensible, fría, calculada, desenfrenada?
¿Por qué?
Ya lo veis. Todos tenemos días en que no vemos nada...Algunos todo lo tienen claro. Basta seguir lo que dice el libro, el maldito libro de instrucciones, que escriben los opresores...
Querido Joan, ¿ que dificil verdad? El techo nos cae encima, el mundo se nos hace estrecho, desaparece el horizonte... y hemos de seguir viviendo... arrastrandonos por el suelo. Buscamos la dignidad de hombres, la justificación a todo esto y... ¡ mierda¡ siempre la duda revoloteando sobre nuestras cabezas...
ResponderEliminarTe decia: " no quiero utilizar esas palabras tan "manoseadas"; Dios y su consuelo, Dios y ... " No Joan , no, mientras el HOMBRE no le de el nombre que en verdad tiene: CONCIENCIA.
No quiero hablar de la estupidez humana, ni de como hacemos "dormir" lo que nos "molesta" o de como metemos la cabeza en la tierra....dejando el culo fuera.
Desesperados, buscamos respuestas al dolor....
Tal vez porque en estos momentos estoy más "atenta" a cualquier palabra, hecho o sentimiento que me ayude a llevar la carga o, quién sabe, si para encontrar lo que busco desde siempre, anoche, ya ves, pura coincidencia, oi a Saramago en una entrevista, vi , durante unos minutos una pelicula sobre un palestino suicida, y escuche una frase que me llego al alma: " Donde hay dolor, es sagrado" ¿ Puedes creerlo? Fue , todo ello, un consuelo.
Le explicaba a mi hijo que, todo hombre busca su clavo ardiendo... y eso es un recurso noble y respetable. No ha todos nos sirven los mismos ideales, por eso , jamás, hemos de juzgar o arrastrarlos por el barro. Pisamos, nos burlamos,juzgamos... pero, lo que en verdad ayuda es el tender la mano y tirar con fuerza del otro. Estar. Ser.
No tengo palabras para agradecer esas manos tendidas... con respuestas o simplemente con la tibieza que proporciona una piel amiga.
Confieso que sentir eso, me hizo levantar la mirada y ver un horizonte.... sin mentiras, un horizonte no muy hermoso pero, horizonte a fin decuentas.
Adriano encontró un camino para todos los marginados; escribir, contar, hablar de ellos. Consuela el hambre el saber que existe un hombro amigo.
Vaya, olvidaba a los opresores...
No sé, seguro que me equivoco pero, ellos, llevan una pesada cruz; Pasar la vida juzgando y castigando, a de pesar lo suyo.
Un abrazo, un abrazo, de vida.
Porque Dios nos Ama como solo El puede hacerlo. Por eso, Joan. Si no fuera así, estoy hubiese reventando ya hace miles de años... :-(
ResponderEliminarBesos y abrazos.
Preguntas, eternas preguntas a las que es difícil darles respuestas reales, no almibaradas
ResponderEliminarCuánto echo de menos el contacto directo con los chavales y con ese mundo del que habla el Hno. Adriano, y cuánto aprendí entonces de todos ellos.... espero volver a acercarme de nuevo en algún momento, aunque ahora tenga que ser algo diferente
Realmente hay días muy oscuros, en los que no se ve nada o casi nada, será un problema de cataratas....????
Con tu permiso me llevo esta entrada para mi archivo
Un abrazo y feliz tarde
Soqui
P.D.- se me fue el comentario brrrrrrr, es que da una rabia.........-))
Hola JOAN ,estos han sido (aún son)unos dias tristes por la razón que sabemos.Como dice Gloria en su comentario "lo que de verdad ayuda es tender la mano y tirar del otro"..En esa mano que tendemos ,de alguna manera está SU mano..
ResponderEliminarGracias por compartir esta carta ..
Un abrazo...isa
Querido Joan Josep, pásate a mi blog "El mundo de Marisol". Lee el artículo y ve el segundo vídeo. El mensaje es hermoso. No te da respuesta a tus preguntas, pero sí creo que te dará consuelo. Ese es mi deseo.
ResponderEliminarTe abrazo desde Berlín.
La música de fondo es preciosa!!!!!!!!!!!!
Me gusta la música de fondo ¿ tienes la URL ?
ResponderEliminarUn beso
Son tantas las ocasiones en que nos deprime ver lo que ocurre a nuestro alrededor, que corremos el riesgo de insensibilizarnos totalmente, de que no nos afecte el sufrimiento ajeno, de quedar "vacunados". Máxime cuando no tenemos respuesta eficaz ni podemos hacer gran cosa. Esta visión de nuestra imposibilidad material, nos viene como anillo al dedo para justificar nuestra más que frecuente apatía ante estos hechos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pepe.
Sin esos momentos de desánimo, sin esa niebla que de vez en cuando nos oculta el paisaje, no seríamos más que unos inconsecuentes con el espíritu paralizado. Motivos para verlo todo oscuro, pues sí, pero hay que tener presente que cada día vuelve a salir el sol.
ResponderEliminarUn abrazo grande.
Montse