Estos días por circunstancias personales y por el sufrimiento de personas muy cercanas a mi, aunque sea virtualmente, mi meditación sigue esta línea.
Vivimos en la ilusión sobre nosotros mismos. Somos, cuando lo hacemos honestamente, bastante claros juzgando a los demás. No ocurre lo mismo al juzgarnos a nosotros. O nos creemos magníficos o nos creemos abominables, pero nos es muy difícil vernos como somos en realidad. Y hemos de conocernos tal como somos, personas que ansiamos amar y ser amados, llenos de dones y belleza, pero...también frágiles y heridos. La vida nos ha ido ensuciando con su barro e hiriendo con sus espinas...Y es bueno reconocer, tocar esas heridas. Solemos ocultarlas a los demás y a nosotros mismos. De esas heridas nace el sentimiento de culpabilidad, que nos puede ayudar a cambiar, o que nos puede hundir en la desesperación si nos quedamos sólo en él.
En esos momentos es cuando precisamente hemos de dejar a Dios que se acerque a nosotros. ¿Sabéis que ese es el verdadero sentido de la Navidad, de la Encarnación? Dios que entra, se encarna en nuestro ser, en nuestra miseria, en nuestras heridas. Por eso nace en la miseria, en la pobreza. Él entra en esa parte cerrada, oscura y dolorosa de nuestro ser para liberarnos.
Perdonad esta entrada. Querría transmitir a una persona que amo y que ahora está sufriendo terriblemente, todo lo que siento en este momento. Como siempre, no sé como hacerlo...
Lo haces perfectamente. Tu Amor, tu Sentir.. estoy segura que le llega profundamente y sentirá un soplo de consuelo, un minuto de descanso...
ResponderEliminarTe Abrazo Joan.
Hari
Mi querido Joan..
ResponderEliminarDe puro atrevida que soy en este momento, confieso que, esta entrada, tus palabras sabias, llenas de sentimiento, me llegaron, tocaron mi alma, y aunque ahora mismo estoy llorando, y apenas puedo escribir, quería agradecerte esta caricia que nos das, sé, que estoy especialmente sensibilizada, me tocó vivir momentos duros donde se me arrancó de mi lado, seres muy queridos, de golpe, como siempre ocurre sin avisar..esto hizo que mi salud fisica, mi restablecimiento que ya es lento, se haga más lento todavia..el vacio, la pena, son heridas que necesito urgentemente restaurar en positivo, y a pesar de saber que puedo, hoy por hoy, me siento débil, frágil, no lo sé explicar de otra forma.. tal vez, no se entendería, pero en el fondo sé que vos, te das cuenta de lo que llevo impreso en el alma y el corazón.
Besotes, Oriana..
Enamorada de la Vida!
Opino como Hari, tú piensas que no sabes hacerlo, pero te sale estupendamente y estoy segura de que lo va a sentir en lo profundo de su corazón
ResponderEliminarUn abrazo
Soqui
Sí, Joan, esa persona querida sentirá tu apoyo y tu consuelo. No voy a repetir lo que ya se ha dicho, pero no te quepa duda que tu mensaje ha llegado a su alma y le conforta.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Montse
La aceptación y comprensión de nuestra fragilidad tanto física como espiritual suele ser una asignatura pendiente en la mayoría de nosotros. Quizá porque no sabemos separarnos suficientemente de "nuestras querencias" para poder tomar perspectiva.
ResponderEliminarUn abrazo
Pablo
Joan, querido amigo, ¿ quién puede sentirse magnifico o abominable? Ambos sentimientos están envueltos en la más terrible de las soberbias... así lo veo. Por mi parte, me siento una mediocre hormiga que camina y aprende, una pequeña persona que intenta saber y encontrar su sitio, sin empujar, ni hundir a nadie. Aun así, en momentos, cuando alguien busca mi mano para apoyarse, cuando se me permite llorar y compartir un dolor que desborda... algo bueno nace y crece dentro de mi... ¿ Cómo llamarlo? No, no quiero ponerle nombre, me digo que mi misión es la de aliviar aquello que nos rompe el alma... poner una sonrisa en el rostro de los que amamos o de aquel que se esconde tras las cortinas de la "entereza". Veo que somos muchos los que pasamos "malas" noches, dolorosas madrugadas interminables... los que amontonamos preguntas sin respuestas posibles, los que buscamos la calidez de las palabras amigas...
ResponderEliminarEstoy segura, sé, que tus sinceras palabras han de lograr el consuelo de ese corazón que las reciba... el mio, lo has tocado. A estas horas, se abre otra madrugada de espera... muchas más preguntas enredadas en lagrimas.
Mi abrazo, siempre fuerte y sincero.
Creo que has trasmitido perfectamente tu sentir y esa persona lo habrá notado.
ResponderEliminarComo siempre ,hay frases en esta entrada que me hacen meditar ..Joan,que idea tan equivocada seguimos teniendo de Dios y de su amor..
Un abrazo en estos momentos y siempre..
isa
de curar las heridas se cuida el tiempo o un buen sicólogo, Dios a veces o mejor dicho la gracia divina encarnada en Cristo y las más de las veces la honestidad para con nosotros mismos. Cuando me ocurre algo calamitoso o deplorable, me paso años intentando entrever cuál ha sido mi parte de culpa (que la debo tener)y exclamo "¿qué he hecho yo para merecer esto, dios mío?" y algo me dice que lo tengo que averiguar. Cuando lo consigo ya tengo mi pequeño premio, el sentirme más liviana y pensar que en este mundo de dolores, todos llevamos una cruz y que a mi me ha tocado ésta. Luego viene el buscarle la parte positiva (que la debe haber) aunque tarde años. Un saludo Joan Josep
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