Hoy no voy a colgar música. Ayer estuve en la presentación del libro "Monseñor Romero. Vida, pasión y muerte en El Salvador". Esta mañana me encuentro con esta carta de Juanjo, un antiguo alumno de La Salle Córdoba (hasta aquí alguno podría creer que soy yo), misionero Comboniano, obispo de Bangassou, República Centro Africana. Perdonan por la longitud, pero me parece interesante. Por un lado nos muestra algo que ocurre todos los días en algún lugar u otro de la Tierra, pero que los señores periodistas deciden que no interesa y no publican. Por otro lado muestra la verdadera Iglesia, mi Iglesia, la de Jesús, es decir la del pobre, del perseguido, del olvidado. (No la de los pederastas, la de las vestiduras y ceremonias fastuosas)
Juanjo es misionero comboniano, antiguo alumno de La Salle en Córdoba.
Queridos amigos: Ante todo Feliz Pascua y que el Seños Resucitado nos acompañe en nuestro caminar y nos ayude en nuestra vida. Os mando un artículo que he recibido de Juanjo, donde explica la situación que está viviendo en algunas zonas de su Diócesis por la violencia de un grupo armado que no deja de causar estragos entre la población. Él ha pasado la Semana Santa con la gente de estas zonas tan castigadas y tan necesitadas de un poco de alegría. Leedla con atención, merece la pena, para comprender como la gente más pobre de su Diócesis sufre en propias carnes una violencia de la que ellos son simplemente daños colaterales.
Queridos amigos: Ante todo Feliz Pascua y que el Seños Resucitado nos acompañe en nuestro caminar y nos ayude en nuestra vida. Os mando un artículo que he recibido de Juanjo, donde explica la situación que está viviendo en algunas zonas de su Diócesis por la violencia de un grupo armado que no deja de causar estragos entre la población. Él ha pasado la Semana Santa con la gente de estas zonas tan castigadas y tan necesitadas de un poco de alegría. Leedla con atención, merece la pena, para comprender como la gente más pobre de su Diócesis sufre en propias carnes una violencia de la que ellos son simplemente daños colaterales.
Último ataque de la LRA a Rafai
La ciudad de Rafai está a 150 Km de Bangassou (Centroáfrica), la diócesis en donde, desde hace 12 años, estoy llevando el servicio del episcopado. Si Rafael significa “medicina de Dios”, Rafai se convirtió el domingo pasado en la antesala de la brutalidad y el desquiciamiento. Otra vez los rebeldes de la LRA (“ejército de resistencia del Señor”) que, como ya he dicho otras veces, no son ni ejército, ni resisten a nada más que a su chiflada andadura, ni son del Señor porque son simplemente unos bárbaros criminales que pisotean a mi gente, secuestran niños, violan seres indefensos y matan en la más completa impunidad. Ya el 17 de febrero pasado atacaron Rafai, saquearon la misión, vaciaron los cuartos de los franciscanos, aunque ya de por si su ajuar suele ser raquítico, aterrorizaron a la pareja de cooperantes franceses que estaban dando dos años de vida en la enseñanza y les robaron todo incluso el traje de novia que ella se había bordado con telas africanas para casarse el jueves santo. Ambos, noqueados y hundidos, se fueron a pasar la noche en una sala parroquial, en el suelo, hechos un ovillo, hasta que al amanecer del día siguiente los evacuamos de allí. Hastiados de tanta violencia gratuita, abandonaron el colegio y se volvieron a Paris.
Lo del domingo 21 de marzo fue mucho peor, un ataque lleno de crueldad sin límites contra una población indefensa. La LRA es un grupo de pirados que dan tumbos por la selva de tres países desde el 2007. Cuando el pequeño grupo de gendarmes locales vio llegar a media tarde tres docenas de exaltados ugandeses, tatuados de máscaras, tocados de gris-gris mágicos “ahuyenta-balas” y gritando a todo pulmón, se les vino el alma a los pies y el poco ánimo de resistir al ataque, se les evaporó con el miedo. La LRA arrasó Rafai como una apisonadora machaca la hierba del camino. Robaron graneros, a intervalos de ráfagas de metralla dura, quemaron las casas, acabaron a machetazos con los heridos y dejaron Rafai humeante de fanatismo agresor y de impotencia local.
La noche de histeria colectiva y llanto fue horrorosa. Los pocos que no huyeron a la selva no sabían si los desaparecidos se habían escondido o eran víctimas de un secuestro. Al día siguiente, el padre de la misión, hierático de rabia y desamor, contaba los muertos y organizaba el entierro, católicos y protestantes juntos en la misma tumba porque los pastores de las respectivas iglesias seguían huidos en la selva. Un funeral en la intimidad, poblado de sombras de los familiares desaparecidos en la selva. Ayer vi de refilón en la T.V. el entierro de un gendarme muerto en suelo francés por terroristas de Eta. El presidente francés asistió a la ceremonia y el español también. Un solo gendarme congregó a dos presidentes. El padre franciscano enterró los 8 cadáveres en una discreta soledad, con una suave brisa meneando los árboles por todo acompañamiento de banda militar, tragándose las lágrimas y mirando de reojo por si había movimientos sospechosos. Por supuesto, ni un solo funcionario acudió al sepelio, ni un simple subsecretario de algo, imaginemos a alguien del gobierno, inmerso en otros quebraderos de cabeza. Tan sólo los franciscanos, los muertos y Dios. Este último, tal vez, profundamente compungido.
Mandé otra vez el coche para sacar de aquel infierno a las 5 hermanas congoleñas de la misión. Es la segunda vez en pocas semanas. Llegaron a Bangassou noqueadas y tristes. Los padres se quedaron allí para dar coraje a la población. Ellos, el coraje, lo reciben de lo Alto. La escuela se cerró provisionalmente hasta que quiera la LRA o quien sepa arreglar este desaguisado que nos lleva poniendo de rodillas desde hace 3 años. Ya se hacen quinielas para pronosticar la siguiente misión que será saqueada. Yo me inquieto mucho por el personal religioso, los sacerdotes autóctonos y la pobre gente que puede ver perdido en un instante el fruto de años de esfuerzos, o peor aún, la vida. No me recuerden el refrán “al perro flaco todo son pulgas”. Piensen mejor en la última escena de la película “La misión”, cuando el eclesiástico español se mira al reflejo de la ventana, espoleado por el embajador portugués que le está contando como la misión entre los guaraníes ha sido aniquilada y dice: “¡Así es la vida, así la hemos hecho, así la he hecho!”.
Bangassou 24 Marzo 2010
Mons Juan José Aguirre
Obispo de Bangassou (Centroáfrica)
Dentro de la Iglesia hace falta otro nuevo Concilio ecuménico...no obstante la violencia gratuita y absurda continuará azotando a los débiles y sumisos.El por qué permite Dios el mal en el mundo seguirá siendo la piedra de escándalo entre los hombres...sólo Dios lo sabe...
ResponderEliminarAbrazos.
Joan, voy muy mal de tiempo últimamente y cuando tengo un ratito, pienso en todo menos en ponerme en el pc, la verdad. Apenas unos minutos. Pero quería decirte que, aunque no te escriba, te leo y que tus reflexiones siguen siendo muy aleccionadoras para mi.
ResponderEliminarUn Besazo y un Abrazo.
Benvolgut Joan, davant una carta tan brutalment colpidora, sobra tot comentari que se'm pugui acudir. M'imagino que després d'haver viscut unes experiències com aquestes, ha de ser força difícil adaptar-se a allò que anomenem el primer món, tan o més salvatge però amb actituds més sibil·lines.
ResponderEliminarNomés puc fer-te una gran abraçada des de la distància.
Realmente duro como ocurre en estos paises y a estas buenas gentes.Pero esto,no es noticia que congregue a la gente en la televisión,ni al político en un funeral.
ResponderEliminarDe todos modos,sobraban todos si en él estaban los religiosos y Dios como únicos acompañantes.
Cómo podemos reivindicar ayuda para acabar esta barbarie?
Besos dolorosos
Agua
Esto no sale en la tele, tienes razón pero, ¿acaso importa o añade una agrasividad inexistente? Joan , el mundo , comienza a asustarme, a aterrorizarme a ....
ResponderEliminarCreo que los años me van restando fuerzas y el miedo se abre camino. En todos los lugares del mundo el hombre se despedaza, mata, viola, corrompe, se olvida de la mejor parte con la que , supuestamente, nace.
Un beso en esta mañana de domingo lluvioso.
Gloria
Joan es estremecedor...no,esto no sale por televisión ,ni en los periodicos,no interesa..No tengo palabras ,ahora mismo tengo un nudo en la garganta..
ResponderEliminarUn abrazo..isa