domingo, 25 de abril de 2010

LO ESCUCHAMOS Y LO SEGUIMOS, PORQUE ÉL NOS CONOCE...


"En aquel tiempo, dijo Jesús:


- Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos y nadie puede arrebatarlas de la mano de mi Padre. Yo y el Padre somos uno."


Este año el Evangelio de hoy es este pequeño fragmento del relato de Juan conocido como el Buen Pastor. Es una de las figuras más certeras de la persona de Jesús y ya la encontramos representada en las catacumbas y en los monumentos paleocristianos. A Jesús le gustaba esta imagen. Un día, ante la multitud se entristeció, porque le parecían ovejas sin pastor. Dijo de sí mismo que era el Buen Pastor y mandó a los apóstoles a pastorear sus ovejas. Por eso lleban los obispos el báculo. Posiblemente si en vez de ser una obra de arte de orfebrería fuese un simple cayado, se entendería mejor el símbolo...


A nosotros, eso de ser rebaño no nos hace mucha gracia; nos parece que se pretende que nos dejemos llevar, que seamos sujetos sin personalidad. Es una mala manera de interpretar lo que Jesús nos quiere decir. La clave está en la primera línea:


- Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco y ellas me siguen...


Primero se trata de escuchar. Es en su palabra, en su evangelio, donde encontramos la verdad. Y podemos fiarnos de esas palabras, porque Él nos conoce, sabe cómo somos realmente; ve nuestro corazón. Por eso nosotros hemos de seguirlo. Esa es la clave del compromiso.


Justamente en la epístola de hoy tenemos un claro ejemplo. Dos pastores predican en Antioquía de Pisidia: Pablo y Bernabé. Todo parece ir bien mientras predican a los judíos. Pero cuando ellos dos dicen que los no judíos también son del rebaño...la cosa se complica. El rebaño de Jesús está abierto a todos los hombres; pero nosotros queremos nuestro rebaño particular. Ni escuchamos, ni seguimos a Jesús, pero nos creemos dueños de su rebaño. Nos hace sonreir la lectura cuando nos dice:


- Los judíos instigaron a las mujeres devotas más distinguidas y a los principales de la ciudad, a promover una persecución contra Pablo y Bernabé...


Tuvieron que abandonar la ciudad, pero eso no impidió que esos nuevos conversos vivieran felices y que precisamente allí fuera donde los seguidores de Jesús empezaron a llamarse cristianos...Aquel grupo que escuchó, se sintió conocido por Jesus y le siguió comprometiendo toda su vida.


De las mujeres devotas y los principales de la ciudad...nunca más se supo.


2 comentarios:

  1. Prefiero ser parte del rebaño de un buen pastor que borrego de una masa sin rumbo :)

    Un abrazo. Pablo.

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  2. Es un hermoso comentario de las lecturas de hoy. Este y tu otro blog han sido un descubrimiento, y por lo que veo tenemos seguidores comnunes, a los que yo tambien sigo por mi parte. Lo menjor de todo es que reina la armonía entre nosotros. Eso demuestra que vamos por el mismo sendero.

    Un saludo fraternal en Cristo.

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