"Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al Dinero. Por eso os digo: No andéis preocupados por vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellas? Por lo demás, ¿quién de vosotros puede, por más que se preocupe, añadir un solo codo a la medida de su vida? Y del vestido, ¿por qué preocuparos? Observad los lirios del campo, cómo crecen; no se fatigan, ni hilan. Pero yo os digo que ni Salomón, en toda su gloria, se vistió como uno de ellos. Pues si a la hierba del campo, que hoy es y mañana se echa al horno, Dios así la viste, ¿no lo hará mucho más con vosotros, hombres de poca fe?
No andéis, pues, preocupados diciendo: ¿Qué vamos a comer?, ¿qué vamos a beber?, ¿con qué vamos a vestirnos? Que por todas esas cosas se afanan los gentiles; pues ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso. Buscad primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura. Así que no os preocupéis del mañana: el mañana se preocupará de sí mismo. Cada día tiene bastante con su problema."
El evangelio de hoy, si lo interpretamos a la ligera, en este tiempo de crisis, puede resultar doloroso e inaceptable, para aquellos que no encuentran trabajo, que deben acudir a organismos de caridad para poder comer o que se ven en la calle, porque les embargan la casa.
Sin embargo observemos la cantidad de veces que Jesús nos dice "no os preocupéis". Primeramente hemos de situar el texto en su contexto: el Sermón de la Montaña. Ese texto paradigmático, que se abre con las Bienaventuranzas y que para muchos exégetas, todo el resto no es, sino la explicación de las mismas.
La clave para entender este fragmento se encuentra en el mensaje inicial y la idea final:
- "Nadie puede servir a dos señores...No podéis servir a Dios y al dinero."
- "Buscad primero su Reino y su justicia...y lo demás se os dará por añadidura."
Esas dos ideas fuerza están muy lejos de invitarnos a sentarnos y a esperar que todo nos venga llovido del cielo, ni de condenar a quien lucha cada día para sobrevivir.
El texto nos dice, que luchar por atesorar dinero, hacer del dinero un ídolo, lo primero, lo prioritario, es incompatible con servir a Dios...El texto nos indica que nuestra lucha ha de consistir en hacer que el Reino y su justicia empiecen ya en este mundo. Ese Reino que nos decía en las Bienaventuranzas que pertenece a los pobres y a los perseguidos por la justicia. Luchar por ese Reino y esa justicia es lo que hará que se nos dé todo lo demás, el vestido como a los lirios y la comida como a los pájaros. Porque ese Reino es el Reino del Amor, del compartir, de la fraternidad humana...
Ese "no os preocupéis" que nos repite Jesús, es una invitación a dejar el egoísmo de atesorar y dedicarnos, en cambio, a luchar por hacer un mundo mejor, hacer llegar el Reino y su justicia. Ya en los primeros tiempos del cristianismo hubo quien interpretó estas palabras como la invitación a no hacer nada. Pablo les dijo claramente: "El que no trabaje, que no coma".
El parado, el hambriento, el desahuciado...no espera "buenas palabras". Decirle que Dios proveerá puede parecerle una burla. Las personas que sufren la crisis esperan que todos luchemos para cambiar esta sociedad. Y Jesús está esperando que nos desprendamos de toda esa multitud de cosas que nos sobran, que en realidad, hemos quitado a los otros consciente o inconscientemente.
El evangelio de hoy, si lo interpretamos a la ligera, en este tiempo de crisis, puede resultar doloroso e inaceptable, para aquellos que no encuentran trabajo, que deben acudir a organismos de caridad para poder comer o que se ven en la calle, porque les embargan la casa.
Sin embargo observemos la cantidad de veces que Jesús nos dice "no os preocupéis". Primeramente hemos de situar el texto en su contexto: el Sermón de la Montaña. Ese texto paradigmático, que se abre con las Bienaventuranzas y que para muchos exégetas, todo el resto no es, sino la explicación de las mismas.
La clave para entender este fragmento se encuentra en el mensaje inicial y la idea final:
- "Nadie puede servir a dos señores...No podéis servir a Dios y al dinero."
- "Buscad primero su Reino y su justicia...y lo demás se os dará por añadidura."
Esas dos ideas fuerza están muy lejos de invitarnos a sentarnos y a esperar que todo nos venga llovido del cielo, ni de condenar a quien lucha cada día para sobrevivir.
El texto nos dice, que luchar por atesorar dinero, hacer del dinero un ídolo, lo primero, lo prioritario, es incompatible con servir a Dios...El texto nos indica que nuestra lucha ha de consistir en hacer que el Reino y su justicia empiecen ya en este mundo. Ese Reino que nos decía en las Bienaventuranzas que pertenece a los pobres y a los perseguidos por la justicia. Luchar por ese Reino y esa justicia es lo que hará que se nos dé todo lo demás, el vestido como a los lirios y la comida como a los pájaros. Porque ese Reino es el Reino del Amor, del compartir, de la fraternidad humana...
Ese "no os preocupéis" que nos repite Jesús, es una invitación a dejar el egoísmo de atesorar y dedicarnos, en cambio, a luchar por hacer un mundo mejor, hacer llegar el Reino y su justicia. Ya en los primeros tiempos del cristianismo hubo quien interpretó estas palabras como la invitación a no hacer nada. Pablo les dijo claramente: "El que no trabaje, que no coma".
El parado, el hambriento, el desahuciado...no espera "buenas palabras". Decirle que Dios proveerá puede parecerle una burla. Las personas que sufren la crisis esperan que todos luchemos para cambiar esta sociedad. Y Jesús está esperando que nos desprendamos de toda esa multitud de cosas que nos sobran, que en realidad, hemos quitado a los otros consciente o inconscientemente.
Es claro que sin dinero no podemos vivir, pero ideal sería que aquellos que mueven mucho dinero, ayudaran no solamente a los más necesitados, sino cuidaran también del medio ambiente. No hay como vivir en un país bien cuidado y donde su gente tiene trabajo, educación, etc.
ResponderEliminarLo que está pasando en los países africanos nos hace ver que la mala repartición del dinero termina afectando al pueblo.
Recibe un cordial saludo dominguero.
Pienso en el mensaje del compartir.En estas épocas de malestar,en que millones de personas no tienen qué darles de comer a sus hijos,donde la dignidad se les ha dejado en el abismo,compartir sería lo más cercano a ese Amor que Jesús nos enseña.
ResponderEliminarY los respnsables de ello....tal vez querán un feretro de oro?
Besucos
Gó
Joan, este evangelio me irrita hasta no sabes donde...
ResponderEliminar¿ Ves? este es uno de esos motivos por los que digo que ha de cuidarse mucho quien lo diga. Hablas de la crisis, de los ue acuden a comedores, de los que pierden su casa... yo añado a los muchos pensionista que despues de toda una vida de trabajo, no tienen para mantener una vida digna.
Si, comprendo que un mensaje que les hable de otra vida y un premio... para algunos es un consuelo, si no piensan demasiado que es para despues de muertos.
Por mi parte, comprendo que algunos, los que tienen la oportunidad de hacerlo, decidan que la buena vida sea aqui, y el castigo para cuando se cierren sus ojos o ... espera , puede suceder lo que a Don Juan Tenorio; unos segundos antes de su partida se arrepiente de sus pecados y ¡ se le concede el cielo¡
Siglos hablando de todo esto y nada cambia, nadie renuncia, nadie vende o cede para que los demás tengan.
Mi visión sobre el hombre es muy pesimista.
Un beso
I entre tots aquests exemples, i les necessitats urgents que hi ha, els bisbes (Monsó i Lleida) i el Vaticà es barallen per la possessió de les obres d'art de La Franja, que van ser comprades per evitar fraus i robatoris i que ara volen expoliar.
ResponderEliminar¿No tenen cosa millor a fer, els mandataris? Aquests sí que Jesús els faria fora del temple a fuetades. En caritat no hi entenen.
Comparto la opinión de Glória...Siglos hablando de todo lo que es justo, pero qué pocos renuncian a su status privilegiado para compartir con los demás...El evangelio les habla de otra vida, pero no les soluciona el problema acuciante de dar de comer a su família cada día...No se puede pensar en otra vida , cuando en ésta no tienen lo mínimo para sobrevivir.Un abrazo Joan.
ResponderEliminarKarma. El Evangelio no habla de otra vida...Eso es lo que a algunos les ha interesado y les interesa hacer creer. El Reino no es el cielo de la otra vida. El Reino empieza aquí.
ResponderEliminarGloria, cuando no aceptamos la misericordia de Dios estamos, simplemente siendo orgullosos. Es natural que nos repatee que quien ha sido toda su vida un opresor, se salve en el útimo momento. Pero al hacer ese juicio nos colocamos por encima del otro. Juzgamos, creemos que el otro no merece lo mismo que nosotros. Aceptar la misericordia de Dios, es confiar en que Él es el único que sabe la verdad de lo que ocurre en el corazón del hombre y que Él actuará con justicia.
Olga. Aquesta és una més de les ingruències de l'Esglesia jeràrquica. L'home és incongruent. Com més amunt està més ho és. Tenia un amic que deia que els superiors són com les lleixes, com més amunt es troben més inutils són.
Una abraçada: Joan Josep