Nuestra sociedad occidental se caracteriza, entre otras cosas, por la lucha despiadada para destacar. Desde pequeños se nos enseña a luchar para ser más que el otro. La cosa se agrava, cuando confundimos ser más con tener más. Pasamos la vida autoafirmándonos, intentando elevarnos por encima de los demás, buscando tener más que el otro.
Frente a esta filosofía de la vida, el evangelio destaca la afirmación personal y amorosa de quienes regalan la vida...Teresa de Calcuta, Vicente Ferrer, el hermano Adriano, Pere Casaldáliga, la hermana Genoveva, multitud de misioneros, educadores de calle...y una multitud de personas más, que han regalado o regalan cada día su vida a los demás, nos señalan el camino para ser poderosos a partir de nuestra debilidad.
Al fin y al cabo, a nosotros se nos ha regaló un día la vida. Bueno es, que nosotros la regalemos también...
Una cosa es vivir en Occidente y otra cuáles son las bases dadas desde el seno de la familia de uno. Aun así, dar parte de uno mismoo como un regalo hacia los demás, es satisfactorio, pero cuando lo que uno da, le parece poco a los demás (o a una parte de ésta), ya es otro cantar.
ResponderEliminarTe dejo muchos saludos y feliz fin de semana.
Hola Joan Josep:
ResponderEliminarI tantes persones anónimas que ha n regalat la seva vida per fer el be i están a l´anonimat.
I presisament tu ets un regal per aquests vellets que cuides i estimes tant.
Una abraçada, Montserrat
Como dices son muchas muchas las personas anónimas que entregan su vida a los demás, creyentes y no creyentes, no hacen ruido, no son famosas y solo son conocidas por sus amig@s o las personas de su entorno, pero la labor que hacen es inigualable y son el ejemplo más cercano que tenemos para seguir
ResponderEliminarFeliz tarde
Si no entera, sí que estaría bien regalar un poquito de vida a quienes lo necesitan; nos haría más dignos de nosotros mismos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Joan Josep, estoy tan atareado con mis hijos y mis nietos: que tengo la sensacion de que me he perdido algo.
ResponderEliminarPero quizas por consolarme,pienso que no tengo tiempo para nada mas: y todo y con eso la sensacion es desagradable,por tener el presentimiento que no he hecho algo. una abraçada
Todos podemos regalar vida cada día...cuando ayudamos a una persona necesitada,aunque sea a un nivel más pequeño que el de los misioneros.Cuando ayudamos dando catequesis a los niños,ayudando a los emigrantes, a las familias más pobres, a los sectores marginados...etc, estamos regalando una parte de nuestra vida a los demás.Un abrazo.
ResponderEliminarSon personas como estas las que dan esperanza al mundo.
ResponderEliminarBueno es hasta decir basta!!NO se sabe lo que es la entrega sin haberse dado un poquito a los demás.Caminando hasta que duela...auqnue duela mucho.Se recibe más cuando se da ,aunque no se busque la gratificación.
ResponderEliminarBesucos
Gó