Tenemos hoy dos evangelios: el que se lee al bendecir las palmas y la Pasión según San Mateo. Evidentemente esto da para muchísimas reflexiones. Me centraré en Jesús orando solo en el Huerto de los Olivos.
"Después de cantar los salmos se fueron al monte de los Olivos. Y Jesús les dijo:
– Esta noche, todos vais a perder vuestra confianza en mí. Así lo dicen las Escrituras: ‘Mataré al pastor y se dispersarán las ovejas.’Pero cuando resucite, iré a Galilea antes que vosotros.
Pedro le contestó:
– Aunque todos pierdan su confianza en ti, yo no la perderé.
Jesús le dijo:
–Te aseguro que esta misma noche, antes que cante el gallo, me negarás tres veces.
Pedro afirmó:
– Aunque tenga que morir contigo, no te negaré.
Y todos los discípulos dijeron lo mismo.
Luego fue Jesús con sus discípulos a un lugar llamado Getsemaní, y les dijo:
– Sentaos aquí mientras yo voy más allá a orar.
Se llevó a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, y comenzó a sentirse muy triste y angustiado. Les dijo:
- Siento en mi alma una tristeza de muerte.y Quedaos aquí y permaneced despiertos conmigo.
Y adelantándose unos pasos, se inclinó hasta el suelo y oró, diciendo:
– Padre mío, si es posible, líbrame de esta copa amarga: pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.
Luego volvió adonde estaban los discípulos y los encontró dormidos. Dijo a Pedro:
– ¿Ni siquiera una hora habéis podido permanecer despiertos conmigo? Permaneced despiertos y orad para no caer en tentación.a Tenéis buena voluntad, pero vuestro cuerpo es débil.
Por segunda vez se fue, y oró así:
– Padre mío, si no es posible evitar que yo sufra esta prueba, hágase tu voluntad.
Cuando volvió, encontró de nuevo dormidos a los discípulos, porque los ojos se les cerraban de sueño. Los dejó y se fue a orar por tercera vez, repitiendo las mismas palabras. Entonces regresó a donde estaban los discípulos y les dijo:
– ¿Aún seguís durmiendo y descansando? Ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores."
La soledad de Jesús...Jesús había entrado en Jerusalén sobre un asno, aclamado por los galileos sus paisanos y los niños que se juntan a todo lo que sea novedad y fiesta. En realidad entraba solo. Unos lo aclamaban llamándole rey y Él lloraba presintiendo su destino.
Cenó con sus discípulos, les lavó los pies, les habló de Amor, de compartir, de permanecer unidos... y ellos no entendieron nada. Jesús seguía solo.
Se retira al huerto a orar. Escoge a sus mejores amigos y...se duermen. Jesús queda solo ante su destino.
Encontramos un Jesús que tiene miedo. Se sintió triste y angustiado. En otro evangelio se nos dirá que sudó sangre...
Jesús solo, en el huerto de los olivos, es cada uno de los hombres, cada uno de nosotros, ante la vida, ante nuestro destino, que hemos de afrontarlo solos.
La cristología actual quiere acentuar la humanidad de Jesús, porque esa humanidad es la que es modelo para nosotros. Es ante un Jesús sufriente en el que podemos vernos espejados. Parece ser que una parte de la Iglesia tiene miedo a este Jesús y prefiere un Jesús divino, glorioso, quizá porque les une a los poderes del mundo y lanza condena tras condena a los cristólogos del Jesús humano.
Sin embargo, a la madre que ve a su hijo en peligro inminente de muerte; al enfermo de cáncer que tiene sus días contados; al padre de familia en el paro que presencia el desahucio de su hogar; a la familia que debe huir de su casa y su país a causa de la guerra..., a esos, sólo puedo presentarles este Jesús solo, triste y angustiado como ellos, en el huerto de los olivos. Ese Jesús que humildemente pide a su Padre que le libre de todos los sufrimientos que le esperan, pero que sabe que la oración no es magia, sino abandonarse en los brazos de Dios. Lucas nos dirá que el Padre le envió un ángel que le confortaba...¡Ojalá todas las personas tristes, angustiadas, que sufren en soledad, encuentren alguien, ese ángel que les agarre de la mano y les ayude a seguir viviendo! ¡Ojalá nosotros decidamos ser esos ángeles para los que sufren a nuestro alrededor! Desgraciadamente somos los discípulos que dormimos junto al que sufre. Nos es más fácil vivir en nuestro mundo ideal, mirar hacia otro lado, ignorar el sufrimiento de la mayoría de la humanidad...Preferimos discutir sobre mil teorías y olvidamos los verdaderos problemas del Hombre. Las teorías no nos comprometen.
Jesús, en el monte de los olivos, asume sobre sí todos nuestros dolores, miedos y angustias, las carga sobre sí y se las lleva a la Cruz.
Él nos enseña a ser valientes, a cargar con el dolor y marchar hacia a delante. A abandonarnos en los brazos del Padre, no como evasión, sino porque creemos, que Él sabe mejor que nosotros cual es nuestro camino...
La Iglesia, ante un mundo en guerra, una sociedad en crisis, dos terceras partes de la humanidad en la miseria...debería mirar a Jesús, que en el huerto de los olivos, hace suyos todos esos sufrimientos y pedir como Él al Padre, que aparte este cáliz del mundo. Y...luchar para que eso ocurra...
– Esta noche, todos vais a perder vuestra confianza en mí. Así lo dicen las Escrituras: ‘Mataré al pastor y se dispersarán las ovejas.’Pero cuando resucite, iré a Galilea antes que vosotros.
Pedro le contestó:
– Aunque todos pierdan su confianza en ti, yo no la perderé.
Jesús le dijo:
–Te aseguro que esta misma noche, antes que cante el gallo, me negarás tres veces.
Pedro afirmó:
– Aunque tenga que morir contigo, no te negaré.
Y todos los discípulos dijeron lo mismo.
Luego fue Jesús con sus discípulos a un lugar llamado Getsemaní, y les dijo:
– Sentaos aquí mientras yo voy más allá a orar.
Se llevó a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, y comenzó a sentirse muy triste y angustiado. Les dijo:
- Siento en mi alma una tristeza de muerte.y Quedaos aquí y permaneced despiertos conmigo.
Y adelantándose unos pasos, se inclinó hasta el suelo y oró, diciendo:
– Padre mío, si es posible, líbrame de esta copa amarga: pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.
Luego volvió adonde estaban los discípulos y los encontró dormidos. Dijo a Pedro:
– ¿Ni siquiera una hora habéis podido permanecer despiertos conmigo? Permaneced despiertos y orad para no caer en tentación.a Tenéis buena voluntad, pero vuestro cuerpo es débil.
Por segunda vez se fue, y oró así:
– Padre mío, si no es posible evitar que yo sufra esta prueba, hágase tu voluntad.
Cuando volvió, encontró de nuevo dormidos a los discípulos, porque los ojos se les cerraban de sueño. Los dejó y se fue a orar por tercera vez, repitiendo las mismas palabras. Entonces regresó a donde estaban los discípulos y les dijo:
– ¿Aún seguís durmiendo y descansando? Ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores."
La soledad de Jesús...Jesús había entrado en Jerusalén sobre un asno, aclamado por los galileos sus paisanos y los niños que se juntan a todo lo que sea novedad y fiesta. En realidad entraba solo. Unos lo aclamaban llamándole rey y Él lloraba presintiendo su destino.
Cenó con sus discípulos, les lavó los pies, les habló de Amor, de compartir, de permanecer unidos... y ellos no entendieron nada. Jesús seguía solo.
Se retira al huerto a orar. Escoge a sus mejores amigos y...se duermen. Jesús queda solo ante su destino.
Encontramos un Jesús que tiene miedo. Se sintió triste y angustiado. En otro evangelio se nos dirá que sudó sangre...
Jesús solo, en el huerto de los olivos, es cada uno de los hombres, cada uno de nosotros, ante la vida, ante nuestro destino, que hemos de afrontarlo solos.
La cristología actual quiere acentuar la humanidad de Jesús, porque esa humanidad es la que es modelo para nosotros. Es ante un Jesús sufriente en el que podemos vernos espejados. Parece ser que una parte de la Iglesia tiene miedo a este Jesús y prefiere un Jesús divino, glorioso, quizá porque les une a los poderes del mundo y lanza condena tras condena a los cristólogos del Jesús humano.
Sin embargo, a la madre que ve a su hijo en peligro inminente de muerte; al enfermo de cáncer que tiene sus días contados; al padre de familia en el paro que presencia el desahucio de su hogar; a la familia que debe huir de su casa y su país a causa de la guerra..., a esos, sólo puedo presentarles este Jesús solo, triste y angustiado como ellos, en el huerto de los olivos. Ese Jesús que humildemente pide a su Padre que le libre de todos los sufrimientos que le esperan, pero que sabe que la oración no es magia, sino abandonarse en los brazos de Dios. Lucas nos dirá que el Padre le envió un ángel que le confortaba...¡Ojalá todas las personas tristes, angustiadas, que sufren en soledad, encuentren alguien, ese ángel que les agarre de la mano y les ayude a seguir viviendo! ¡Ojalá nosotros decidamos ser esos ángeles para los que sufren a nuestro alrededor! Desgraciadamente somos los discípulos que dormimos junto al que sufre. Nos es más fácil vivir en nuestro mundo ideal, mirar hacia otro lado, ignorar el sufrimiento de la mayoría de la humanidad...Preferimos discutir sobre mil teorías y olvidamos los verdaderos problemas del Hombre. Las teorías no nos comprometen.
Jesús, en el monte de los olivos, asume sobre sí todos nuestros dolores, miedos y angustias, las carga sobre sí y se las lleva a la Cruz.
Él nos enseña a ser valientes, a cargar con el dolor y marchar hacia a delante. A abandonarnos en los brazos del Padre, no como evasión, sino porque creemos, que Él sabe mejor que nosotros cual es nuestro camino...
La Iglesia, ante un mundo en guerra, una sociedad en crisis, dos terceras partes de la humanidad en la miseria...debería mirar a Jesús, que en el huerto de los olivos, hace suyos todos esos sufrimientos y pedir como Él al Padre, que aparte este cáliz del mundo. Y...luchar para que eso ocurra...
Hola Joan Josep: si existe el bien, es por el hombre, si existe el mal, es por el hombre,si existe el cielo y el infierno: es por el hombre, los grandes problemas que tiene el hombre: se los genera el mismo.
ResponderEliminarSomos fragiles, sensibles, y cada uno arrastra su propia cruz, no es que seamos insensibles ha los sufrimientos de los demas:( esque no podemos con todo). Una abraçada
Les teves paraules sempre són remei per qui el necessita.
ResponderEliminarEl mateix Jesús va sentir angoixa, no és pas aquesta una malura moderna, sinó que neix amb l'home.
A vegades l'àngel, si es té la sort de trobar-lo, ha de ser ajudat una mica pels fàrmacs. Que també poden ser inspirats per aquell que ja sofria.
El meu afecte.
Este Jesús humano es el que a mi me fascina , que está y lo sientes a tu lado y que va en tu mismo caminar.
ResponderEliminarMuy original. Un abrazo
ResponderEliminarNacemos solos y nos vamos solos, aún cuando , en algunos momentos, las gentes nos rodeen. He vivido algunas muertes y siempre me ha asombrado lo poco atentos que se estaba a el ultimo suspiro del que se iba. ¿ Has observado lo mucho que se le da a la lengua en esos momentos ?
ResponderEliminarNo respetamos el miedo, la angustia por dejar la vida, el dolor ...
He sujetado la mano hasta el final y he sentido como se indignaban mis tripas al ver como los "buitres" se ocupaban de retirar las medallas de oro de sus cuellos... " no vaya a ser que desaparezca"... si, sus almas se habian dormido y no eran capaces de mantener su atención hasta la despedida.
Joan, estoy demasiado sensible... y son tantas las cosas que me indignan.
Un beso