Cerca de donde vivía en Anacoreta, sentada en la acera, solía pedir limosna una negrita. El anciano siempre que pasaba delante de ella le dejaba como mínimo una moneda de un euro. Como cerca estaba un almacén de Mercadona, un día entró allí, compró arroz, aceite, macarrones...y le dio la bolsa a la negrita.
El joven seguidor le preguntó, por qué hacía eso. El Anacoreta sonrió y se explicó:
- Nos es fácil ser solidarios con el alejado. La tele nos muestra imágenes de un terremoto, de Somalia, de una catástrofe...y no dudamos en dar algo de lo nuestro. La mayoría de la gente que pasa frente a esa negrita, seguramente están apuntados a una ONG y se sienten solidarios. Sin embargo ni siquiera se fijan en esta mujer.
Miró al joven y concluyó:
- La verdadera solidaridad empieza con nuestro vecino, con nuestro compañero, con el que tenemos más cerca...A esos solemos ignorarlos. Nos contentamos con dar una cantidad al mes o al año a una ONG y creemos que así somos solidarios. ¿Por qué no pensamos en el que quizá está a pocos metros de nosotros?
Veamos;
ResponderEliminarPodemos sse solidarios con el de "Somalia"y con el hermano de al lado,con aquél qe necesita comoer ,ser escuchado o una caricia.
La pobreza es más que hambre
,verdad?.
El cao es que no nos olvidemos de todo aquél que los avaros le han el recho a ser prsona.
Es verdad que a vecs no miramos al de cerca,pero no hay debemos de hacer distinciones entre los cercanos y los lejanos.Seamos pues,solidarios con el ser humano que nos necesita más.
Besucos hemano
Gó
*ESperaré los ejercicis con gratitud.Mis huesos tienen ya "gujeritos"
Parece que es más fácil fijarnos en lo que tenemos lejos que en lo que está a nuestro lado, dando una cantidad, como tú dices, tranquilizamos la conciencia y ya...
ResponderEliminarSi nos fijamos en quién tenemos al lado, esa misma conciencia nos puede pedir que nos comprometamos más, no solo abriendo el monedero y eso...
Ando un pco cegata en "las distancias cortas", me voy olvidando las cosas por ahí y luego, hasta que las pueda recuperar pasa su tiempo, paciencia
Un abrazo