domingo, 11 de septiembre de 2011

PERDONAR Y PERDONARSE


"Entonces Pedro fue y preguntó a Jesús:
– Señor, ¿cuántas veces he de perdonar a mi hermano, si me ofende? ¿Hasta siete?
Jesús le contestó:
– No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Por eso, el reino de los cielos se puede comparar a un rey que quiso hacer cuentas con sus funcionarios. Había comenzado a hacerlas, cuando le llevaron a uno que le debía muchos millones.Como aquel funcionario no tenía con qué pagar, el rey ordenó que lo vendieran como esclavo, junto con su esposa, sus hijos y todo lo que tenía, a fin de saldar la deuda. El funcionario cayó de rodillas delante del rey, rogándole:
- Señor, ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo.
El rey tuvo compasión de él, le perdonó la deuda y lo dejó ir en libertad.
Pero al salir, aquel funcionario se encontró con un compañero que le debía una pequeña cantidad. Lo agarró del cuello y lo ahogaba, diciendo:
- ¡Págame lo que me debes!
El compañero se echó a sus pies, rogándole:
- Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo. Pero el otro no quiso, sino que le hizo meter en la cárcel hasta que pagara la deuda.
Esto disgustó mucho a los demás compañeros, que fueron a contar al rey todo lo sucedido. El rey entonces le mandó llamar y le dijo:
- ¡Malvado!, yo te perdoné toda aquella deuda porque me lo rogaste. Pues también tú debiste tener compasión de tu compañero, del mismo modo que yo tuve compasión de ti. Tanto se indignó el rey, que ordenó castigarle hasta que pagara toda la deuda.
Jesús añadió:
- Esto mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si cada uno no perdona de corazón a su hermano."

Cuando he hablado de perdón, casi siempre he salido trasquilado. La persona ofendida se siente agredida por mi sujerencia. Y es que, aunque estas palabras se pronunciaron hace más de veinte siglos, seguimos inmersos en la cultura de la venganza; aunque a veces la disfrazamos bajo la apariencia de justicia. La frase, "que pague por lo que ha hecho..." se queda como mínimo en el ojo por ojo. Sin embargo el evangelio de hoy no puede ser más claro. El perdón ha de ser infinito, que es lo que significa setenta veces siete. Y los cristianos nos lo creemos tan poco, que hemos inventado un purgatorio, que no sale por ningún lado en el Evangelio, para que pague incluso el que está arrepentido. Y ponemos condiciones al perdón de Dios, porque si no, nos parece injusto.
Jesús nos contó esta parábola para decirnos que el Padre nos perdona por millones. Nosotros no perdonamos ni un céntimo. Dios nos perdona porque quiere. Ante las ofensas, más de una producto de nuestra hipersensibilidad e imaginación, hemos de recordar que nosotros somos los grandes perdonados. Que en nosotros hay muchísimas cosas que perdonar.
Perdonar y perdonarse...Sí. No os extrañéis. El perdonado de la parábola es incapaz de perdonar a su compañero, a su"igual". Y el más igual que tenemos somos nosotros mismos. Muchas veces somos incapaces de perdonar, porque somos incapaces de perdonarnos. Gran parte de la ira y de las ansias de venganza que mostramos contra los demás, no es más que el afloramiento de la ira y las ansias de venganza que tenemos contra nosotros mismos.
El no perdonar y no perdonarnos, lo único que consigue es hacer que nuestras heridas no sólo no se cierren, sino que cada día se hagan más profundas.
Nuestra relación con Dios la hacemos demasiadas veces metidos en una burbuja, desconectados de la vida. Olvidamos que nuestra relación con Dios está sujeta a cómo nos relacionamos con nuestros hermanos y con nosotros mismos. ¿Cómo podemos rezar si olvidamos al otro?¿Cómo podemos decirle a Dios que le amamos si odiamos al hermano, si no somos capaces de perdonarlo, si vivimos ajenos a sus sufrimientos?
Para perdonar de verdad, se necesitan una valentía y una fuerza poco comunes. Pero ante el problema del mal, solamente el perdón sabe encontrar una solución, allí donde parece que no la hay...

7 comentarios:

  1. Amigo Joan:
    No solo se crea uno enemigos en cosas cotidianas a veces producidos por la envidia, si no también en lo profesional, (competencia,clientes en desacuerdo, etc).Me toca realizar informes ticónicos, que alguno no estará de acuerdo, pero siempre he dicho que yo no tengo enemigos, que quizás alguno lo sea por su parte. Mi pregunta es, ¿Que hacemos con aquellos que no quieren que les perdonemos?, esos son los que llevan, hasta setenta veces siete, su ira, rencor, etc..
    Un abrazo

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  2. Mientras no sean 70 veces 7 las que necesitemos para saber amar... y saber perdonarnos
    ¿Has pensado alguna vez que "el compañero" podamos ser nosotros mismos? Nos tratamos con demasiada dureza sin acordarnos que "al prójimo, como a nosotros mismos"
    Nadie da lo que no tiene. Busquemos primero la Paz; lo demás vendrá por añadidura

    En el Amigo
    al + mc

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  3. Entre mis defectos creo que jamás será el de ser una persona rencorosa, el no otorgar el perdón a quien nos hace daño en el fondo es no soltar un lastre que además no nos beneficia en nada.. sinceramente en la vida si hay algo que he aprendido es precisamente que , aunque para el que nos ha agraviado nuestro perdón sea un lavado de su conciencia, en nosotros supone una liberación para poder seguir caminando sin mirar atrás y con la vista al frente para saber donde pisamos,.. sí,..realmente eso si lo he aprendido y lo tengo superado, quizás es lo único que he aprendido y quizás es lo único en lo que soy realmente coherente cuando te digo esto, eso sí, tengo muchos defectos que realmente tengo que pulir aunque repito este no va a ser uno de ellos....

    un saludo joan

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  4. Guardar rencor es fácil. Odiar también... Como comentas perdonar es un acto de Valentía. Hay quien perdona pero no olvida. No logro comprender eso.

    Un Abrazo apurado Joan... que aún voy escasa de tiempo.

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  5. Me parece soberbia decir que he llegado a un punto en mi vida en el que el perdón es ya de por sí mi herramanienta de comunicación.
    La venganza es herida para el alma y el cuerpo y te llleva a la ruina comop persona.
    Aunque no sé si yo misma me perdono.Eso es otro asunto a reflexionar.
    Besucos hermano y gracias

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  6. Bueno, Joan, el rey era un rey de andar por casa ¡¡¡ si ha perdonado, HA PERDONADO ¡¡¡ nada de perdones segun te portes. ¿ ves como no hay nadie perfecto ? Si creo que el perdon funciona , a las mil maravillas, cuando se trata de perdonar nuestras actuaciones. ese si que funciona. Siempre hubo un pretexto, una justificación..
    Perdonar.... deja que haga memoria... no sé si soy capaz de perdonarlo todo. ¿ vale con no cobrar nada de la deuda, sin sacar los ojos ?
    Un beso, en esta noche demasiado corta. Gloria

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  7. Bueno hay que perdonar 70 veces 7 como nos dice Jesus.
    Reciban muchas bendiciones desde El Salvador Centroamerica. Desde mi blog www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com

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