domingo, 30 de septiembre de 2012

¿QUIÉNES SON LOS NUESTROS?


"Juan le dijo:
– Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre; pero se lo hemos prohibido, porque no es de los nuestros.
Jesús contestó:
– No se lo prohibáis, porque nadie que haga un milagro en mi nombre podrá luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros, está a nuestro favor. El que os dé aunque solo sea un vaso de agua por ser vosotros de Cristo, os aseguro que tendrá su recompensa.
 Pero aquél que haga caer en pecado a uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que lo arrojaran al mar con una gran piedra de molino atada al cuello. Si tu mano te hace caer en pecado, córtala; es mejor para ti entrar manco en la vida. que con las dos manos ir a parar al infierno, donde el fuego no se puede apagar. Y si tu pie te hace caer en pecado, córtalo; es mejor para ti entrar cojo en la vida, que con los dos pies ser arrojado al infierno. Y si tu ojo te hace caer en pecado, sácalo; es mejor para ti entrar con un solo ojo en el reino de Dios, que con los dos ojos ser arrojado al infierno, donde los gusanos no mueren y el fuego no se apaga."

Nos encontramos ante un texto contra la intolerancia. A Juan, a pesar de ser el discípulo predilecto, le faltaba todavía mucho camino para conocer de verdad a Jesús.
Juan, como nosotros, ve una sociedad dual. Los nuestros y los que no son de los nuestros. Eso lo traducimos inmediatamente como los buenos, que somos nosotros, y los malos, que son los otros. Nos aferramos a nuestra verdad y creemos que sólo nosotros podemos hacer el bien, que sólo nosotros somos sus discípulos.
La mentalidad de Jesús es mucho más amplia. Discípulo  suyo es todo aquel que hace el bien, no únicamente los que le siguen "oficialmente". Aquel que cura, aquel que da un vaso de agua, aquel que ama a los demás, ese es su discípulo, más allá de filiaciones, carnets o títulos. Sacerdotes y religiosos podemos caer en la trampa de considerarnos más discípulos que los demás y con más derechos que el común de los mortales. Jesús, como Moisés en la primera lectura, nos dice: "Ojalá todo el pueblo fuera profeta y tuvieran con ellos el Espíritu". Y es que el Espíritu está en el corazón de todas las personas de buena voluntad. Los que tenemos o hemos tenido la suerte de trabajar en el tercer y en el cuarto mundo, somos testigos de la cantidad de gente, que sin considerarse discípulos de Jesús, lo son plenamente por su dedicación a los más disminuidos.
Pero Jesús no acaba aquí. Con unas imágenes muy fuertes, propias de la literatura oriental, nos hecha en cara a los que nos consideramos sus discípulos, que vigilemos, porque quizá, escudados en nuestra condición de "cristianos", estamos escandalizando a los hombres y alejándolos de Dios. Creemos que porque somos sacerdotes, religiosos, asistimos a nuestra parroquia ya es suficiente. Como Juan miramos de soslayo a los que no se declaran creyentes y por todo eso ya nos creemos sus discípulos. El texto de la epístola de Santiago de la segunda lectura de hoy es muy ilustrativo. Aquí os lo copio completo:
"¡Oíd esto, vosotros los ricos! ¡Llorad y gritad por las desgracias que vais a sufrir! Vuestras riquezas están podridas; vuestras ropas, comidas por la polilla. Vuestro oro y vuestra plata se han enmohecido, y ese moho será una prueba contra vosotros y os destruirá como fuego. Habéis amontonado riquezas en estos días, que son los últimos. El jornal que no pagasteis a los que trabajaron en vuestra cosecha está clamando contra vosotros; y el Señor todopoderoso ha oído la reclamación de esos trabajadores. Aquí en la tierra habéis llevado una vida de lujo y placeres, engordando como ganado, ¡y ya llega el día de la matanza! Habéis condenado y matado a los inocentes sin que ellos opusieran resistencia."
Los cristianos debemos reflexionar profundamente entre la diferencia que existe entre nuestras palabras y nuestras obras. Jesús nos invita hoy a dejar de lado cualquier tipo de partidismo y a dialogar honestamente con los otros. La Iglesia de Jesús no es un grupo cerrado, un gueto de selectos. Es la comunidad de los que buscan el bien, la justicia en la humanidad. Aquellos que tienen como máximo valor  el Amor. Esos, lo conozcan o no, son los verdaderos seguidores de Jesús. Esa es la Iglesia de Jesús.    

jueves, 27 de septiembre de 2012

REFLEXIÓN AL IR A DORMIR


Es de noche. La lluvia de esta tarde ha hecho bajar la temperatura. La casa duerme ya. He tenido un día movido. Decido escribir esta entrada que leéis ya por la mañana. Ha caído en mis manos este fragmento de "Los hombres no son islas" de Thomas Merton. Simplemente lo copio y dejo que lo meditéis.

"Nos calienta el fuego, no el humo.
Nos transporta por mar un barco,
no la estela que deja el barco.
Del mismo modo, lo que somos hay que buscarlo
en las profundidades invisibles de nuestro ser,
no en el reflejo exterior de nuestros actos."
(Thomas Merton)

miércoles, 26 de septiembre de 2012

LA AUTÉNTICA FELICIDAD


¿Hablar de felicidad en tiempos de crisis puede parecernos totalmente fuera de lugar. Pero, ¿qué idea tenemos de felicidad? Basta con mirar los anuncios de la TV. Basan la felicidad en tener cosas. Las revistas de moda la basan en el éxito. De manera que debemos ser felices según unos cánones preestablecidos, unos criterios dictados por la publicidad y cierto tipo de prensa, radio y televisión. Existe una felicidad "políticamente correcta".
Sin embargo, recuerdo aquellos africanos, que quizá comían una sola vez al día, que hacían kilómetros a pie para ir y volver de la escuela con las chancletas en la mano para no gastarlas, no tenían agua corriente, electricidad, les faltaban cosas que nosotros consideramos básicas...Sin embargo su rostro era de felicidad. Y te decían que eran felices. Una felicidad que nosotros no podemos entender. Una felicidad inexplicable. ¿Por qué nosotros no podemos ser felices en la sencillez? Una felicidad gratuita, que no valga nada, que no dependa de lo que podamos comprar o no, de lo que poseemos. Una felicidad que dependa del sol, la lluvia, la belleza de una flor, la amistad...Quizá me preguntaréis. Una felicidad que nace de estar en paz con uno mismo ¿Esa felicidad es auténtica? ¡ Pues sí, y además posiblemente es la única auténtica!
En nuestro interior puede nacer una duda. ¿Cómo puedo ser feliz viendo a otros que no lo son? Pues compartiendo con los demás nuestra felicidad. Luchando para que los demás sean felices. Y tendremos la agradable sorpresa de que esto nos hace todavía más felices.

martes, 25 de septiembre de 2012

EL ANACORETA Y "LAS MALAS COMPAÑÍAS"


El Anacoreta se sintió sorprendido. Desde que había abandonado la cueva en el desierto, nunca lo había llamado el Obispo a su palacio episcopal. Era curioso, pero lo que hacía en el desierto parecía llegar con más rapidez a los oídos episcopales, que lo que hacía en la ciudad, a poca distancia de su palacio.
Lo recibió con cara adusta y le dijo:
- Estoy muy disgustado. Desde que estás en la ciudad llegan a mis oídos que vas con personas de mala reputación, ateas, agnósticas y poco amigas de la Iglesia. Te rodeas de malas compañías.
El anciano miró la silla que se encontraba ante el escritorio episcopal, pero no se sentó porque no había sido invitado a hacerlo. Sonrió pícaramente y dijo:
- ¿Malas compañías? Desde que estoy en la ciudad me relaciono con aquellos que se me acercan. Me relaciono con hijos de Dios. ¿Buenos?¿Malos?¿Ateos?¿Creyentes? No pienso en ello cuando se me acercan. Esos calificativos son producto de nuestro juicio. Esas personas son "ellas". Los calificativos se los añadimos nosotros según nuestras conveniencias. Si se parecen a nosotros, si nos son útiles, si son una amenaza o nos son poco gratos, los calificamos de buenos o malos...
Lo interrumpió el Obispo carraspeando y dijo:
- Se le ha visto con homosexuales, con colectivos que critican a la Iglesia, con gente de izquierdas...¿Eso no son malas compañías?
Guardó el Anacoreta un momento de silencio interrumpido por la campana de la catedral tocando los cuartos. Entonces respondió:
- A Jesús, los fariseos preguntaron a los discípulos por qué Jesús comía con publicanos y pecadores, las malas compañías de hoy. No es que yo quiera ponerme a su altura, pero como discípulo suyo quiero parecerme a Él. Y Él nos enseñó que el Buen Pastor busca a las ovejas. No está sentado tras un escritorio esperando que vengan. Si juzgamos a una persona como mala la alejamos, no la acercamos. Ya la hemos perdido. Si miramos a las personas con la lente del juicio, nos rodearemos de los que nos adulan, de los que piensan como nosotros y perderemos para siempre a todas las otras personas tanto o más valiosas que las que nos rodean habitualmente.
El Obispo se quedó pensativo, y antes de que pudiera responder, el Anacoreta concluyó:
- No tenga miedo en salir de su palacio. No rehuya las personas que le parecen malas. Se llevará sorpresas y, además, seguirá el camino de aquel a quien representa, que comía y bebía con publicanos y pecadores.
Y el Obispo dio la audiencia por acabada.
Nota: Aquella noche, en una reunión de homosexuales cristianos, apareció un nuevo contertulio con una larga barba y una abundante melena. Todos lo miraron extrañados. Lo conocían y nadie sabía de qué. El Anacoreta sonreía pícaramente, reconociendo al Obispo disfrazado. Porque, en realidad, aquel Obispo era una buena persona...

lunes, 24 de septiembre de 2012

EL ESPÍRITU COMPETITIVO


Es una de las lacras de nuestra sociedad. Y en ello tenemos bastante culpa los educadores. En la escuela, en vez de enseñar a los chicos a competir con ellos mismos, les hemos enseñado a competir con los demás. Hemos creado una sociedad de rivales. De manera que, la sociedad se ha convertido en un campo de batalla, en el que debemos luchar constantemente para hacernos un lugar y un nombre en el mundo. El trabajo es una competición. La investigación es una competición. El comercio es una competición. Se trata de ser más que el otro. Hay que derrotarlo.
Hoy más que nunca necesitamos el valor de la fraternidad. Es imposible que en un mundo competitivo exista solidaridad. ¿Cómo vamos a ayudar a quien consideramos un enemigo? Hemos de intentar considerar al otro como un hermano. Considerar que sus problemas son mis problemas. Hemos de reconocer que todos luchamos por lo mismo y todos somos igualmente vulnerables. 
Cierto que todos somos diferentes. Pero al mismo tiempo todos estamos unidos por un mismo destino y formamos parte de una misma Tierra, cuya viabilidad depende de todos nosotros. Todos somos diferentes, pero todos provenimos del mismo Ser. Y los cristianos sabemos además, que todos somos hermanos en Jesús. ¿Por qué nos cuesta tanto reconocerlo en la práctica? ¿Cómo hemos de anular este sentido competitivo de la vida y cómo lo sustituimos por una fraternidad, una solidaridad, que haga de este mundo un lugar de paz y de amor? 

domingo, 23 de septiembre de 2012

¿ DE QUÉ TENEMOS MIEDO?


"Cuando se fueron de allí, pasaron por Galilea. Pero Jesús no quiso que nadie lo supiera, porque estaba enseñando a sus discípulos. Les decía:
– El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; pero tres días después resucitará.
Ellos no entendían estas palabras, pero tenían miedo de hacerle preguntas.
Llegaron a la ciudad de Cafarnaún. Estando ya en casa, Jesús les preguntó:
– ¿Qué veníais discutiendo por el camino?
Pero se quedaron callados, porque en el camino habían discutido sobre cuál de ellos era el más importante. Entonces Jesús se sentó, llamó a los doce y les dijo:
– El que quiera ser el primero, deberá ser el último de todos y servir a todos.
Luego puso un niño en medio de ellos, y tomándolo en brazos les dijo:
– El que recibe en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe; y el que a mí me recibe, no sólo me recibe a mí, sino también a aquel que me envió."

Este Evangelio nos muestra a Jesús intentando explicar a sus apóstoles lo que le iba a ocurrir. Ellos no le entendían y tenían miedo de preguntarle. ¿De qué tenían miedo? Pues, de conocer la verdad. Niegan lo que parecían intuir y se dedican a hablar no de dificultades, sino de poder. Discuten quién de ellos es el más importante...
Nosotros seguimos teniendo miedo. ¿A que tenemos miedo? A la cruz. El domingo pasado escuchábamos qué significaba ser discípulo de Jesús: tomar nuestra cruz y seguirlo. Eso nos da miedo y seguimos intentando tener poder. Luchando por destacar, porque todos nos admiren. Para que la Iglesia domine el mundo. Seguimos creyendo que el Reino de Dios es como los reinos de este mundo. Un reino de poder y  de dominio.
Jesús, hoy, como hizo ayer, tomaría un niño, quizá una mujer. Un pobre o un enfermo. Alguien del tercer mundo o del cuarto. En todo caso, la persona más despreciada por nuestra sociedad. La pondría en medio de nosotros y nos diría: esa es la cruz con la que me habéis de seguir: Aceptadlo, ayudadlo, amadlo...porque este soy Yo. Si queréis que el Reino de Dios sea el primero, colocaos vosotros los últimos. No busquéis el poder y el dominio. Haceos servidores de todos... 
Es esto lo que nos da miedo...
Sólo unos pocos, aquellos que saben descubrirlo a su lado, las auténticas personas de oración; aquellos que están convencidos de que su ayuda no les faltará nunca, son los valientes, son sus auténticos seguidores. 
¿Cuándo dejaremos los demás de tener miedo?

viernes, 21 de septiembre de 2012

LA PERSEVERANCIA


Los que hemos sido profesores podemos corroborar esta frase que he encontrado hoy: "La perseverancia y el trabajo bien hecho han sido mucho más eficaces para la humanidad que el genio y el talento brillante".
Sin embargo la matizaría un poco. No es que el talento, que el genio no sean importantes. Lo que ocurre es , que si no van acompañados de perseverancia sirven de poco. 
Decía que los que hemos sido profesores, a lo largo de los años constatamos, que no son los que creíamos más inteligentes los que triunfan en la vida, sino los más constantes, aquellos que tienen más fuerza de voluntad.
Lo mismo ocurre en la vida espiritual. No es el que tiene mejores ideas sobre espiritualidad el que reza mejor, el que lucha más por la justicia, el que sabe amar...Son aquellos que perseveran cada día en la oración, aunque muchas veces no sientan nada. Son los que siguen luchando día a día, aunque no vean frutos inmediatos. Son los que llenan de amor cada uno de los pequeños momentos de su vida...Esas son las personas verdaderamente espirituales.  

jueves, 20 de septiembre de 2012

EL ANACORETA Y LA ESPIRITUALIDAD DE GUETO


El joven seguidor le explicó que de la parroquia de sus padres se habían hecho cargo los sacerdotes de un movimiento muy conocido. Habían eliminado todas las pequeñas comunidades y grupos. Las misas no habían sufrido ningún cambio, pero ellos tenían sus propias reuniones y misas, muy diferentes de las otras, pero solamente para los miembros de su grupo.
- No lo entiendo - dijo el joven - ¿por qué no transmiten su vida al resto de la parroquia?
Movió la cabeza el Anacoreta y dijo:
- Todos los grupos y comunidades, tanto las más tradicionales como las más avanzadas, tienen el peligro de caer en una espiritualidad de gueto.
Sonrió a su joven seguidor y prosiguió:
- Caen en una red de interpretaciones, se cierran en sí mismos y cierran las ventanas para que no se escape el Espíritu que creen poseer. Unos se creen los únicos poseedores de la verdad. Los otros se sienten incomprendidos. Pero todos desprecian a los demás, creen que no podrán compartir sus vivencias y corren el peligro de asfixiarse cerrando puertas y ventanas.
Suspiró, abrió la ventana y apoyó su gesto diciendo:
- Todos necesitamos abrir las ventanas. Dejar que entre el aire puro del Espíritu Santo. Debemos estar abiertos en todas direcciones. De lo contrario no formamos Iglesia, Comunidad, Asamblea, sino que simplemente creamos un gueto. Los guetos mueren de autocomplacencia, de narcisismo. Cierto que cuando estamos reunidos en su nombre, Jesús está en medio de nosotros. Pero antes hemos de haberlo encontrado en el peregrino, en el pobre, en el enfermo, en el perseguido, en el niño...en el Otro.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

LOS "VOCEROS" OFICIALES


Utilizo este término latinoamericano, porque me evoca más claramente a los portavoces  "oficiales" de la ortodoxia. Suelen hacerlo a gritos. Creen que las ideas son inamovibles, pontifican y condenan a todo aquel que no piensa según lo que está establecido, lo que aprendieron en sus estudios, lo que les indican las instancias oficiales. Esto ocurre en política, en economía, en ciencia, y...en religión. No se dan cuenta de que  la vida es cambio y movimiento. Que las ideas evolucionan. Quizá, les es más cómodo repetir, que no pensar, buscar, arriesgarse a la equivocación.
Thomas Merton, con su humor característico, contaba cómo apenas tuvo tiempo de edificarse con la vida de aquel santo que, a punto de morir, se quitó las vestiduras pontificales y "se bajó de la cama", para morir en el suelo. Lo cual está muy bien. Pero inmediatamente se preguntó, qué hacía aquel hombre con vestiduras pontificales "en la cama". Y concluía, que muchos,quizá, llevamos puesta la mitra hasta cuando dormimos.
Las personas que hacen avanzar las ideas no son los que repiten lo "oficial", los que dicen lo políticamente correcto. Y eso en todos los ámbitos. ¿por qué creéis si no, que la mayoría de los fundadores tuvieron problemas con las autoridades eclesiásticas? Aquellos que defienden como únicamente válida una teología de Sto. Tomás descafeinada (la neoescolástica), olvidan, que en su tiempo a él también lo acusaron de hereje. 
Las personas que hacen avanzar el pensamiento suelen ser marginales. Están ahí, dice Thomas Merton, como signos de interrogación. Nos interpelan. Pero a nosotros nos molesta. No porque pongan en cuestión a Cristo, sino porque nos ponen en cuestión a nosotros, a los cristianos; porque remueven nuestras vidas anestesiadas y despiertan nuestras conciencias adormecidas...    

martes, 18 de septiembre de 2012

EL ANACORETA Y LOS VALORES


En aquella tertulia afirmaban que nuestra sociedad ha perdido los valores. El Anacoreta escuchó atentamente. Al finalizar se volvió hacia su joven seguidor y dijo:
- Si nuestra sociedad ha perdido los valores la cosa es muy grave. Significa que no tenemos referentes, que no tenemos un destino al que dirigirnos. 
Miró al joven y prosiguió:
- Yo no creo que se hayan perdido los valores. Sí, que se tienen valores diferentes. Además un valor nunca se alcanza. Los valores son un punto en el horizonte. Son referencias que nos hacen avanzar, pero que nunca alcanzamos totalmente. La solidaridad nos mueve a preocuparnos por los demás, pero nunca seremos totalmente solidarios.
Sonrió antes de concluir:
- Creo que, por difuso que sea, todos tenemos un sistema de valores que nos atrae. Otro asunto es que lo sigamos o no. Pero pobre de aquel que lo rechaza. Su vida deja de tener sentido... 

lunes, 17 de septiembre de 2012

IMPONER LA VERDAD


El hombre, a lo largo de la historia, ha buscado la Verdad. Esto es bueno. Lo malo empieza cuando cree haber encontrado esa verdad y decide, no compartirla con los demás, sino imponerla. Ese ha sido, y es, el gran problema de la Iglesia y posiblemente de todas las religiones. Ahí nació la Inquisición y la evangelización de América, imponiendo "la Verdad" con la ayuda de la espada. De ahí surge el fundamentalismo islámico y todos loa fundamentalismos religiosos o políticos. Esa ha sido la fuente de las guerras de religión.
Nuestra Verdad, la de los cristianos, es que Dios se ha revelado a los hombres en Cristo. Y se ha revelado ante todo como Amor. Nosotros hemos convertido ese conocimiento en ciencia, en teología, en dogmática. Pero "scientia inflat" (el conocimiento hincha). Nos hemos hinchado como un sapo y nos hemos creído con la obligación de castigar a los que no comparten "nuestra Verdad". Hemos sucumbido a la tentación de creer, que la forma de amar a los demás era mediante la imposición de esa Verdad, que eso era procurarles el bien.
La realidad es que la Verdad es demasiado grande para ser captada con la mente. Sólo mediante el amor podemos estar seguros de que nos acercamos algo a la Verdad. Sólo mediante el amor, no la imposición, podemos compartir esa parte de Verdad que hemos intuido. Sólo amando podemos acercar a los hombres a la Verdad.
La violencia y la imposición no acercan, sino que alejan de la Verdad. San Juan Crisóstomo ya lo escribió hace muchos siglos:
"Mientras sigamos siendo ovejas, venceremos. Aunque estemos rodeados de mil lobos, vencemos y somos victoriosos. Pero en cuanto somos lobos, nos derrotan, pues entonces perdemos el apoyo del Pastor, que no alimenta a los lobos, sino sólo a las ovejas." 

domingo, 16 de septiembre de 2012

¿QUIÉN ES ÉL?



"Después de esto, Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de la región de Cesarea de Filipo. En el camino preguntó a sus discípulos:
– ¿Quién dice la gente que soy yo?
Ellos contestaron:
– Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que eres Elías, y otros, que eres uno de los profetas.
 – Y vosotros, ¿quién decís que soy? – les preguntó.
Pedro le respondió:
– Tú eres el Mesías.
Pero Jesús les ordenó que no hablaran de él a nadie.
Comenzó Jesús a enseñarles que el Hijo del hombre tenía que sufrir mucho, y que sería rechazado por los ancianos, por los jefes de los sacerdotes y por los maestros de la ley. Les dijo que lo iban a matar, pero que resucitaría a los tres días. Esto se lo advirtió claramente. Entonces Pedro lo llevó aparte y comenzó a reprenderle. Pero Jesús se volvió, miró a los discípulos y reprendió a Pedro diciéndole:
– ¡Apártate de mí, Satanás! Tú no ves las cosas como las ve Dios, sino como las ven los hombres.
Luego llamó Jesús a sus discípulos y a la gente, y dijo:
– El que quiera ser mi discípulo, que se olvide de sí mismo, cargue con su cruz y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda la vida por causa mía y del evangelio, la salvará."

La gente no sabía quién era Jesús. Pedro aunque, con su ímpetu característico, responde bien, por su reacción posterior tampoco lo tenía claro. Porque cuando Jesús explica qué es eso de ser el Mesías, se revela provocando el enfado del Maestro.
Y nosotros, ¿sabemos quién es Jesús? Quizá respondemos correctamente, como Pedro; con una respuesta del catecismo o con todo un tratado de cristología del mejor de los teólogos. La verdad es, que a continuación, con nuestra vida, demostramos que estamos muy lejos de saber quién es Él. No vemos las cosas como las ve Dios. Jesús debía entregar su vida. El evangelio nos muestra con claridad su camino: dar la vida, estar junto al que sufre, enfrentarse con las autoridades por defender la justicia, por defender al débil...
Nosotros pensamos como los hombres. Buscamos el triunfo, el poder, la grandeza por todos los medios. Sin embargo Jesús nos dice, que como Él, hemos de cargar con la cruz. No se trata de buscar el sufrimiento como medio de salvación. Se  trata de dar la vida por los demás. Esa fue la cruz de Jesús y esa debe ser nuestra cruz. Una vida dedicada a los demás. Una vida luchando para desterrar la miseria, la maldad, la injusticia de este mundo. Eso no es fácil ni grato. Esa es, sin embargo, la cruz que hemos de cargar si queremos salvar nuestra vida.
Jesús nos pregunta hoy a cada uno de nosotros: ¿Quién soy yo? Y quizá reparemos que nunca hemos reflexionado sobre ello. Que nunca hemos respondido a esta cuestión. No valen respuestas estereotipadas que luego nuestra vida desmentirían. Jesús quiere que salgamos de nuestra rutina, de nuestro inmovilismo. Quiere que profundicemos en su vida pata hacerla nuestra. De nada nos sirve saber quién es Jesús, si luego no lo intentamos llevar a nuestra vida. Intentar ser como Él y asumir todas las consecuencias. Eso es cargar con la cruz. Eso es ser sus discípulos...

sábado, 15 de septiembre de 2012

MÚSICA DEL SÁBADO: SOMEONE LIKE YOU



En el Cantar de los Cantares leemos. " Mi amado es para mí como una bolsa de mirra" (Cant 1,13). La mirra es una sustancia amarga, símbolo de las penas que trae consigo el amor. En el amor no todo es gozo y alegría. No siempre es correspondido. Ni el amor humano, ni el amor divino. Pero Él siempre está, no sólo esperándonos, sino haciéndose presente en mil detalles...

viernes, 14 de septiembre de 2012

EL ANACORETA Y LA UNIDAD


Estaban sentados en un banco del parque. Frente a ellos, en un parterre de arena, jugaba un niño con unos muñecos de plástico. El Anacoreta dijo:
- Mira ese niño. Está absorto en su juego. No existe para él nada más que ese mundo que ha creado con la arena y sus muñecos. Vive totalmente en el presente. Es uno. ha eliminado la dualidad.
El joven seguidor escuchaba extrañado sin acabar de comprender. El anciano prosiguió:
- Estaba pensando en nuestra oración. Nuestra mente se haya siempre dispersa. No somos uno. No estamos inmersos en el presente...Nos vienen constantemente recuerdos o estamos pensando en el después. El día que logremos unificarnos y logremos, más allá de la polifonía y fragmentación del mundo, conseguir en nosotros la unidad...,ese día podremos decir que somos místicos.
Hizo una pausa y concluyó:
-Tomar el mundo, todo el mundo y unificarlo en nosotros, hacerlo presente y presentarlo ante Dios, eso es la Oración.
Y siguieron contemplando al niño...

jueves, 13 de septiembre de 2012

MAÑANA...



Mañana cruzaré el desierto
que del mar me separaba,
sintiendo en mis pies descalzos
de la arena el cálido abrazo.
Alzaré hasta el cielo la mirada,
el perdón guiará mis pasos
y con cariño abrigará mi esperanza.
Mañana,
cuando el silencio que mis oídos aturde
recuerdos descubra en el alma;
mas no aquellos que nublaban mis sentidos,
esos no… ¡que se vayan!
que vuelvan las sonrisas sinceras,
los despertares, las noches claras…
Mañana correré,
no logrará alcanzarme el viento
y me perseguirá hasta la playa.
Bajo lágrimas doradas de tristeza
abriré mi viejo paraguas,
y entonces me asomaré a la vida
con el corazón en calma.
(Silvia Martínez)

miércoles, 12 de septiembre de 2012

EL ANACORETA Y LA RENUNCIA AL AMOR


Se lo explicaba con gran orgullo. Había renunciado al amor por seguir a Dios. El Anacoreta se lo miró alucinando. Se levantó, fue a la biblioteca y trajo un libro de Thomas Merton. Sin más, empezó a leer en voz alta:
- "Cuidado con la tentación de rehusar el amor, de rechazar el amor por motivos "ostensiblemente espirituales". Hay que considerar la terrible esterilidad de quienes, afirmando amar a Dios, en realidad se han dispensado de toda obligación de amar a alguien, y han permanecido inertes y embotados en un pequeño círculo de intereses abstractos y mezquinos que les implican a ellos y a unos pocos más, tan estériles como ellos."(1)
Miró a los ojos aquel hombre y le dijo:
- No renuncies a amar por nada del mundo. Renunciar a amar es renunciar a Dios.
Y aquel hombre se marchó pensativo...
(1) "Conjeturas de un espectador culpable", Thomas Merton,  Ed. Sal Terrae 2011

martes, 11 de septiembre de 2012

EL EVANGELIO DE LA VIDA


He encontrado esta fotografía en Camino Misionero y quiero compartirla con vosotros. Creo que nos muestra una gran verdad. El Evangelio cada día está más alejado de nuestra sociedad. Ese Evangelio que empezamos mamando en nuestra familia, de la mano de nuestras madres. Ese ambiente evangélico ha desaparecido de muchas familias. En  la escuela, incluída la religiosa, tras uno de los debates más estériles e incomprensibles que hemos protagonizado, el Evangelio también está prácticamente ausente. Discutiendo si la formación religiosa debía darse en la escuela o en la parroquia, la hemos perdido de las escuelas y, al dejar los padres de asistir a las parroquias, esta se hace prácticamente inútil.
Es decir, que el único Evangelio que muchos van a leer es la vida de los cristianos. Esa es y será la única Nueva Evangelización. Si creemos que con catecismos y conferencias vamos a acercar a la gente a un Cristianismo real, vivido, andamos frescos. Es como si quisiéramos llenar los campos de futbol repartiendo ejemplares del reglamento...Es viendo jugar a los grandes equipos que la gente se aficiona. Después ya aprenderán el reglamento.
Los cristianos tenemos la enorme responsabilidad de que nuestra vida ha de ser reflejo del Evangelio. Ese fue el ideal de Francisco de Asís. Y así, aquel sencillo frailico de la Umbría, revolucionó toda la Europa de su tiempo. 
Perdemos el tiempo, y hacemos más daño que bien, discutiendo sobre fruslerías de hábitos sí, hábitos no, comuniones de rodillas o de pie, en la mano o en la boca...y olvidamos lo más importante: vivir el Evangelio. Un Evangelio cuyo mensaje nos dice que a Dios hemos de alcanzarlo a través de los hombres. Que hemos de amar a Dios sobre todas las cosas, amando a los hombres con todas nuestras fuerzas.
Si nuestra vida muestra ese Evangelio, no lo dudemos, estamos haciendo la Verdadera Evangelización. 

lunes, 10 de septiembre de 2012

EL ANACORETA Y EL ENTUSIASMO


La cara del Anacoreta se iluminó con aquella sonrisa pícara que tan bien conocía su joven seguidor. La sonrisa que le indicaba que quería enseñarle algo. No se equivocó. Al poco rato el anciano le dijo:
- ¿Sabes lo que más me preocupa en estos tiempos de crisis?
El joven no respondió, consciente de que su respuesta sería irrelevante. El Anacoreta prosiguió:
- La falta de entusiasmo de la gente en general y sobre todo de la juventud.
Miró sonriendo al joven seguidor mientras decía:
- Una de las características de la juventud es el entusiasmo. Ven ante ellos una vida por conquistar y una sociedad para mejorar. En cambio el joven, hoy día, ve solamente el goce inmediato y desconfía plenamente del futuro. Volvió a mirarlo con picardía y le preguntó:
- ¿Sabes el significado del vocablo griego que traducimos por entusiasmo?
No esperó la respuesta del joven:
- Tener un dios dentro de sí. Es decir, tener la fuerza y la sabiduría para conquistar el mundo, para resolver todos los problemas... Salvo honrosas exepciones, los jóvenes de hoy no tienen fuerzas ni para abandonar el hogar paterno. Esperan que las cosas cambien, que mejoren por sí solas...No se dan cuenta que son ellos quién están llamados a cambiarlas. Olvidan, que sin su entusiasmo las cosas no cambiarán nunca, cada día serán perores.
Suspiró y dijo para concluir:
- Por esto es tan importante que ayudemos a los jóvenes a recobrar su entusiasmo...   

domingo, 9 de septiembre de 2012

¡ÁBRETE!


"Jesús volvió a salir de la región de Tiro y, pasando por Sidón y los pueblos de la región de Decápolis, llegó al lago de Galilea. Allí le llevaron un sordo y tartamudo, y le pidieron que pusiera su mano sobre él. Jesús se lo llevó a un lado, aparte de la gente, le metió los dedos en los oídos y con saliva le tocó la lengua. Luego, mirando al cielo, suspiró y dijo al hombre:
– ¡Efatá! (es decir, “¡Ábrete!”).
Al momento se abrieron los oídos del sordo, su lengua quedó libre de trabas y hablaba correctamente. Jesús les mandó que no se lo dijeran a nadie; pero cuanto más se lo mandaba, tanto más lo contaban ellos. Llenos de asombro, decían:
– Todo lo hace bien. ¡Hasta hace oír a los sordos y hablar a los mudos!"


El sordo tartamudo, otros traducen simplemente que hablaba con dificultad, es nuestra imagen. En una sociedad llena de ruidos, de llamadas, gritos y estímulos, nos hemos vuelto sordos a las voces de los necesitados, a las llamadas a la justicia, a la espiritualidad. No es que no veamos al necesitado, sino que pasamos a su lado sin hacerle caso. No queremos complicaciones. Esta sordera nos lleva a la mudez. ¿Qué podemos decir si no escuchamos? Nunca habíamos hecho tantas reuniones, congresos, foros...y nunca nos habíamos escuchado tan poco. Defendemos nuestra postura, pero no dialogamos. Y muchas veces sólo repetimos lo políticamente correcto y cerramos nuestros oídos a los razonamientos de los demás.
El texto tiene unos detalles muy interesantes. Al sordo "lo llevaron" a Jesús. Si no queremos oír, difícilmente saldremos de esta sordera si alguien no nos ayuda, si no nos llevan a aquel que nos puede curar.
Para curarlo, Jesús lo aparta de la multitud. Para recobrar el oído necesitamos el silencio y la soledad. La meditación es imprescindible.
La orden que Jesús le da, es ¡ábrete! Nuestro problema es que estamos encerrados en nosotros mismos. Nuestra cultura es narcisista. De tanto mirarnos a nosotros mismos, hemos olvidado la realidad, la existencia de los demás, las necesidades reales de la vida. 
Necesitamos urgentemente abrirnos. Una oración, una religión que nos lleva a mirarnos únicamente a nosotros, a regodearnos en nuestra santidad, a olvidarnos de la voz que clama justicia en el mundo, es pura sordera.
El evangelio de hoy nos invita a salir de nosotros mismos. A abrir puertas y ventanas para que entre el aire y la luz de la realidad
Tras abrirse los oídos del sordo, hablaba correctamente. Si nos abrimos a los demás, nuestras palabras no serán vanas, no herirán, sino que ayudarán a transmitir la vida a nuestro alrededor.
¿Qué esperamos a abrirnos a los demás, que no es otra cosa que abrirnos a la gracia?


sábado, 8 de septiembre de 2012

MÚSICA DEL SÁBADO: CON TODO



Y tras este grupo australiano de música religiosa, os dejo este vídeo de Mannel en memoria de este país que está siendo martirizado: Siria.

viernes, 7 de septiembre de 2012

MEMORIAS DE ÁFRICA: EL LADRÓN DESESPERADO


Hace ya mucho tiempo, demasiado, que no escribo ningún recuerdo de África. Dos hechos recientes me han transportado veinte años atrás: el asalto al supermercado en Andalucía y la señora que, recientemente, se fue del supermercado sin pagar. Sucedió en Bohicon, el pueblo del Benin donde viví tres de mis diez años africanos. Por aquel entonces era una República Popular Marxista. Un país fundamentalmente agrícola, aceite de palma y algodón como exportaciones más importantes, se iba degenerando al haberlo abandonado Francia. Benin nacionalizó las empresas que comercializaban el aceite y el algodón y Francia les dijo, pues ahí os quedáis con vuestro aceite y vuestro algodón. Así hemos tratado Europa al viejo continente. Cuando no podemos sacar nada de él lo abandonamos.
Pero volvamos a la historia. El jefe de policía del pueblo era un gigantón con cara de traganiños, pero con un corazón que no le cabía en el pecho. Un día, llegó gritando una vendedora del mercado. Decía que le habían robado una jofaina de arroz hervido y otra de salsa. Sabía quién era el ladrón y dónde vivía. Así que se fueron a esa casa. Cuando llegaron se encontraron con un grupo de niños escuálidos comiendo alrededor de la jofaina. El padre se dirigió al policía y le dijo:
- Mis hijos ya han podido comer después de tres días sin hacerlo. Ahora ya me puede llevar a la cárcel.
Aquel policía gigantón con cara de traganiños, miró a la vendedora y le preguntó cuánto valía todo. Sacó la cartera, pagó y le dijo:
- Ahora, márchese.
Y dejó  a los niños comiendo tranquilamente.
Cuando me lo explicaba se le humedecieron los ojos.
Es evidente que saquear supermercados o irse sin pagar no es la solución. Pero, ¿qué hacemos los demás para solucionar esos problemas? ¿Por qué nuestros gobernantes se empeñan en recortar a los débiles y los ricos se hacen más ricos con la crisis? ¿Alguien me explica por qué la venta de coches de alta gama no ha bajado? ¿Sabe alguien de alguna clínica de cirugía estética que haya tenido que reducir personal?
A la señora que se fue sin pagar del supermercado la han condenado. No tuvo la suerte de encontrarse con un policía o un juez gigantón, con cara de traganiños, pero con un corazón que no le cabía en el pecho...

jueves, 6 de septiembre de 2012

EL ANACORETA Y EL ÁRBOL ACOGEDOR


El Anacoreta y su joven seguidor paseaban  hacia el Monasterio de San Matías en la falda del Tibidabo. Al llegar a las puertas del monasterio de las Hnas. Jerónimas, se refugiaron a la sombra de un pino. Entonces el anciano dijo:
- ¿Ves este árbol? Da sombra a todo el que se cobija en él. No le pregunta si es bueno ni si es malo. No le importa si es guapo o feo, creyente o ateo. Él ofrece su sombra acogedora a todos.
Suspiró mientras contemplaba la ciudad a sus pies y prosiguió:
- Así debe ser el amor. Así es el Amor de Dios, "que hace brillar el sol sobre buenos y malos y llover sobre justos y pecadores..."
El joven preguntó:
- ¿Pero cómo podemos llegar a eso?
Sonrió el Anacoreta y respondió:
- No es fácil. Es un camino que debemos recorrer toda la vida; pero te indicaré dos cosas que creo importantes: Hemos de mirar a los otros sin juzgarlos. Hemos de dejar de mirarlos como a buenos o malos, justos o pecadores. Descubriremos que son personas que luchan, como nosotros, para ir avanzando en la vida. Personas que caen y se levantan al igual que nosotros. Y hemos de saber mirarnos a nosotros como seres pequeños, imperfectos y sin embargo amados por Dios. Porque Él nos ama tal como somos. Eso nos ayudará a amar también a los demás tal como son, no tal como nosotros queremos que sean.
Y entraron en la iglesia del monasterio a rezar un rato ante el Señor...

miércoles, 5 de septiembre de 2012

EL ANACORETA Y LA LLAMADA INTERIOR


Tras rezar Completas, el Anacoreta y su joven seguidor estaban en la terraza contemplando la luna llena, que lo iluminaba todo con su luz plateada.
Tras un largo silencio el anciano dijo:
- Si logramos hacer el silencio en nosotros, podemos escuchar la llamada interior.
Hizo una pausa y siguió:
- Esa voz nos muestra el sentido real de nuestra existencia. Es la llamada a emprender el camino auténtico, aquel que nos corresponde a cada uno de nosotros.
Volvió a hacer una larga pausa antes de proseguir:
- Si supiéramos que la verdadera felicidad está en adecuar nuestra vida exterior con esa voz interior, todos nos esforzaríamos por escucharla.
El joven seguidor preguntó:
- ¿Cómo podemos escucharla?
Sonrió el Anacoreta y respondió:
- Con la meditación. Ella hace que logremos el silencio interior. Ella nos ayuda a analizarnos a nosotros mismos. Ella nos enseña a escuchar nuestro cuerpo y descubrir nuestro mundo interior. Ahí es donde descubrimos la llamada, nuestra vocación, a qué estamos destinados en este mundo. Eso hace que nuestra vida cobre sentido. Si seguimos esa llamada, por grandes que sean las dificultades, seremos felices...
Y permanecieron en silencio contemplando la luz de la luna...y escuchando su voz interior, que les llamaba a amar...

martes, 4 de septiembre de 2012

MÁS SOBRE EL SABER VER


Os dejo aquí dos citas de May Sarton:
"La luz de la tarde, que da un efecto marmóreo a la blanca pared, puede revestir el carácter de una revelación."
"Si se mira cualquier cosa durante un tiempo suficiente, si se mira con plena atención una flor, una piedra, la corteza de un árbol, la hierba, la nieve, una nube, se produce una especie de revelación. Algo se nos "da", y quizá ese algo es siempre una realidad al margen del yo."
Por desgracia pasamos sobre las cosas sin mirarlas, sin verlas...por eso permanecen opacas y vacías para nosotros. Sin embargo, todas, nos hablan de Dios.

lunes, 3 de septiembre de 2012

SABER VER...


Las vacaciones han acabado ya para mucha gente. Para algunos, hacer vacaciones significa viajar. Pero, ¿aprovechamos los viajes? Algunos me dirán que en los tiempos que vivimos no hay dinero para viajar. Creemos erróneamente que hay que viajar lejos...Como dice el anuncio, nos falta conocer muchas cosas que creemos conocer.Y el problema está en que no sabemos ver. Os pondré un ejemplo: Una familia amiga viajó a África. Su comentario al volver fue: "¡Qué desagradable! No pienso volver.¡Cuánta miseria! ¡Qué ignorancia!"
Otra familia, al regresar me dijo: "Este viaje nos ha cambiado la vida. ¡Cuántas cosas nos sobran a nosotros! Aquellas personas, con mucho menos eran felices. ¡Qué sabiduría la de aquellos ancianos!¡Qué fortaleza la de aquellas mujeres!
¿A qué se debe esa diferencia de opiniones? Simplemente, unos supieron ver y los otros no. Y es que nuestra sociedad nos bombardea con tantas imágenes que las cosas nos resbalan. Para saber ver hay que ser receptivos, tener la voluntad de conocer cosas nuevas y no tener prejuicios. Se necesita calma, tomar distancia y acostumbrarse a mirar las cosas desde diferentes perspectivas, desde diferentes ángulos. Y se necesita saber escuchar.
¿Hemos aprendido algo en estas vacaciones? ¿Que no hemos viajado? No hacía falta. Las vacaciones también son un tiempo para saber ver nuestra ciudad. Para ver de forma diferente a las personas que nos rodean habitualmente. Para hacer de nuestra mirada, una mirada transparente... 

domingo, 2 de septiembre de 2012

CORAZONES LIMPIOS



En aquel tiempo, se acercó a Jesús un grupo de fariseos con algunos escribas de Jerusalén, y vieron que algunos discípulos comían con manos impuras, es decir, sin lavarse las manos. ( Los fariseos, como los demás judíos, no comen sin lavarse antes la manos restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y, al volver de la plaza, no comen sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas. ) Según eso, los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús 
- ¿Por qué comen tus discípulos con manos impuras y no siguen la tradición de los mayores? 
Él contesto:
- Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío,  porque la doctrina que enseñan  son preceptos humanos. Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres.
Entonces llamó de nuevo a la gente y les dijo:
- Escuchad y entended todos: Nada que entre de fuera puede hacer la hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre. Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los malos propósitos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro.

El mensaje del evangelio de hoy es claro y nos muestra el peligro de la religión: dar toda la importancia a lo externo, a los ritos, a las palabras, los dogmas y olvidarse de la vida, del interior, del corazón. En la segunda lectura, Santiago lo interpreta claramente:
"La religión pura y sin mancha a los ojos de Dios, es que ayudéis a los huérfanos y las viudas en sus necesidades, y permanezcáis limpios de la malicia del mundo."
La verdadera religión consiste en la limpieza del corazón. Debemos tener un corazón lleno de Dios. Si no, corremos el riesgo de tener una religión rica en ceremonias, teologías, dogmas...y vacía de Dios. Es decir, vacía de Amor.
Nos quejamos de que la gente se aleja de la religión. ¿No será que no encuentran a Dios en nosotros? ¿No será que lo que sale de nuestro corazón está muy lejos de lo que dicen nuestros labios?
Jesús no se opone a la tradición. No podemos reinventarnos la religión cada día. Pero tampoco podemos hacer de ella un bloque cerrado, sin vida; una repetición de conceptos vacíos, que nos hacen quedarnos inmóviles y no avanzar.
Jesús no se opone a los símbolos. Él los empleó constantemente. La viña, el buen pastor, la higuera estéril, la puerta, el camino...Y permanece en medio de nosotros en el Pan y el Vino...Pero todo eso no sirve para nada si no cambia nuestra vida, si no cambia nuestro interior. Es inútil si no hace salir de nuestro corazón obras de Amor y nos hace luchar por la justicia y por los más pequeños.
Por eso es bueno que cada noche, antes de irnos a dormir, empleemos un tiempo para revisar nuestro corazón y limpiarlo con su Amor. Comparar nuestro corazón con el Evangelio. Espejar nuestra vida en Su Vida. Sólo así lograremos que de él no salgan maldades, sino obras de amor...


sábado, 1 de septiembre de 2012

MÚSICA DEL SÁBADO: DORM



TRADUCCIÓN 

Duerme, ya hace mucho que todo está a oscuras
y lentamente entras en mi mundo,
donde todo es posible si me sigues
y dejas de tener miedo.

Duerme, tienes toda la noche por descubrir.
Sólo si tu quieres, sueña conmigo.
Te llevaré por muchos caminos
hasta que el sol nos sorprenda en la mañana.

Luces de colores nunca se apagan en tu corazón;
trenes y un destino, el horizonte.

Duerme, ya falta menos para llegar.
decir adiós nunca te ha gustado.
Siempre nos quedará mañana
para seguir soñando.

Luces de colores nunca se apagan en tu corazón;
trenes y un destino, el horizonte.

Luces de colores nunca se apagan en tu corazón;
Trenes y un destino, el horizonte.