Mientras tomaban una taza de café, el Anacoreta dijo a su joven seguidor:
- Hoy leía esta frase de Erich Fromm: "Hoy la pregunta no es en realidad si Dios ha muerto sino si el ser humano ha muerto, si no ha quedado tan reducido a homo consumens pasivo, vacío, alienado, que ha perdido toda su vida interior."
Tomó un sorbo y continuó:
- Esto lo escribió en los años setenta. No creo que hayamos mejorado. Seguimos obsesionados por el tener, por el poder, por las apariencias y olvidamos el ser. Cuando nos preocupamos por el tener nos convertimos en cosas, porque poco a poco, lo que tenemos nos va teniendo a nosotros. Nos hacemos esclavos de nuestros posesiones. Y olvidamos lo más importante: que sólo poseemos de verdad aquello que damos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario