F.J. Vitoria Cormenzana en su libro " Una teología arrodillada e indignada", escrito para conmemorar los 30 años de publicación de los Cuadernos de Cristianismo y Justicia, entre muchas cosas interesantes, nos señala aquellos rasgos que deberían ser distintivos para la Iglesia.
- El fundamento: La gratuidad. Debe dar gratis lo que recibió gratis. Debe repartir sin miramientos ni condiciones el Amor de Dios recibido.
- La prioridad: Hacer el bien a los seres humanos. Ha de ser una Iglesia portadora de salud, perdonadora, nutricia, combativa contra los poderes del mal.
- Lo inexcusable: La vecindad con los pobres. Ha de hacer suya la que, con gran fidelidad al Espíritu de Jesús, se ha llamado opción preferencial por los pobres. Debe renunciar a la riqueza y a todo tipo de violencia.
- La mediación imprescindible: La fraternidad. Todos los miembros de la comunidad eclesial han de ser iguales : hermanos. Todos corresponsables de la marcha y organización de la Iglesia.
- El impulso vital: Una esperanza contra toda esperanza. Una esperanza incombustible. Una esperanza como la de María , que proclama a un Dios que derriba a los potentados de los tronos y exalta a los humildes que a los hambrientos colma de bienes y despide a los ricos con las manos vacías.
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