El joven seguidor se desanimaba , porque intentaba cambiar y corregir sus defectos y no lo conseguía. El Anacoreta, sonriendo, le dijo:
- No me extraña. Quieres cambiar demasiado deprisa. Empiezas con mucho empuje y te cansas y pierdes fuerzas enseguida.
Lo miró con afecto y añadió:
- Su quieres cambiar, haz de realizar día a día pequeños cambios en tu vida. Sólo así llegarás a realizar auténticas mejoras, verdaderos cambios, en tu manera de ser.
No hay comentarios:
Publicar un comentario