viernes, 3 de febrero de 2017

MALA CONCIENCIA


 "El rey Herodes oyó hablar de Jesús, porque su fama había corrido por todas partes, y algunos decían: “Juan el Bautista ha resucitado, y por eso tiene este poder milagroso.”
Otros decían: “Es el profeta Elías.”
Y otros: “Es un profeta como los antiguos profetas.”
Pero Herodes decía al oir estas cosas:
– Ese es Juan. Yo mandé cortarle la cabeza, pero ha resucitado.
Es que Herodes, por causa de Herodías, había mandado apresar a Juan y le había hecho encadenar en la cárcel. Herodías era esposa de Felipe, hermano de Herodes, pero Herodes se había casado con ella. Y Juan le había dicho a Herodes: “No puedes tener por tuya a la mujer de tu hermano.”
Herodías odiaba a Juan y quería matarlo; pero no podía, porque Herodes le temía y le protegía sabiendo que era un hombre justo y santo; y aun cuando al oirle se quedaba perplejo, le escuchaba de buena gana. Pero Herodías vio llegar su oportunidad cuando Herodes, en su cumpleaños, dio un banquete a sus jefes y comandantes y a las personas importantes de Galilea. La hija de Herodías entró en el lugar del banquete y bailó, y tanto gustó el baile a Herodes y a los que estaban cenando con él, que el rey dijo a la muchacha:
– Pídeme lo que quieras y yo te lo daré.
Y le juró una y otra vez que le daría cualquier cosa que pidiera, aunque fuese la mitad del país que él gobernaba. Ella salió y preguntó a su madre:
¿Qué puedo pedir?
Le contestó:
– Pide la cabeza de Juan el Bautista.
La muchacha entró de prisa donde estaba el rey y le dijo:
– Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista.
El rey se disgustó mucho, pero como había hecho un juramento en presencia de sus invitados, no quiso negarle lo que pedía. Así que envió en seguida a un soldado con la orden de traerle la cabeza de Juan. Fue el soldado a la cárcel, le cortó la cabeza a Juan y la puso en una bandeja. Se la dio a la muchacha y ella se la entregó a su madre.
Cuando los seguidores de Juan lo supieron, tomaron el cuerpo y lo pusieron en una tumba."

Juan había preparado el camino a Jesús. Había anunciado su llegada. Todos conocemos su final. Su cabeza acabó en una bandeja por el odio de Herodías y la cobardía de Herodes. Este no tenía la conciencia tranquila. Por eso, cuando aparece Jesús y todos se preguntan quién es, él cree que Juan ha regresado.
El poder elimina al que le molesta, al que le cuestiona. Occidente está eliminando al pobre, al diferente. No le cortamos la cabeza, pero lo amontonamos en un campo de refugiados. O miramos hacia otro lado cuando, con la excusa de eliminar el terrorismo, se le bombardea y se le mata.
Cada vez que aparece un cadáver en nuestras playas, nuestra conciencia debería decirnos que es Jesús crucificado que vuelve. Si nuestra religión no remueve nuestra vida, no nos cambia totalmente, es una simple ideología, teorías, pero no es VIDA. 


1 comentario:

  1. Cuando lo veo siento vergüenza,y combio ho lo apago,no se si hago bien,pero ya suprimo lo que me hace sufrir

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