domingo, 8 de octubre de 2017

SOMOS VIÑADORES



"Escuchad otra parábola: El dueño de una finca plantó una viña, le puso una cerca, construyó un lagart y levantó una torre para vigilarla. Luego la arrendó a unos labradores y se fue de viaje. Llegado el tiempo de la vendimia, mandó unos criados a recibir de los labradores la parte de la cosecha que le correspondía. Pero los labradores echaron mano a los criados: golpearon a uno, mataron a otro y a otro lo apedrearon. El dueño envió otros criados, en mayor número que al principio; pero los labradores los trataron a todos del mismo modo.
Por último mandó a su propio hijo, pensando:
- Sin duda, respetarán a mi hijo.
Pero cuando vieron al hijo, los labradores se dijeron unos a otros:
- Este es el heredero; matémoslo y nos quedaremos con la viña.
Así que le echaron mano, lo sacaron de la viña y lo mataron.
Pues bien, cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué creéis que hará con aquellos labradores? 
Le contestaron:
– Matará sin compasión a esos malvados y dará la viña a otros labradores que le entreguen a su debido tiempo la parte de la cosecha que le corresponde.
Jesús les dijo:
– ¿Nunca habéis leído lo que dicen las Escrituras?:
‘La piedra que despreciaron los constructores
es ahora la piedra principal.
Esto lo ha hecho el Señor
y nosotros estamos maravillados.’ 
Por eso os digo que a vosotros se os quitará el reino, y se le dará a un pueblo que produzca los frutos debidos."

Dios nos ha dado este mundo a los hombres para que cuidemos de él. Es la viña de la que debemos obtener buenos frutos. Pero nosotros nos hemos erigidos en dueños del mundo. Y en vez de cuidarlo, destruimos cada día más la naturaleza. En vez de hacer de él un mundo para todos, lo hemos hecho propiedad de unos pocos y la mayoría vive en la miseria y el hambre. Hemos hecho un mundo de guerras, violencia, fronteras...
Dios nos envía personas, que proféticamente, intentan abrirnos los ojos ante el mal que hacemos, pero nosotros los rechazamos e incluso los matamos.
Y lo que es más grave, eliminamos a Jesús de este mundo y así eliminamos a Dios. No creemos dueños de todo y amos de nuestro futuro.
Pero Dios nos da este mundo a condición de que demos buenos frutos. Frutos de amor. Este mundo será habitable si lo utilizamos con respeto, si somos capaces de compartir, si erradicamos toda violencia. Entonces esta viña volverá a ser la VIÑA del Señor, su Reino. Un Reino de AMOR.



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