Uno de entre la gente dijo a Jesús:
– Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia.
Jesús le contestó:
– Amigo, ¿quién me ha puesto sobre vosotros como juez o partidor?
También dijo:
– Guardaos de toda avaricia, porque la vida no depende del poseer muchas cosas.
Entonces les contó esta parábola: Había un hombre rico, cuyas tierras dieron una gran cosecha. El rico se puso a pensar: ‘¿Qué haré? ¡No tengo donde guardar mi cosecha!’ Y se dijo: ‘Ya sé qué voy a hacer: derribaré mis graneros y construiré otros más grandes en los que guardar toda mi cosecha y mis bienes. Luego me diré: Amigo, ya tienes muchos bienes guardados para muchos años; descansa, come, bebe y goza de la vida.’ Pero Dios le dijo: ‘Necio, vas a morir esta misma noche: ¿para quién será lo que tienes guardado?’ Eso le pasa al hombre que acumula riquezas para sí mismo, pero no es rico delante de Dios.
La verdadera riqueza es el Amor. El verdadero Amor. Aquel que nos une a Dios a través de los demás. Nosotros seguimos empeñados en el dinero, el poder, la fuerza, la influencia...Pero todo eso no es nada ni nos da la felicidad. Hemos de ser ricos ante Dios.
"(...) Jesús nos presenta la parábola del hombre rico que acumulaba bienes sin preocuparse por lo que verdaderamente importaba. Este hombre pensaba que su seguridad y felicidad dependían de sus posesiones materiales, pero Dios le recuerda que la vida no depende de lo que se tiene. Al final, todo lo que acumulamos aquí en la tierra no tiene valor si no somos ricos ante Dios, es decir, si no cultivamos una vida centrada en el amor, la generosidad y la justicia.
Esta advertencia es actual para nosotros hoy. Muchas veces, como el hombre de la parábola, ponemos nuestra confianza en lo que poseemos o en nuestras propias capacidades, creyendo que esas cosas nos darán seguridad. Pero Jesús nos llama a mirar más allá de lo material, a poner nuestra confianza en Dios y a vivir de manera que nuestras acciones reflejen esa confianza. La verdadera riqueza no se encuentra en los bienes acumulados, sino en una vida vivida según la voluntad de Dios, en servicio a los demás y en comunión con Él. (...)"
(Edgardo Guzman cmf, Ciudad Redonda)
La Vida posada en l'Amor, la generositat i la Justícia, aixó és en definitiva ÉSSER, i mai , mai mai, sol. en CASA.
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