Aquel grupo de jóvenes subieron al Rincón del Anacoreta ilusionados y llenos de preguntas. Eran jóvenes muy distintos. Unos, comprometidos en ONG's. Otros admiraban la figura de Jesús, algunos desorientados, pero todos buscaban respuestas, ya que estaban llenos de dudas. También estaban todos ilusionados con hacer de su vida algo útil para la sociedad, pero les daba miedo dar el paso definitivo.
El Anacoreta los miró con simpatía y les dijo:
- Me habéis hecho muchas preguntas. Ahora me toca a mi preguntaros. ¿Creeis que habéis experimentado lo que es "encontrarse con Jesús" alguna vez?
Se hizo el silencio. Poco a poco, los jóvenes dijeron que lo habían encontrado un día en la montaña, en unos momentos de oración, en una Pascua Joven o del Espíritu...Pero, la mayoría no se atrevió a decir nada.
Sonrió el Anacoreta y siguio halando:
- Todos sois muy generosos...ro debéis tner algo muy presente. A Jesús se le encuentra en la oración. Si hacéis mil voluntariados, mil apostolados, pero no rezáis, un día os cansaréis de lo que hacéis. ¿Y sabéis lo mejor? Cuando descubris a Cristo en la oración, después, lo encontraréis en el hermano, en el pobre, en el amigo...en el HOMBRE...en todas partes.
Guardó otros instantes de silencio y añadió:
- Para seguir a alguien, nos tenemos que identificar con su persona. Únicamente nos identificaremos con Jesús por la oración. Meditando cada día su vida. Así nos podremos identificar con su misión, profundizarla y hacerla nuestra.
Uno de los jóvenes, con cara triste, se levantó y dijo:
- Dedico tiempo al voluntariado. El mpasado verano fuí un mes a África a participar en un proyecto de desarrollo. Pero, cuando decido dedicar mi vida a los otros en la vida religiosa, hay algo que me da miedo: "dedicar la vida para siempre". No sé si seré capaz de ser fiel. No sé si tendré fuerzas No sé si el día de mañana cambiaré de idea...Y no me atrevo a dar el paso definitivo.
Muchos asintieron con la cabeza las explicaciones del joven.
El Anacoreta lo miró con cariño. Luego añadió:
- Es un camino progresivo. Aunque sientas la llamada en momento concreto, como san pablo en el camino de Damasco, después hay que madurarlo...Y Jesús, después de la Resurrección siempre repetía a sus discípulos : "No tengáis miedo". Nuestra sociedad teme lo definitivo. Parejas que se aman, no se atreven a dar el paso al matrimonio por miedo a lo definitivo. No saben si podrán ser fieles.
Miró con amor a aquel joven y añadió:
- Tienes que confiar en Jesús. Nosotros ya sabemos que fallaremos, que caeremos, que seremos infieles...Pero Él siempre estaráa nuestro lado...Y si somos fieles a la oración de cada día, tendremos fuerzas para decir SÍ cada día. No pienses en toda la vida. Piensa en hoy...Dí SÍ cada mañana...y Jesús te ayudará a seguir caminando toda la vida...
Y se fueron a rezar Vísperas juntos...
(Texto publicado ayer en el material que se reparte en los colegios de La Salle Catalunya con motivo del día dedicado cada mes a rezar y reflexionar sobre la vocación)