El Anacoreta se durmió y empezó a soñar... Se vio caminando por la ciudad. A su paso varias personas se le acercaban solícitas, ofreciéndole sus servicios:
- Yo soy la hipocresía, conmigo triunfarás.
- Yo la mentira, te ofrezco el poder...
- Yo la frivolidad. Aquí encontrarás todos los placeres.
- Utilízame a mi...soy las palabras vanas. Todos te seguirán.
Huyó como pudo de allí. Pronto se vio paseando entre barracas. Más tarde estaba en un inhóspito desierto. Allí, en una pequeña casa de cañas y cartones, encontró a una anciana abandonada y enferma. La anciana, al verlo, le dijo:
- ¿Qué buscas por estos lugares apartados? Ya nadie viene por aquí. La gente busca el éxito, el poder, las diversiones...Precisamente allí nunca estoy yo...
El Anacoreta preguntó:
- ¿Quién eres?
Lo miró la anciana y le dijo:
- Soy la verdad. Yo no puedo ofrecerte ni éxito, ni poder, ni diversiones. Los hombres hace tiempo que me han abandonado. Estoy abandonada en este desierto...
Pensativo, el Anacoreta repuso:
- Pero en el mundo existe libertad de expresión...Podrías habitar allí.
Sonrió tristemente la anciana al decir:
- ¿Libertad? Sólo para los que dicen lo que ellos quieren oír...Estoy enferma. Para vivir necesito el bien común, la paz, la justicia social, la concordia, la amistad, la alegría interior, confianza en el futuro, la felicidad... Todos ellos andan perdidos por este desierto. Los han sustituído por el consumo, por la moda, por lo políticamente correcto, por la inconsciencia, el éxito fácil y la frivolidad...Yo muero abandonada en este desierto...
Cuando el Anacoreta despertó dudaba de si había sido un sueño o era algo real. Lo cierto es que se sintió tremendamente solo...
Muy bueno hermano, muy bueno.
ResponderEliminarGracias
SDor.Cecilia
Joan, no pienso que fuera un sueño porque lo que acabas de contar es la realidad.
ResponderEliminarConsumismo, poder, mentiras...eso impera ahora en nuestra sociedad y lo peor es que educamos a nuestros hijos con una serie de valores y nos cuesta mantenerlos porque esta sociedad es rápida en quebrantarlos.
Un saludo
Todos esperamos, casi desesperadamente, que nos digan lo que queremos oír. Aunque en el mundo del pensamiento débil, también se intenta que queramos oír lo que quieren decirnos.
ResponderEliminarUn abrazo
Pablo.
Los letrados, los principes, los dirigentes, el pueblo alborotado, pidiendo y manifestandose. Siempre, siempre hay personas humildes, trabajadoras, felices y dando gracias por lo que tienen.
ResponderEliminarPero no se hoyen, no se hacen notar, ablan en voz baja, en una sociedad alterada y chillanera. Una abraçada
Se encontraba ABANDONADA,enferma..se sentía en la Nada.
ResponderEliminarSentimiento que se repite cada vez más,desafortunadamente.
Estamos "flotando"Joan,amiguco¡¡
Besucos
Gó
Hermano,admítame en su space anterior para poder tener creca el enlace.
ResponderEliminarSoy ,creo,buena gente y me gusta meditar,sobre Jesús ,el CRISTO.
Gracias y un abrazo
Calceines
MI space es privado,pero ..entre,por favor
Así es como yo me siento en esta sociedad Joan, sola, cuando voy por la calles y me chocan con las prisas, cuando voy al supermercado y se me cuelan, cuando el dependiente no me dice ni hola. ASí es.
ResponderEliminarUn besazo.