- Es curioso - comentó el Anacoreta - Los intolerantes acusan a aquellos que respetan las ideas de los demás, sin abandonar las suyas, de relativistas. Y los relativistas acusan a los que respetando las ideas de los demás no abandonan las suyas, de intolerantes.
Sonrió a su joven seguidor y dijo:
- Tenemos la manía de bipolarizarlo todo. O negro o blanco...y olvidamos la riqueza de los matices.
- Sí - afirmó el joven seguidor - pero, si respetamos las ideas de los otros, pero nos reafirmamos en las nuestras, ¿no caemos en el inmovilismos?¿No nos impide avanzar?
Miró el anciano al joven con simpatía y añadió:
- Claro. Falta otro matiz. Conservar nuestras ideas, pero estando abiertos a la crítica y a las ideas de los demás, para enriquecernos y cambiar lo necesario. No hay verdades absolutas.
Se detuvo riendo y concluyó:
- Claro, que esta afirmación los intolerantes me la tacharán de relativista...La verdad es que no hay error más grave que hacer de una verdad parcial, una verdad absoluta...
Hola Joan Josep.
ResponderEliminarCuando leo tu Post, termino de venir del Itinerario de Renovación de la Fe del Arzobispado de Valencia.
Y de leer y meditar Pasajes de la Biblia en mi Parróquia.
Así y todo respeto a los que piensan distinto.
Pero considero mis principios cristianos como un regalo en el camino por esta vida.
Mira hay otras filosofías que dicen "Hare Krisna" y yo digo "Corazón de Jesús en Vos confio" o "El Señor es mi Pastor".
¿Me consideras relativista?.
Una abraçada germà, Montserrat
Tampoco le demos más vueltas!!.
ResponderEliminarSí podemos cambiar la parte que no es agradable a los demás ,pero siguiendo con nuestra forma de ser individuos.
Si nos "llaman" o si nos "acusan"es algo que debemos aceptar,siempre y cuando el respeto prime .
Besucos hermano
Gó
Mi abuelo decía sobre este asunto: "no estamos pa minucias". La sabiduría popular, que tb. existe:), nos dice que lo importante, los grandes valores -el derecho a la vida, a la justicia, a la paz...- no se deben relativizar; ahora, las costumbres (que muchas veces crean norma), las ideas teñidas de prejuicios, la intolerancia ante cualquier forma de pensar que no sea como la nuestra,... hay que saber interpretarlas y distinguirlas de lo que realmente nos hace más humanos: la compasión, la caridad, la generosidad...
ResponderEliminarHace unos días en una entrada que titulaba "relativismo a tope" http://41grados.blogspot.com/2011/10/relativismo-tope.html ciertamente me muestro contrario al relativismo, pero a ese relativismo que todo lo justifica, que no es más que una excusa para acreditar nuestras malas acciones.
Un abrazo
Pablo.