El joven seguidor leía el periódico, cuando comentó en voz alta:
- ¿La estructura de la Iglesia no está anticuada para nuestros tiempos?¿No es una estructura monárquica?
Rió el Anacoreta y luego dijo:
- La Iglesia, al acabar la persecución con Constantino, tomó la estructura del Imperio Romano y luego, tras la caída de este y a lo largo de la Edad Media, se transformó en una estructura monárquica. Y así seguimos.
- O sea - señaló el joven - que ahora debería transformarse en una democracia.
Guardó unos momentos de silencio el anciano, luego dijo:
- No creo que una concepción democrática o asamblearia fuese lo mejor para la Iglesia. Y no olvides que hoy la misma democracia está en crisis. La Iglesia no es una nación ni un estado, sino una comunidad de seguidores de Jesús. Su estructura debería ser sinodal en su sentido etimológico griego: sýn-odós = caminar juntos.
Miró al joven seguidor y concluyó:
- El Vaticano II señaló este camino. Desgraciadamente los sínodos actuales siguen siendo monárquicos. Sólo son consultivos. La Iglesia, es decir, todos nosotros, hemos de recuperar ese sentido de comunidad de caminantes que busca y que debe reorientar cada día su camino...
Hola Joan.Da para reflexionar lo que escribes...Creo que la humanidad , salvo excepciones, andamos perdidos ...a la búsqueda de nuestro sentido de vivir y de nuestra aceptación de la vida como efímera y parte de la Creación. Un abrazo Joan. El otoño me hace cuestionarlo todo...
ResponderEliminarBuen escrito Joan Josep. Sabes, pienso que más que un espiritu caminante, la iglesia deberia tener un espíritu peregrino; no en el sentido estricto, sinó en el sentido del imaginario popular de algo que se dirige a un fin i que integra, se integra y se adapta a las circunstàncias de su camino sin olvidar nunca su objetivo, algo que està avanzando incluso estando parado descansando, porque nunca olvida su meta.Cómo escribia mi muy aprecidao Teodor Suau: "lo importante no és la meta sinó el camino". Creo que hemos de caminar juntos, pero sin perder el espiritu de peregrinaje personal que hace que la estructura sea algo necesario para mantener un orden y una orientación. Esto, en cierta manera se refleja en el hecho de que se use una terminologia concreta (ej:magisterio, dogma... en contraposición a ley, política...) Así,aunque la organización de la iglesia pueda parecerse a algo, en el fondo pretende ser algo distinto a una monarquia o democracia, porque el poder no está en las manos de los que dirigen, sinó en la fe, el compromiso y el seguimiento. Cómo se enseña en la catequesis infantil: hay una iglesia pequeña que és un edificio donde se reunen los cristianos, y una iglesia grande que somos cada uno de nosostros con nuestra fe recibiendo a Jesus en nuestros corazones junto a nuestros hermanos reunidos.
ResponderEliminarExcel·lent idea la de caminar plegats, però impossible: caminen els bons missioners per terres pobres. Caminen els fariseus per terres de marbre florentí entre obres d'art i vestits de pedreria. No es trobaran mai.
ResponderEliminarOlga
Y cuando se hizo el concilio Vaticano segundo,cuántas "heridas"creó en las mentes monárquicas de la Iglesia.
ResponderEliminarSí,sin la forma de vida sencilla ,sin ese sínodo,nada puede ser tan real como lo fué Cristo .Aprendamos todos!!!!
Besuco hermano
Gó
*Todo fué bien,gracias a Dios y gracias por tus palabras ,siempre!!.
Nos hemos ido olvidando de lo que significa caminar juntos y por supuesto que el Vaticano II es casi como si no se hubiera celebrado o eso es lo que gustaría en muchos círculos
ResponderEliminarEstaría bien que recuperáramos ese sentido de comunidad, seguro que el camino sería mucho más fructífero para tod@s
Un abrazo