Otra figura de Adviento es Juan Bautista: la voz que clama en el desierto.
Andamos adormilados por la vida. Si no estamos atentos nuestros días se transforman en una sucesión de rutinas. Por eso necesitamos una voz que nos despierte, que nos recuerde que Él está al llegar y debemos prepararnos.
La palabra convertirse no suena muy bien en nuestros días. Lo asociamos a hacer penitencia, vestirse de saco, ayunar...Cosas que suenan raras hoy día.
Sin embargo convertirse no es otra cosa que despertarse. Se trata de vivir conscientes de nuestros actos. Se trata de dejar de lado la rutina y ser conscientes de cada acto que hacemos. Ese despertar comporta darnos cuenta de nuestros errores. Si somos consecuentes los repararemos y procuraremos no volver a caer en ellos. Eso es convertirse.
Hoy, Juan Bautista, es toda voz que despierta sanas inquietudes en nuestras conciencias adormecidas...
Despertarse...vivir conscientes de nuestros actos.
ResponderEliminarGracias! Ha dado en la clave.Que el Señor nos conceda un santo Adviento.
Un abrazo. Dios le bendiga.