"Pilato volvió a entrar en el palacio, llamó a Jesús y le preguntó:
– ¿Eres tú el Rey de los judíos?
Jesús le dijo:
– ¿Eso lo preguntas tú de tu propia cuenta o porque otros te lo han
dicho de mí?
Le contestó Pilato:
– ¿Acaso yo soy judío? Los de tu nación y los jefes de los
sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué has hecho?
Jesús le contestó:
– Mi reino no es de este mundo. Si lo fuese, mis servidores habrían
luchado para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero mi reino no es de
aquí.
Le preguntó entonces Pilato:
– ¿Así que tú eres rey?
Jesús le contestó:
– Tú lo has dicho: soy rey. Yo nací y vine al
mundo para decir lo que es la verdad. Y todos los que pertenecen a la verdad, me
escuchan."
Este texto es el único en el que Jesús se declara a sí mismo rey. Afirmando a la vez que su reino no es como los reinos de este mundo. No se basa en el poder, sino en la verdad. Que se quede tranquilo Pilato. No aparecerá ningún ejército con la intención de rescatar a su rey. Sus discípulos más inmediatos habían huido y su "primer ministro" lo había negado por tres veces.
Jesús, en la Última Cena, ya había demostrado qué clase de rey era, lavando, como un esclavo, los pies de sus discípulos. De hecho, toda su vida la había dedicado a curar, a devolver la vista, a hacer caminar...
Sus seguidores deberíamos recordarlo. Estamos demasiado preocupados por el poder, por los privilegios, por extendernos por todo el globo terráqueo. Jesús nos pidió que fuéramos por toda la tierra anunciando la Buena Nueva; pero ni con la espada, ni con el poder. La manera de extender su Reino, es como lo hizo Él: sirviendo, curando, amando. Su "constitución" sólo tenía dos apartados: amar a Dios y amar al prójimo. Es con ese Amor con el que debemos hacer crecer su Reino. Todo lo que huela a prepotencia, a poder, a dominio...está muy lejos de su Reino. El cristiano ha de conquistar el mundo amando, porque el Reino de Dios es el Reino del Amor. Pero también, a veces, hemos hecho del reino algo tan espiritual, tan lejano del hombre, que se ha transformado en pura teoría, en algo etéreo e inalcanzable. Pero no olvidemos que Él dijo: el Reino ya está aquí.
Jesús es rey del Universo de forma única. No existe ningún reino que se le parezca. Su Reino es el de los pobres, de los que lloran, de los que luchan por la justicia, de los perseguidos, de los abandonados. Cada vez que logramos que alguien deje de odiar, deje de dominar, deje de hacer sufrir a los demás...logramos que el Reino de Dios esté un poco más cerca...
Este texto es el único en el que Jesús se declara a sí mismo rey. Afirmando a la vez que su reino no es como los reinos de este mundo. No se basa en el poder, sino en la verdad. Que se quede tranquilo Pilato. No aparecerá ningún ejército con la intención de rescatar a su rey. Sus discípulos más inmediatos habían huido y su "primer ministro" lo había negado por tres veces.
Jesús, en la Última Cena, ya había demostrado qué clase de rey era, lavando, como un esclavo, los pies de sus discípulos. De hecho, toda su vida la había dedicado a curar, a devolver la vista, a hacer caminar...
Sus seguidores deberíamos recordarlo. Estamos demasiado preocupados por el poder, por los privilegios, por extendernos por todo el globo terráqueo. Jesús nos pidió que fuéramos por toda la tierra anunciando la Buena Nueva; pero ni con la espada, ni con el poder. La manera de extender su Reino, es como lo hizo Él: sirviendo, curando, amando. Su "constitución" sólo tenía dos apartados: amar a Dios y amar al prójimo. Es con ese Amor con el que debemos hacer crecer su Reino. Todo lo que huela a prepotencia, a poder, a dominio...está muy lejos de su Reino. El cristiano ha de conquistar el mundo amando, porque el Reino de Dios es el Reino del Amor. Pero también, a veces, hemos hecho del reino algo tan espiritual, tan lejano del hombre, que se ha transformado en pura teoría, en algo etéreo e inalcanzable. Pero no olvidemos que Él dijo: el Reino ya está aquí.
Jesús es rey del Universo de forma única. No existe ningún reino que se le parezca. Su Reino es el de los pobres, de los que lloran, de los que luchan por la justicia, de los perseguidos, de los abandonados. Cada vez que logramos que alguien deje de odiar, deje de dominar, deje de hacer sufrir a los demás...logramos que el Reino de Dios esté un poco más cerca...
Tengo que felicitarle por sus magnificas entradas que hace.¡Gracias! ¡Feliz día de Cristo Rey!
ResponderEliminarDios le bendiga.
Hola Joan Josep.
ResponderEliminarAhir el matí vareig estar fen convivencias en la Trovada de Vicarias de Cáritas, ens varen pasar videos i diapositivas per concierciarnos.
I ara amb aquest Post, m´hes fet emocionar.
Una abraçada, Montserrat
No supieron ver que su reino no era un reino material, sino un reino de amor y entrega a la humanidad.
ResponderEliminarAbrazos
Hola Joan Josep: me he atrevido ha compartir esta tu entrada en mi facebook, espero que no te moleste
ResponderEliminarYa sabéis que siempre podéis compartir lo que queráis. Un abrazo: Joan Josep
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