Fue el Anacoreta a una reunión de Altas Autoridades Religiosas y les dijo esta parábola:
- Llamó el Gobierno a cuentas a un Banco, que tenía una importantísima deuda y le dijo: "Venderemos el Banco y tú darás con tus huesos en la carcel." El Banco se lanzó a los pies del Gobierno y le rogó: "Ten paciencia. pagaré la deuda". El Gobierno se compadeció del Banco (además, alguno de sus dirigentes había formado parte de él no hacia mucho), y no sólo le perdonó la deuda, sino que pidió a Europa un montón de millones para rescatarlo.
Cuando el Banco salió de la reunión con el Gobierno , encontró un grupo de personas que no podían hacer frente a la hipoteca. Los agarró por el cuello y les dijo: "O me pagáis la hipoteca o os desahuciaré de casa y os perseguiré hasta que paguéis el último euro." La gente, indignada al ver lo ocurrido, se dirigieron al Gobierno y a los partidos políticos. Consiguieron que ellos se reunieran, pero no llegaron a ningún acuerdo. Sólo la promesa de que en un futuro se reformaría la ley, cuando todos esperaban que metieran al Banco en la cárcel.
Hizo el Anacoreta una pausa y concluyó:
- Releeos el evangelio y mirad si encontráis una parábola semejante. ¿Por qué, entonces, guardáis silencio?
Estas cosas, no pueden depender de la buena voluntad de los bancos, oh de las personas independientes.
ResponderEliminarNos hemos de dotat de sistemas:para que no pase ni lo uno:ni lo otro,porque siempre pierde el mas divil,un abrazo
Esto se le llama politica,y el que esta metido en ella: la humanida queda en segundo termino
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