La Agenda Latinoamericana encabeza el mes de mayo con un artículo de Carlos Taibo, escritor y profesor de Ciencia Política y Administración en la Universidad Autónoma de Madrid, que me parece interesante y que os intento resumir.
Tras señalar que en sí la economía no es mala ni buena, pero sí es nefasta que se está haciendo de ella, presenta ocho peticiones para reorientarla:
1.- Hay que defender una economía de la justicia. Una economía que parte de la base que deben existir ricos y pobres, marcada por los numerables privilegios de algunos, es inaceptable.
2.- hay que trabajar por una economía que haga de la igualdad un fundamento principal. Una economía en la que no pesen las diferencias de sexo, de origen étnico o las creencias.
3.- El objetivo primario de la economía debe ser la satisfacción de las necesidades. Y no el enriquecimiento de una minoría como pasa actualmente. Pero hemos de aclarar qué es una necesidad, ya que nuestra sociedad por medio de la publicidad nos presenta necesidades que no lo son. hay que lucharcontra dos fundamentos nefastos de la economía actual. La especulación que hace retroceder la economía real de bienes y servicios. Y la excesiva importancia dada a la competitividad que lo que consigue es sueldos cada día más bajos, jornadas laborales más largas, derechos sociales que retroceden y precariedad.
4.- Colocar en primer plano los derechos de los pueblos del sur. Hay que eliminar todas las formas de imperialismo. La deuda externa es una losa que pesa sobre las espaldas de los países del sur. Por un lado defendemos la libre circulación de capitales, pero no se tolera la libre circulación de las personas.
5.- La economía ha de estar atenta a los derechos de las generaciones venideras y, con ellas, a los del resto de las especies. Si vivimos en un planeta de recursos limitados, no parece lógico tener un crecimiento ilimitado. El crecimiento es un mito que no se corresponde con la creación de puestos de trabajo y lo que hace es provocar cambios irreversibles medioambientales y el agotamiento de los recursos.
6.- Sobre la base de reglas democráticas, la economía debe repensar todas las relaciones que le interesan. La mayoría de los sistemas políticos actuales lo que hacen, es preservar un orden de injusticia y exclusiones. Se debe recuperar lo local y priorizar la vida social ante las imposiciones de la producción, el consumo y la competitividad. Curiosamente, sociedades que consideramos primitivas, están más cerca del modelo correcto.
7.- La economía solidaria y autogestionada no tiene por qué esperar decisiones previas de los gobernantes. Nosotros debemos generar espacios en los que puedan aplicarse reglas diferentes. Los gobiernos ya hemos cisto a que escenarios nos conducen.
8.- La economía oficial da por demostrado, que el ser humano sólo se mueve en virtud de la competición más dura y llegado el caso, de la violencia. El individualismo extremo que ha marcado los últimos decenios, ¿no será, frente a lo que nos explican la mayoría de los economistas, un indicador poderoso de la involución de nuestra especie?