Paseaban y el Anacoreta dijo:
- Estamos demasiado centrados en nuestros problemas y no miramos la humanidad. La persona que piensa en el dolor de la humanidad no tiene tiempo de pensar en los suyos. Amar a la humanidad, es darnos cuenta de que formamos un solo cuerpo, una sola familia. Amar a la humanidad es vivir para los demás.
«Amo a la humanidad, pero, para sorpresa mía, cuanto más quiero a la humanidad en general, menos cariño me inspiran las personas en particular, individualmente. Más de una vez he soñado apasionadamente con servir a la humanidad (...); pero no puedo vivir dos días seguidos con una persona en la misma habitación: lo sé por experiencia. Cuando noto la presencia de alguien cerca de mí, siento limitada mi libertad y herido mi amor propio. (...) Apenas me pongo en contacto con los hombres, me siento enemigo de ellos. Sin embargo, cuanto más detesto al individuo, más ardiente es mi amor por el conjunto de la humanidad». Los hermanos Karamazov
ResponderEliminarMe siento a tomar un café en una terraza del Raval y soy ¡¡¿un extranjero?!!