Tras la meditación de la mañana el Anacoreta dijo:
- Los fariseos criticaban a Jesús y a sus discípulos, porque no ayunaban y hacían penitencia. Creían que a Dios sólo se puede llegar a través del sufrimiento y la privación. Tenían la idea de un Dios lejano, en el Cielo, al que sólo se podía llegar con grandes dificultades. Jesús, sin embargo, nunca renuncia a la felicidad. Compara el Reino con unas bodas, con un banquete...Nosotros buscamos la felicidad en el exterior...pero, la felicidad no está fuera de nosotros. Está en nuestro interior, porque la felicidad es Dios y el está en lo más profundo de nuestro corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario