El joven seguidor estaba preocupado por cómo hacer para dedicar su vida a evangelizar. El Anacoreta sonrió, y tomando un libro de la estantería, dijo:
- Mira Charles de Foucauld lo escribió claramente.
Y abriendo el libro, leyó:
- "Toda nuestra vida, por muda que sea, la vida de Nazaret, la vida del desierto, lo mismo que la vida pública, debe ser una predicación del Evangelio por el ejemplo: toda nuestra existencia, todo nuestro ser, debe gritar el Evangelio sobre los tejados: toda nuestra persona debe respirar a Jesús, todos nuestros actos, toda nuestra vida, deben gritar que somos de Jesús, debe presentar la imagen de la vida evangélica, todo nuestro ser debe ser una predicación viva, un reflejo de Jesús, algo que grita a Jesús, que hace ver a Jesús, que brilla como una imagen de Jesús..."
Y cerrando el libro concluyó:
- La mejor forma de evangelizar, es hacer vida el Evangelio en nosotros. Lo demás son sólo palabras...
No hay comentarios:
Publicar un comentario