En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús:
- Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.
Estaban asustados, y no sabía lo que decía. Se formó una nube que los cubrió, y salió una voz de la nube:
- Éste es mi Hijo amado; escuchadlo.
De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos.
Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó:
- No contéis a nadie lo que habéis visto, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.
Esto se les quedó grabado, y discutían qué querría decir aquello de "resucitar de entre los muertos".
En la primera lectura y en el evangelio de hoy se nos habla de subir a la montaña. Abraham sube con su hijo Isaac para sacrificarlo. Jesús lleva a tres apóstoles a lo alto del Tabor para mostrarles su divinidad. Abraham, por su fidelidad, recibe la promesa de Yaveh de ser padre de un pueblo más numeroso que las estrellas del cielo y las aguas del mar. Los tres apóstoles se encuentran felices y a la vez asustados.
Tanto Abraham como los apóstoles no se pueden quedar en la montaña. Deben descender a la vida cotidiana.
Por más elevados y místicos que sean nuestros momentos de oración y meditación, luego, debemos volver al día a día. Y es allí donde manifestaremos si nuestra oración ha sido verdadera o mero narcisismo. Si hemos visto a Jesús transfigurado, o nos hemos visto a nosotros mismos.
Jesús no quiere que hablemos a los demás de nuestras experiencias espirituales, sino que nos entreguemos a ellos, dando nuestra vida en la solidaridad y la lucha por la justicia. Jesús quiere que le veamos en los otros como "hijos amados del Padre."
No debo de tener miedo de subir, porque el baja conmigo, gracias. un buen día.
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