"Si el mundo os odia, sabed que a mí me odió primero. Si fuerais del mundo, la gente del mundo os amaría como ama a los suyos. Pero yo os escogí de entre los que son del mundo, y por eso el mundo os odia, porque ya no sois del mundo. Acordaos de lo que os dije: ‘Ningún sirviente es más que su amo.’ Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; y si han hecho caso a mi palabra, también harán caso a la vuestra. Todo esto van a haceros por mi causa, porque no conocen al que me envió."
Seguir a Jesús no es fácil. Es ir en dirección contraria a la que nuestro mundo señala como buena. Es ir contra el poder, el egoísmo, los intereses del dinero. Veamos la reflexión que nos hace Koinonía:
"Ser cristiano es ser radicalmente un hombre o una mujer “no del
mundo”. No se entiende la vida cristiana como regida y gobernada por el
mundo. Hemos de preguntarnos qué mundo es el que Jesús de Nazaret
condena. Es el mundo que el ser humano ha creado con su egoísmo y que ha
colocado por encima de la creación, haciendo de los seres humanos
víctimas del egoísmo estructural, de las violencias y de la muerte. En
el mundo gobierna siempre la ley del más fuerte. La lógica de Jesús es
contraria: colocar al débil como norma. Propender y cuidar al más
vulnerable. Esta lógica contradice toda propuesta filosófica, creencia
religiosa y la manera de organizar la sociedad. Estamos invitados por
Jesús a hacer una revisión profunda de vida cristiana. Hemos de hacer
una renovación honda de nuestro bautismo para saber si estamos siendo
fieles a Jesús y a su lógica. Hemos de ir haciendo renuncia al mundo y a
su lógica. Es el mundo quien mató a Jesús y quien sigue matando a los
Hijos e Hijas de Dios."
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