- ¿Acaso se trae una lámpara para ponerla debajo de una vasija o debajo de la cama? No, una lámpara se pone en alto, para que alumbre.De la misma manera, no hay nada escondido que no llegue a descubrirse ni nada secreto que no llegue a ponerse en claro.Los que tienen oídos, oigan.
También les dijo:
- Fijaos en lo que oís. Con la misma medida con que midáis, Dios os medirá a vosotros, y os dará todavía más.Pues al que tiene, se le dará más; pero al que no tiene, hasta lo poco que tiene se le quitará."
Jesús nos invita a ser luz, a ser transparentes. Quiere que seamos positivos con los demás. Debemos entregarnos. Recibimos aquello que damos. Por eso al que tiene se le da más. El que ilumina, recibe más luz. El que ama, recibe más amor.
"Cuán difíciles son las exigencias de Jesús. La gran tendencia del ser humano es a murmurar, juzgar y condenar a los demás. Sin embargo, se molesta si alguien llega a juzgar o murmurar de uno. Es lo que se denomina incoherencia. Por eso Jesús nos llama a la coherencia. Si no queremos que nos descalifiquen y cuestiones pues tampoco lo hagamos con los demás. Es una realidad que pasa tanto a nivel interpersonal, como grupal, social e internacional. Constantemente vemos a nuestros líderes locales, nacionales y mundiales denigrando en uno del otro. Y muchas veces esto es causa de serias divisiones y fuertes controversias. Es muy importante aprender la lección de aceptar, comprender y asumir a la otra persona con sus limitaciones y equivocaciones, pero también con sus valores y aciertos. Solo así seremos luz para los demás. Oremos al Señor para que aprendamos a no despreciar a los demás por sus errores o defectos. Mejor, ayudémoslos a corregirse y superar se con una actitud de amor fraterno." (Koinonía)
"Otra vez comenzó Jesús a enseñar a la orilla del lago. Como se reunió una gran multitud, subió a una barca que había en el lago y se sentó, mientras la gente se quedaba en la orilla.Y se puso a enseñarles muchas cosas por medio de parábolas.
En su enseñanza les decía:
- Oíd esto: Un sembrador salió a sembrar.Y al sembrar, una parte de la semilla cayó en el camino, y llegaron las aves y se la comieron.Otra parte cayó entre las piedras, donde no había mucha tierra; aquella semilla brotó pronto, porque la tierra no era profunda;pero el sol, al salir, la quemó, y como no tenía raíz, se secó.Otra parte cayó entre espinos, y los espinos crecieron y la ahogaron, de modo que la semilla no produjo grano.Pero otra parte cayó en buena tierra, y creció y dio una buena cosecha: unas espigas dieron treinta granos por semilla, otras dieron sesenta granos y otras cien.
Y añadió Jesús:
– Los que tienen oídos, oigan.
Después, cuando Jesús se quedó a solas, los que estaban cerca de él y los doce discípulos le preguntaron qué significaba aquella parábola.Les contestó:
- A vosotros, Dios os da a conocer el secreto de su reino;pero a los que están fuera se les dice todo por medio de parábolas,para que por mucho que miren no vean, y por mucho que oigan no entiendan; a no ser que se vuelvan a Dios y él los perdone.
Les dijo:
- ¿No entendéis esta parábola? ¿Cómo, pues, vais a entender todas las demás?El que siembra la semilla representa al que anuncia el mensaje.Hay quienes son como la semilla que cayó en el camino: oyen el mensaje, pero después de haberlo escuchado viene Satanás y les quita ese mensaje sembrado en su corazón.Otros son comparables a la semilla sembrada entre las piedras: oyen el mensaje, y al pronto lo reciben con gusto,pero como no tienen bastante raíz no pueden permanecer firmes; por eso, cuando por causa del mensaje sufren pruebas o persecución, pierden la fe.Otros son como la semilla sembrada entre espinos: oyen el mensaje, pero los negocios de este mundo les preocupan demasiado, el amor a las riquezas los engaña y su deseo es poseer todas las cosas. Todo eso entra en ellos, ahoga el mensaje y no le deja dar fruto. Pero hay otros que oyen el mensaje y lo aceptan y dan una buena cosecha, lo mismo que la semilla sembrada en buena tierra: algunos de estos son como las espigas que dieron treinta granos por semilla, otros son como las que dieron sesenta y otros como las que dieron cien."
Esta parábola que conocemos como la del sembrador, deberíamos llamarla de La Palabra. Lo importante aquí es la semilla, que simboliza la Palabra. Nosotros somos el campo que debe recibirla. ¿Somos cardos, rocas, camino pisoteado?¿O somos tierra fecunda que recibe y hace crecer la palabra?
"Las personas que tienen un poco de conocimiento de agricultura quedarán sorprendidas de esta forma tan particular de sembrar. Normalmente lo primero que se hace es preparar la tierra, trazar las eras o surcos, colocar la semilla y cubrirla con tierra. Pero aquí el sembrador lanza la semilla sin preocuparse de donde va a caer. Es que así es el modo de proceder de Dios. Su Palabra es ofrecida a todos los seres humanos, cada uno está en libertad de acogerla o rechazarla. Esa es la manera de proceder de Dios tan diferente a la nuestra. La semilla de la Palabra va cayendo, creciendo y convirtiéndose en un arbusto con mucho fruto en la medida en que el corazón que la ha acogido la hace crecer y fructificar. Sus frutos serán bondad, amor, paz, justicia, libertad, equidad para todas las personas. Aprovechemos la oportunidad para examinar la calidad de la siembra y la cosecha en cada uno de nosotros, en nuestros grupos y comunidades." (Koinonía)
Entre tanto, llegaron la madre y los hermanos de Jesús, pero se quedaron fuera y mandaron llamarle.La gente que estaba sentada alrededor de Jesús le avisó:
– Tu madre, tus hermanos y tus hermanass están fuera y te buscan.
Él les contestó:
– ¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?
Y mirando a los que estaban sentados a su alrededor, añadió:
– Estos son mi madre y mis hermanos.Todo el que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre."
La familia de Jesús está formada por los que cumplen la voluntad de Dios. Una familia numerosa, formada por todas aquellas personas sencillas que saben amar.
"“Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo”… recitamos constantemente. Pero ¿qué es “hacer la voluntad de Dios?” ¿Cómo escudriñar y discernir la voluntad de Dios de tal manera que no se confunda con el capricho o los deseos humanos? Indudablemente que la voluntad de Dios siempre estará orientada a garantizar la vida y la dignidad humana. La voluntad de Dios es que “el ser humano tenga vida y vida en abundancia” o que “todos los seres humanos alcancen el conocimiento de la verdad” Como se puede ver, la voluntad de Dios siempre será la búsqueda del bien del ser humano. Un bien personal y comunitario, una libertad corresponsable, una felicidad que consiste en la donación de sí mismo por amor a los demás. Buscar la voluntad de Dios exige mantener los ojos y los oídos atentos a la realidad circundante y buscar en la Palabra los criterios de discernimiento. Implica una vida de oración constante. ¿Cómo buscan la voluntad de Dios en tu familia y comunidad?" (Koinonía)
"También los maestros de la ley que habían llegado de Jerusalén decían: “Beelzebú, el propio jefe de los demonios, es quien ha dado a este hombre poder para expulsarlos.”
Jesús los llamó y les puso un ejemplo, diciendo:
- ¿Cómo puede Satanás expulsar al propio Satanás? Un país dividido en bandos enemigos no puede mantenerse,y una casa dividida no puede mantenerse.Pues bien, si Satanás se divide y se levanta contra sí mismo, no podrá mantenerse: habrá llegado su fin. Nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y robarle sus bienes, si antes no lo ata. Solamente así podrá robárselos. Os aseguro que Dios perdonará a los hombres todos los pecados y todo lo malo que digan; pero el que ofenda con sus palabras al Espíritu Santo no tendrá perdón, sino que será culpable para siempre.
Esto lo dijo Jesús porque afirmaban que tenía un espíritu impuro."
Nuestra sociedad, para desprestigiar a los que hacen el bien, los acusan de tener segundas intenciones. Lo mismo le ocurrió a Jesús con los fariseos. Ellos no pueden aceptar las obras de Jesús y lo acusan de hacerlas en nombre del mal. El peor pecado no es hacer el mal, sino rechazar el bien.
"¡Vaya! ¡Qué manera de desprestigiar a Jesús! Claro, su palabra y su modo de proceder se convierte en una piedra en el zapato para quienes están encerrados en su propio egoísmo que les proporciona una falsa seguridad. Esto se ha encriptado en el poder que les otorga el sistema religioso que ha acomodado a su propio interés. Jesús cuestiona con fuerza profética la falsedad y vaciedad de la religiosidad (tergiversada) que sostienen y defienden los líderes religiosos del pueblo. Jesús propone una novedad. Sin desconocer lo valioso de la ley y la tradición profética, presenta una alternativa de esperanza y liberación: el Reinado de Dios. Sólo cuando el Señor de la vida y de la historia sea el soberano que gobierna el corazón humano la ley y los profetas recobraran su sentido humanizador. Por eso la mejor forma para debilitar la propuesta de Jesús es descalificarlo haciéndolo parecer como un demonio que se opone al plan de Dios. ¿Reconocemos la fuerza liberadora y novedosa del evangelio en nuestra comunidad?" (Koinonía)
"Muchos han emprendido la tarea de escribir la historia de los hechos sucedidos entre nosotros, tal y como nos los enseñaron quienes, habiendo sido testigos presenciales desde el principio, recibieron el encargo de anunciar el mensaje.Yo también, excelentísimo Teófilo, lo he investigado todo con cuidado desde sus comienzos, y me ha parecido oportuno escribirte estas cosas ordenadamente para que compruebes la verdad de la enseñanza que has recibido.
Jesús volvió a Galilea lleno del poder del Espíritu Santo, y su fama se extendía por toda la tierra de alrededor.Enseñaba en la sinagoga de cada lugar, y todos le alababan.
Jesús fue a Nazaret, al pueblo donde se había criado. Un sábado entró en la sinagoga, como era su costumbre, y se puso en pie para leer las Escrituras.Le dieron a leer el libro del profeta Isaías, y al abrirlo encontró el lugar donde estaba escrito:
“El Espíritu del Señor está sobre mí,
porque me ha consagrado
para llevar la buena noticia a los pobres;
me ha enviado a anunciar libertad a los presos
y a dar vista a los ciegos;
a poner en libertad a los oprimidos;
a anunciar el año favorable del Señor.”
Luego Jesús cerró el libro, lo dio al ayudante de la sinagoga y se sentó. Todos los presentes le miraban atentamente.Él comenzó a hablar, diciendo:
– Hoy mismo se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros."
Jesús nos indica en este texto cuál es su misión. Su camino es liberar, devolver la vista, sanar cuidar, hacer andar, expulsar el mal, luchar contra la injusticia...Por so se dirige siempre a los pecadores, a los sencillos, a los marginados. Y esa ha de ser también nuestra misión. Si no, estamos muy lejos de ser cristianos.
"El texto de Lc 4, 14ss era un texto sin relevancia en la vida práctica de la comunidad cristiana hasta hace sólo 50 años, un texto olvidado, como tantos otros que hoy nos parecen fundamentales. Fue la teología latinoamericana la que puso de relieve este texto como capital. Lucas lo pone al inicio de la vida pública de Jesús. Puede que no corresponda a algo que aconteciera realmente al principio (Juan, de hecho, pone otros pasajes como comienzo de su evangelio), pero lo fue en su significación. O sea, tal vez no ocurrieron las cosas así (y no es posible saberlo históricamente), pero Lucas tiene razón cuando sitúa esta escena en su evangelio como un inicio programático que contiene ya, en germen, simbólicamente, toda su misión.
Jesús, sin duda, tuvo que interpretar muchas veces su propia vida con estos textos proféticos de Isaías. Parece obvio que Jesús vio su vida como el cumplimiento, como la prolongación de aquel anuncio profético de la “Buena Noticia para los pobres”. La misión de Jesús es el anuncio de la Buena Noticia de la Liberación. La "ev-angelización" ("eu-angelo" = buena noticia) no es más que una forma de la liberación, la "liberación por la palabra"."
"Después entró Jesús en una casa, y se juntó de nuevo tanta gente que ni siquiera podían comer él y sus discípulos.Al saber que estaba allí, los parientes de Jesús acudieron a llevárselo, pues decían que se había vuelto loco." Jesús atrae mucha gente. Sus parientes no se lo explican. Tienen miedo y ban a buscarlo. Creen que ha enloquecido. Saben que las autoridades no pueden aceptar esta popularidad. Es curioso, pero los más cercanos son los que menos creen en Él. Nosotros también solemos etiquetar a las personas que nos rodean. Decimos que las conocemos y no aceptamos cambios en ellas ni que se hagan famosas. Nuestra mirada debe ser más transparente y saber ver lo positivo de los demás. Los que nos rodean tienen más cualidades de las que creemos. Si sabemos aceptarlos, nos enseñarán muchas cosas.
- Id por todo el mundo y anunciad a todos la buena noticia.El que crea y sea bautizado, será salvo; pero el que no crea será condenado.Y estas señales acompañarán a los que creen: en mi nombre expulsarán demonios; hablarán nuevas lenguas;cogerán serpientes con las manos; si beben algún veneno, no les dañará; pondrán las manos sobre los enfermos, y los sanarán."
En la festividad de hoy, leemos cómo Jesús nos envía a anunciar su Palabra y hacer el bien, por todo el mundo. No se trata de proselitismo. Se trata de compartir nuestra Fe para que todos se salven. Se trata de mostrar a la sociedad de que otra forma de vivir es posible.
"La conversión de San Pablo nos ayuda a proclamar hoy estos últimos versículos de Marcos. Hay una orden tajante del Resucitado: ir por el mundo entero proclamando la buena noticia. No es una simple exhortación a un grupito pequeño, es a toda la humanidad. Es una proclamación que debe ir acompañada de signos convincentes. Es un mandato para hablar un lenguaje nuevo, lenguas nuevas, un mensaje que se podrá entender en todas las lenguas y culturas de la tierra como sucedió en Pentecostés. Es mucho más que una verdadera revolución cultural, una ética nueva, la del reino, este lenguaje nuevo será capaz de borrar de las entrañas de la humanidad los demonios, las corrupciones que anidan muy adentro. Este lenguaje nuevo, esta buena noticia será como una medicina que sane el sistema inmunológico de los corazones, para no caer en la contaminación de las serpientes, de los venenos de los sistemas injustos, de los odios étnicos, de la corrupción y la maldad que hace tanto daño a los inocentes del mundo. Esta buena noticia, que es una irrupción de Dios en el mundo, será capaz, como sucedió en la vida del apóstol Pablo a enfrentarse a sistemas de pensamiento cerrados en sí mismos." (Koinonía)
"Jesús, seguido por mucha gente de Galilea, se fue con sus discípulos a la orilla del lago.Al oir hablar de las grandes cosas que hacía, acudieron también a verle muchos de Judea, de Jerusalén, de Idumea, del lado oriental del Jordán y de la región de Tiro y Sidón.Por eso, Jesús encargó a sus discípulos que le tuvieran preparada una barca, para evitar que la multitud le apretujara.Porque había sanado a tantos, que todos los enfermos se echaban sobre él para tocarle.
Y cuando los espíritus impuros le veían, se ponían de rodillas delante de él y gritaban:
– ¡Tú eres el Hijo de Dios!
Pero Jesús les ordenaba con severidad que no hablaran de él públicamente."
La gente se acerca a Jesús porque actúa. No sólo habla, sino que hace el bien. Como veíamos en el evangelio de ayer, coloca a la persona en primer lugar. No le interesa la fama. Él se acerca a los demás para amarlos. "La gente sigue a Jesús. Sus palabras son cautivantes. Devuelven la esperanza en medio de la angustia y la desesperación. Su mensaje tiene sabor a vida. Trasmite valor, fortaleza para afrontar el trabajo y la lucha de cada día. Comunica vida, salud, fortaleza, dignidad y libertad a todos los que viven bajo el yugo, la opresión y el sinsentido. Su talante de vida es lo que convence y trasforma el corazón de las personas. Y aquellos, los que se oponen al proyecto del Reino, a la voluntad de Dios, se sienten derrotados, por eso quieren difundir su nombre; pero Él no vino a buscar prestigio ni fama, sino a servir con generosidad y entrega. Por eso los manda callar. Cuánta convicción nos falta hoy a sus seguidores. Falta testimonio, coherencia, transparencia y autenticidad para que sea nuestra vida y no las palabras la que derrote las fuerzas del mal que siguen causando estragos en medio del pueblo. ¿Trasmites vida y esperanza a las personas que están cerca de ti?" (Koinonía)
"Jesús entró otra vez en la sinagoga. Había allí un hombre que tenía una mano tullida,y espiaban a Jesús para ver si lo sanaría en sábado y tener así algo de qué acusarle.Jesús dijo al hombre de la mano tullida:
– Levántate y ponte ahí en medio.
Luego preguntó a los demás:
– ¿Qué está permitido hacer en sábado: el bien o el mal? ¿Salvar una vida o destruirla?
Ellos se quedaron callados.Jesús miró entonces con enojo a los que le rodeaban y, entristecido porque no querían entender, dijo a aquel hombre:
– Extiende la mano.
El hombre la extendió, y la mano le quedó sana.Pero los fariseos, en cuanto salieron, comenzaron junto con los del partido de Herodes a hacer planes para matar a Jesús."
Jesús vuelve a colocar el bien del hombre por delante de los ritos, obligaciones, tradiciones. El sábado, como vimos ayer, era algo muy importante para los judíos. Jesús nos vuelve a enseñar que, el hombre, su bien, la justicia, están por delante de él.
"“Otra vez la mula al trigo” dicen los campesinos de mi tierra. Nuevamente los cuestionamientos para Jesús por realizar acciones en favor de las personas oprimidas por los males (muchos de ellos generados por la estructura religiosa). El episodio sucede en la Sinagoga. Parece ser que esta institución se ha especializado en paralizar al ser humano. Todos sabemos lo importante que son nuestras manos. Las necesitamos para trabajar, saludar, estudiar, acariciar, consolar, alabar (también sirven para hacer el mal). La mano paralizada hace inútil al hombre. Por eso Jesús desafía a la institucionalidad. “Ponte en medio” le dice Jesús al enfermo. Luego confronta a las autoridades religiosas. El tema es el bien o el mal aunque sea en día sábado. Para Dios, queda claro, lo importante no son los preceptos sino, una vez más, las personas. Curiosamente una religión cuyos fundamentos fueron garantía de libertad y seguridad para el pueblo, se ha convertido en una carga abrumadora y despersonalizante. ¿Qué cosas de nuestra experiencia religiosa son esclavizantes y deshumanizantes?" (Koinonía)
"Un sábado pasaba Jesús entre los sembrados, y sus discípulos, según iban, comenzaron a arrancar espigas.Los fariseos le preguntaron:
– Oye, ¿por qué hacen tus discípulos algo que no está permitido en sábado?
Él les dijo:
– ¿Nunca habéis leído lo que hizo David en una ocasión en que él y sus compañeros tuvieron necesidad y sintieron hambre?Siendo Abiatar sumo sacerdote, David entró en la casa de Dios y comió los panes consagrados, que solamente a los sacerdotes les estaba permitido comer. Además dio a los que iban con él.
Jesús añadió;
– El sábado se hizo para el hombre, y no el hombre para el sábado.Así que el Hijo del hombre tiene autoridad también sobre el sábado."
Nuestra actitud es de fariseos, cuando andamos por ahí fiscalizando la conducta de los demás, mirando con lupa si cumplen las normas o no. Jesús es más amplio de espíritu. Las necesidades humanas están por encima de las normas. Nosotros, somos capaces de dejar morir de hambre o ahogado en el mar, a nuestro prójimo, por cumplir unas normas que nos hemos impuesto nosotros mismos. La norma de Jesús es AMAR.
"No hay cosa más esclavizante que andar pegado a las normas y tradiciones. Además de andar pendiente de los demás si hacen o dejan de hacer. Jesús invita a la libertad de espíritu. Y se es libre cuando el único límite es la otra persona. Ya decía Agustín de Hipona “ama y haz lo que quieras”. Porque cuando se ama, se respeta al otro como un lugar sagrado, inviolable e íntegro. De tal manera que el bienestar del otro, su libertad, su integridad, su derecho legítimo se constituye en “norma no normada” para mi actuación. Pero tristemente, ayer como hoy, los seres humanos tendemos a colocar normas, instituciones y tradiciones por encima de las personas y de las comunidades. Lo importante es salvar la ley y las costumbres antes que salvar al ser humano. Y por esta razón, el ser humano tiende a ser cosificado, manipulado y vilipendiado como un objeto. ¿Cómo vives tu libertad en el espíritu siendo abierto, respetuoso y responsable contigo mismo y con los demás?" (Koinonía)
"Yo no voy a seguir en el mundo, pero ellos sí van a seguir en el mundo, mientras que yo voy para estar contigo. Padre santo, cuídalos con el poder de tu nombre, el nombre que me has dado, para que estén completamente unidos, como tú y yo.Cuando estaba con ellos en este mundo, los cuidaba y los protegía con el poder de tu nombre, el nombre que me has dado. Y ninguno de ellos se perdió, sino aquel que ya estaba perdido, para que se cumpliera lo que dice la Escritura.
Ahora voy a ti; pero digo estas cosas mientras estoy en el mundo, para que ellos se llenen de la misma perfecta alegría que yo tengo.Yo les he comunicado tu palabra; pero el mundo los odia porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.No te pido que los saques del mundo, sino que los protejas del mal.Así como yo no soy del mundo, tampoco ellos son del mundo.Conságralos a ti por medio de la verdad: tu palabra es la verdad.Como me enviaste a mí al mundo, así yo los envío.Y por causa de ellos me consagro a mí mismo, para que también ellos sean consagrados por medio de la verdad."
Hoy es la festividad de San Fructuoso obispo y los diáconos Augurio y Eulogio, martirizados en Tarragona el año 259 bajo el imperio de Valeriano. Son los patrones de la Conferencia Episcopal Tarraconense, y por eso en Cataluña celebramos esta liturgia hoy. El evangelio nos presenta a Jesús orando al Padre. El va a partir, pero sus discípulos seguiremos aquí. Jesús quiere que el Padre nos proteja del mal, para seguir anunciando la Palabra, para seguir llenos de su alegría. Como Él fue enviado, nos envía a nosotros para ser consagrados por la Verdad. Somos enviados para anunciar la Palabra con Alegría y consagrar este mundo en la Verdad.
"Al tercer día hubo una boda en Caná, un pueblo de Galilea. La madre de Jesús estaba allí,y Jesús y sus discípulos también habían sido invitados a la boda.En esto se acabó el vino, y la madre de Jesús le dijo:
– Ya no tienen vino.
Jesús le contestó:
– Mujer, ¿por qué me lo dices a mí? Mi hora aún no ha llegado.
Dijo ella a los que estaban sirviendo:
– Haced lo que él os diga.
Había allí seis tinajas de piedra, para el agua que usan los judíos en sus ceremonias de purificación. En cada tinaja cabían entre cincuenta y setenta litros.Jesús dijo a los sirvientes:
– Llenad de agua estas tinajas.
Las llenaron hasta arriba,y les dijo:
– Ahora sacad un poco y llevádselo al encargado de la fiesta.
Así lo hicieron,y el encargado de la fiesta probó el agua convertida en vino, sin saber de dónde había salido. Solo lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua. Así que el encargado llamó al novioy le dijo:
– Todo el mundo sirve primero el mejor vino, y cuando los invitados ya han bebido bastante, sirve el vino corriente. Pero tú has guardado el mejor hasta ahora.
Esta fue la primera señal milagrosa que hizo Jesús en Caná de Galilea. Con ella mostró su gloria, y sus discípulos creyeron en él.
Después de esto se fue a Cafarnaún en compañía de su madre, sus hermanos y sus discípulos. Allí se quedaron algunos días."
Os dejo con el interesante comentario de Koinonía.
"La vida de Jesús se desarrolló dentro de la normalidad propia del ambiente cultural y la religiosidad de un judío del primer siglo de nuestra era. Los discípulos descubren a Jesús como un hombre normal, en un ambiente normal y sin ningún tipo de manifestaciones espectaculares o ni siquiera extraordinarias. Esta realidad de una vida normal en Jesús, hace que entre los discípulos y él no haya ningún tipo de distanciamiento, antes por el contrario, una vida verdaderamente humana como la de Jesús, hace que su experiencia del Dios sea más creíble y mucho más accesible a la conciencia y a la vida de los que le escuchan y le siguen. La actitud de Jesús, sin ningún tipo de pretensión, va revelando una nueva imagen y un nuevo concepto de Dios. Dios ha dejado de ser ese ser extraño y lejano, que atemoriza al ser humano, y toma la característica del Dios original de Israel, el Dios que camina con su pueblo.
Para la lógica del evangelio de Juan, el Banquete es un tema fundamental en la teología del evangelio de Juan. La teología del banquete se abre con la misión de Jesús en Caná de Galilea, y se cierra con la última Cena, fundamento de la Eucaristía. El Banquete es por tanto un signo mesiánico, donde se anuncia la llegada del Reino y se presenta a Jesús, Soberano del Reino. Es un símbolo fundamental que explica en la cotidianidad la presencia del Reino en medio de la historia.
Las bodas de Caná están en el imaginario de los primeros cristianos y de todo la Iglesia a lo largo de la historia, por ese hecho inolvidable: en lo mejor de la boda, el vino se acaba. ¿Cómo es posible que no se haya previsto esta parte en la fiesta? La acción de Jesús de Nazaret frente a la falta de vino, hará que este relato de las bodas de Caná, quede inmortalizado en la simbología cristiana.
El milagro de las bodas en Caná de Galilea, no es simplemente por la falta de vino. El asunto es otro: el relato tiene que ser entendido en perspectiva de Reino, en dinámica de tiempo mesiánico. El texto indica, que había allí en un lugar de la casa, unas tinajas de piedra vacías, seis en total. El texto hace énfasis en que están vacías. Son tinajas destinadas para contener el agua de la purificación ritual de los creyentes judíos. Pero están secas. Este símbolo, indica la sequedad en que se encuentra el modelo religioso judío. En la visión de los cristianos primeros, que acabaron separándose del judaísmo, la ley judía, antes que ayudar, terminó dificultando la relación de Dios con su pueblo. Les resultaba una ley vacía, sin sentido, que sólo generaba cargas y no posibilitaba la libertad y la alegría. Las tinajas, destinadas a la purificación, eran un símbolo que dominaba la ley antigua. Ese modelo de ley creaba con Dios una relación difícil y frágil, mediatizada por ritos fríos y carentes de sentidos.
No se dice sin embargo que las tinajas estuvieran con agua. Son llenadas cuando Jesús lo ordena. Al estar llenas, las tinajas que no prestaban ya ningún servicio, más bien
estorbaban en la vida normal de la gente, permiten una nueva manifestación del proyecto de Jesús: el agua está convertida en vino. ¿Qué nos indica ese signo? La ritualidad, el legalismo, la norma fría y vacía, es trasformada en vino, símbolo de la alegría, del gozo mesiánico, de la fiesta de la llegada del tiempo nuevo del Reino de Dios. Tenemos que acabar en nuestra vida y en la vida comunitaria, con los sistemas religiosos deshumanizantes, para lograr entrar en la dinámica liberadora, incluyente y festiva que Jesús inauguró.
¿Complicada esta interpretación? Efectivamente, es complicada, con la complicación que brota de un texto sofisticado, muy elaborado, con toda una trastienda de alusiones veladas y crípticos mensajes. Leer, proclamar, comentar el evangelio de Juan como si se tratara de una simple y llana historieta de unas bodas, en las que además Jesús funda el sacramento del matrimonio, sin más complicaciones... resultaría una lectura fácil y cómoda, pero sería profundamente carente de veracidad. Aunque sea más laborioso y menos grato, es mejor tratar a nuestros oyentes como adultos, y no ahorrarles la complejidad de unos textos que interpretados directamente a la letra nos llevarían solamente por caminos de fundamentalismo." (Koinonía)
"Después fue Jesús otra vez a la orilla del lago. La gente se acercaba a él, y él les enseñaba. Al pasar, vio a Leví, hijo de Alfeo, que estaba sentado en el lugar donde cobraba los impuestos para Roma. Jesús le dijo:
– Sígueme.
Leví se levantó y le siguió.
Sucedió que Jesús estaba comiendo en casa de Leví, y muchos cobradores de impuestosj y otra gente de mala fama estaban también sentados a la mesa con Jesús y sus discípulos, pues eran muchos los que le seguían.Unos maestros de la ley pertenecientes al partido fariseo, al ver que Jesús comía con todos ellos, preguntaron a los discípulos: – ¿Cómo es que vuestro Maestro come con los cobradores de impuestos y con los pecadores?
Jesús los oyó y les dijo:
– No necesitan médico los que gozan de buena salud, sino los enfermos. Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores."
Nosotros clasificamos a las personas: buenos y malos. Los primeros se lo merecen todo. los otros, cuanto más lejos mejor. Sin embargo Jesús actúa de manera muy diferente. Son los pecadores los que lo necesitan y Él se dedica a ellos. "Publicano, recaudador de impuestos, impuro, colaboracionista del imperio romano. Odiado por todo el pueblo. De alguna manera excluido. A personas como Leví de Alfeo, con esas características, es que llama Jesús. Sus seguidores, sus discípulos y apóstoles no proceden del mundo de la nobleza o de alta alcurnia, ni siquiera de pureza moral o religiosa. Jesús decide por la escoria del mundo, por lo que no cuenta, por los que son rechazados y expulsados por los círculos de poder. Qué bueno sería aprendiéramos la lección del Maestro. Cuantas veces rechazamos a personas que no pertenecen a nuestro círculo social o eclesial. Porque son diferentes, piensan y opinan diferente, y hasta viven diferente. Tal vez pertenecen a otro credo, o tal vez ni siquiera son creyentes. Qué bueno sería que echáramos un vistazo a nuestro alrededor y tomáramos conciencia de qué clase de personas estamos rodeados ¿los limpios, los rectos, los que figuran? Y ¿dónde están aquellos, los predilectos de Jesús? ¿En qué lugar de nuestro corazón los tenemos?" (Koinonía)