El Anacoreta y su discípulo salían de meditar y estaban preparando su frugal desayuno. El Anacoreta dijo:
- El otro día meditábamos sobre el precioso símbolo del agua. Hoy sobre la luz.
- Sí- respondió el discípulo - Los que creían ver eran los verdaderos ciegos...
Siguieron andando y el Anacoreta comentó:
- ¿Sabes lo que más me llama la atención en el evangelio de la curación del ciego? La forma como la realiza. Con saliva y tierra hace barro y se lo coloca en los ojos. ¡Menuda medicina!
Rieron los dos un rato. Luego el Anciano añadió:.
- El barro, lo despreciable...eso es lo que cura. Quizá nos quiere decir que en los problemas, las dificultades, las miserias, los desechos de la sociedad...es donde encontramos la verdadera luz...lo que nos ayuda realmente a VER.
Y empezaron a desayunar...
¿Sabes lo que más me llama la atención en el evangelio de la curación del ciego? La forma como la realiza. Con saliva y tierra hace barro y se lo coloca en los ojos. ¡Menuda medicina!
ResponderEliminarRieron los dos un rato. Luego el Anciano añadió:.
- El barro, lo despreciable...eso es lo que cura. Quizá nos quiere decir que en los problemas, las dificultades, las miserias, los desechos de la sociedad...es donde encontramos la verdadera luz...lo que nos ayuda realmente a VER.
Y empezaron a desayunar...