El Anacoreta le dijo a su joven discípulo:
- Una de las frase de Jesús que debería meditar nuestra sociedad es: " Felices los que trabajan por la paz."
El joven lo miró esperando que continuara lo que quería decirle:
- Vivimos en un mundo violento, agresivo, destructor...Y el arma más poderosa que tenemos es la no-violencia.
Volvió a detenerse otro instante. Luego añadió:
- Se trata de sembrar el amor. Se trata de hacer lo que hizo Jesús. Nosotros amamos a los que nos aman. Pero la no-violencia empieza en el momento en que amamos a los que nos odian, como hizo Jesús. Se trata de perdonar en todo momento.
Miró a los ojos de su discípulo y concluyó:
- Ya sé que es muy difícil, pero es la única arma que tenemos para trabajar por la paz, para cambiar este mundo...
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