Ayer la narración del Anacoreta nos mostraba la importancia de la Comunidad. Hoy os presento esta oración que podemos rezar todos los que creemos en el grupo, en la comuidad.
Señor,
he comprendido que solo no se va a ninguna parte
y tú me ofreces vivir en grupo.
Haz que los otros acepten mi paso al caminar,
pero haz tambien, que yo acepte con paicencia
el paso de los otros.
Hazme lo bastante sencillo
para dar a los otros la ocasión de ayudarme
y lo bastante abierto
para que los otros encuentren en mí una buena ayuda.
Y cuando el grupo no funcione,
haz que me pregunte antes que nada
qué es lo que estoy haciendo.
Ayúdanos, Señor, a descubrir
el único motivo, fuerte y duradero,
que nos puede unir:
tu presencia en medio de nosotros.
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