Juan le dijo:
– Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre; pero se lo hemos prohibido, porque no es de los nuestros.
Jesús contestó:
– No se lo prohibáis, porque nadie que haga un milagro en mi nombre podrá luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros, está a nuestro favor.
Nos encontramos con personas que hacen mucho bien, que se entregan y que decimos que no son "de los nuestros". Nos equivocamos en las clasificaciones. No olvidemos la parábola del Juicio Final. Muchos que creían haber hecho el bien, en realidad no lo habían hecho. Y los que sí lo hicieron y fueron aceptados por el Padre, tanto unos como otros, no sabían cuándo lo habían hecho. Todo el que ama hace el bien. Lo demás son clasificaciones y juicios humanos.
"Los Apóstoles eran un poco “exquisitos”, querían reservarse el derecho a expulsar demonios. No les gustaban los extraños. Les faltaba mucho para entender lo que de verdad Jesús pretendía. El Maestro, sin embargo, lo sabía: El que no está contra nosotros está a favor nuestro.
El Señor llama a los que quiere, cuando quiere, y como quiere. Y nosotros no podemos juzgar a las personas que se sientan a nuestro lado en el banco de la iglesia. Ni elegir a los que nos gustaría tener o no en el grupo parroquial, en la comunidad religiosa o en Cáritas parroquial.
Somos miembros de una Iglesia Santa, Católica y Apostólica. En su ADN está la transmisión del mensaje, el llevarlo a cuantas más personas, mejor. Y, en muchas ocasiones, El Espíritu sopla como quiere y donde quiere. Por eso, debemos esforzarnos en entender que todos estamos en el mismo barco. Cada uno con sus dones, con su estilo, con su experiencia… Y todos somos necesarios para llevar a delante la grande obra que inició Jesús."
(Alejandro Carbajo cmf, Ciudad Redonda)
"Un petó"
ResponderEliminar