El Anacoreta y su joven seguidor descansaban en casa. Se levantó el anciano y dijo:
- Vamos a rezar.
El joven se dirigía hacia el pequeño oratorio, cuando vio sorprendido, que el Anacoreta se dirigía a la puerta. Pensó que irían a la parroquia, pero a aquellas horas solía estar cerrada.
Ya en la calle, en vez de dirigirse al templo, el anacoreta fue hasta la parada del metro. Bajo las escaleras y esperó en el andén al convoy. Hizo el trayecto hasta el final y, sin subir a la superficie, tomó el metro de vuelta. Todo el rato el Anacoreta guardó silencio.
Ya en casa, el anciano sonrió pícaramente al joven y dijo:
- Ya hemos rezado.
La cara del seguidor era un auténtico poema. El Anacoreta lo hizo sentar y le explicó.
- Hemos encerrado a Dios en las iglesias...Cuando era joven, había maestros espirituales que llamaban al Jesús del sagrario, el Divino Prisionero. ¡Menudo disparate! Ciertamente Dios está en la Eucaristía. La iglesia es un rincón de paz adecuado para rezar, pero Dios no está en ningún modo prisionero. Pablo lo dijo claramente a los atenienses: "En Él estamos, nos movemos, somos...".
Miró sonriendo al joven y prosiguió:
- Cuando decimos, vamos a rezar, nos dirigimos a la iglesia, o a aquel rincón especial que tenemos en casa para la plegaria...No se nos ocurre como hoy, irnos a rezar al metro. O podríamos ir a rezar al hospital o al campo o a una plaza...Mientras íbamos en el metro, contemplando a aquellas personas, rezaba por todas ellas. Imaginaba las mil necesidades que tenían... Agradecía los mil dones que reciben cada día sin ser conscientes de ello...
Se detuvo un momento antes de seguir:
- ¿Te imaginas la cantidad de cosas que nos pueden llevar a rezar en un hospital? ¿La cantidad de alabanzas que nos puede suscitar el campo, un atardecer, un paisaje...¿Por qué nos empeñamos en encerrar a Dios en las iglesias?
Miró a su joven seguidor y concluyó:
- No lo dudes. Todo puede ser oración si sabemos ver a Dios en todo, si lo sentimos envolviéndonos, llenándonos, presente en todas las cosas...Pero sin olvidar su presencia en la iglesia, claro...
BONES TARDES JOAN JOSEP:
ResponderEliminarGRACIAS POR TU RELATO QUE HACE REFLEXIONAR.
STA.TERESA DE JESÚS TAMBIÉN DECIA "DIOS ESTÁ ENTRE LOS PUCHEROS"
QUE DIOS TE BENDIGA.
UNA ABRAÇADA, Montserrat
Estupendo comentario. Me quedo con las últimas lineas.
ResponderEliminarTodo puede ser oración si sabemos ver a DIOS en todo, si lo sentimos envolviéndonos, llenándonos,presente en todas las cosas.
"Quien no ve a Dios en todo no ve a Dios en nada".
ResponderEliminarDios no está aquí o allí. Dios está donde yo mire, vaya, toque... otra cosa es que yo esté tan ciega que no lo vea y tan sorda que no lo oiga.
Yo rezo hasta delante del pc en la oficina.
Un Abrazo Joan.
El poder, las obras gigantes, que deja bocaviertos ha los creyentes-Hoooo que grandeza que mansion mas grande la casa de Dios.
ResponderEliminarMagnificando tumbas,templos, Dioses:Y el verdadero templo anda vagabundeando, por el espació: con toda la materia, y con ella los espiritus de laas almas que lo abitan.una abraçada
yo soy agnóstica te lo he dicho bastantes veces, sn embargo reconozco que me gusta leerte porque me haces pensar ...y algo es cierto, si realmente se hace con sentimiento, rezar se debe hacer en cualquier sitio porque con el corzón en cualquier sitio seríamos escuchandos...
ResponderEliminaruff..joan..al final me vas a hacer dudar hasta de mi misma...no sigo más de sobra me entiendes
un beso
Gracias por venir a rezar conmigo
ResponderEliminary por permitirme acercarme a tí para rezar contigo
En el Amigo
al + mc
Joan, ciertamente Dios está en todas partes, en ti, en mi, en los amigos y también en nuestros enemigos.
ResponderEliminarYo le hablo a mi Dios en todas partes, como si hablara con un amigo y sé que él me contesta y me ayuda por eso tengo fortaleza...pero reconozco que a veces caigo.
Un abrazo
Amigo Joan.
ResponderEliminarTambien desde cualquier lugar del mundo, como ahora yo desde Bielorrusia, indistintamente de que aqui predomine la religion ortodorsa.
Mas bien de que este en todas las partes es que va con nosotros a todas.
Un abrazo