- Y al orar, no os perdáis en palabras como hacen los paganos, creyendo que Dios los va a escuchar por hablar mucho. No seáis como ellos, pues ya sabe vuestro Padre lo que necesitáis antes de que vosotros se lo pidáis. Vosotros orad así:
Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre;
venga tu reino; hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo;
danos hoy el pan que necesitamos;
perdónanos nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en tentación;
y líbranos del mal.
Porque si vosotros perdonáis a los demás sus culpas, también os perdonará a vosotros vuestro Padre celestial. Pero si no perdonáis a los demás, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras culpas."
Los apóstoles quieren aprender a rezar, como nosotros. Y los maestros espirituales nos hablan de técnicas de relajación, de métodos de oración, de mantras...Se nos sigue haciendo difícil rezar. Nos cuesta, porque olvidamos lo esencial. El padrenuestro, más allá de las palabras, nos enseña el espíritu con el que hemos de hacerlo:
- Con confianza: Convencidos de que Él ya conoce nuestras necesidades. Dios no espera la perfección de nuestra técnica, ni los éxtasis ni nuestras bellas palabras. Dios espera que nos abandonemos como hijos en sus brazos. Como niños pequeños que llaman Abba (papaíto) a su padre.
- Perdonando: No podemos acercarnos a rezar llenos de odios y rencores. No podemos llamar a Dios Abba, si no consideramos a todo hombre como un hermano. No podemos rezar si no vivimos como hermanos, si no sabemos encontrar a Dios en cada hombre.
- Desde el fondo del corazón: No importan las palabras, las fórmulas, las técnicas. Dios espera nuestro corazón. Si nuestro interior está rebosando amor, no hace falta nada más. Dios no está esperando oraciones pronunciadas como fórmulas mágicas. Lo importante no son las palabras, sino el amor que hay tras ellas. Dios espera que le amemos desde el fondo de nuestro corazón.
BON DIA JOAN JOSEP:
ResponderEliminarHoy si que no se me ha olvidado rezar el Padrenuestro, pues de buena mañana ya lo he leido en tu entrada.
Si lo meditamos bien dice tantas cosas.
Una abraçada en Crist, Montserrat
No se puede hir con el corazón ardiente,y lleno de rencor,y malas vibraciones, ha la iglesia: yo que boy de vez en cuando, por logica lo se.
ResponderEliminarUna abraçada
¡Qué hermosa oración el Padrenuestro...! En ella se resume todo lo que necesitamos y la aceptación de la voluntad de Dios en cada cosa que nos ocurra,y la certeza de su amor. Un abrazo Joan.
ResponderEliminarEn mi última entrada también hablo sobre la oración: escuchar, experimentar, dialogar... sobre todo, sentirse amado
ResponderEliminarUn abrazo
Pablo.
¿Este es el nuevo?, yo sigo sabiéndome el viejo, y cuando tengo que ir a una misa siempre me pasa que digo el antiguo, jejeje, sabes Joan, echo de menos las historias del Anacoreta, ahora tu blog es como las clases de religión y ya me he chupado muchas, que pasó con el Anacoreta?, solo es curiosidad, tus "homilias cibernéticas" no están mal, pero es que a mi el viejo maestro me gustaba mucho, que ya sabes que no soy creyente, pero respeto a los que si creéis, miles de besosssssss
ResponderEliminar¿Sabes, Susurros? Hoy he acabado de leer una novela de una gran escritora que entra a veces a comentarme. "L'agonia de Severià Vargas" de Olga Xirinacs. Es la vida, mejor la agonía, de un personaje misterioso que vive como un anacoreta en una cueva junto a una playa de Tarragona. El Anacoreta comenzó su agonía el día que se vio obligado a abandonar la Cueva. Alguien juró que no pararía hasta hacerme marchar de internet. No creo que lo consiga...,pero sí ha logrado que el Anacoreta haya muerto un poco. Pero,¿sabes?, las personas que os declaráis no creyentes, pero me visitáis me devolveis poco a poco la vida. Gracias. Un abrazo: Joan Josep
ResponderEliminarHola Joan. Saludos.
ResponderEliminarMuy bonita reflexiòn. Es verdad, lo esencial y como decia Santa Teresa de A'vila. Es tener un coloquio de amistad con Dios. Estando a solas con aquel que sabemos, nos ama. Despuès, para ella la Oraciòn del Padre Nuestro era esencial en toda su vida consagrada a papito Dios.
El Padre nuestro es màs que palabras... es amor incondicional hacia Dios, uno mismo, los hermanos y el mundo.
Fra Rodolfo de Jesùs O.Carm.
Mi querido Joan, esos alguien les llamo yo fantasmas, los hay por todos los blog y te contaré yo hoy una historia...
ResponderEliminarEstaba una sirena nadando feliz por los mares, siempre acudía a una cita secreta, en lo alto del acantilado más hermoso del Mediterráneo habitaba un Anacoreta que siempre enseñaba valiosas lecciones de vida a sus alumnos y la sirena las espiaba desde el mar. Un día acudió a su cita y vió al Anacoreta fuera de su cueva, sentado al borde del acantilado y muy sorprendida viendo la cueva vacía le preguntó:
"Maestro, que haces fuera de la cueva, y tus alumnos"
El Anacoreta se quedó muy sorprendido y le dijo a la sirena: "vete, no creo en sirenas, debes ser otro fantasma como el que habita mi cueva y me ha echado de ella"
La sirena sonrió y le dijo:
"Maestro, ni yo creo en Dios, sin embargo cuando hablas de él yo te escucho, no soy un fantasma, los fantasmas crecen cuando vencen, no soy más que una sirenita, pero déjeme que hoy sea yo quien le de un consejo, vuelva a la cueva, convoque a sus alumnos e ignore al fantasma, en cuanto se les ignora, al igual que las sirenas, desaparecen, ¿no cree que vale más lo que opinen el resto de personas que no un simple fantasma?, si deja que él venza tomará fuerza y quienes desaparecerán seran sus alumnos y quedarán perdidos sin sus enseñanzas"
No se el final de la historia, lo mismo tú la sabes, crees que el Anacoreta volvió a la cueva ignorando al fantasma y haciéndole desaparecer y siguió predicando sus enseñanazas en la cueva y sus alumnos siguieron creciendo como personas y la sirenita espiando desde el mar sus bellas palabras?, ummm, ya me contarás, un abrazo achuchado de los que reconfortan y miles de besosssssssssss
La mejor oración, en la que se resume todo y la más sencilla; de las. digamos establecidas, es la que más me gusta y la que rezo habitualmente, me ayuda en la oración personal que sigue siendo "mi caballo de batalla"
ResponderEliminarUn abrazo
Lo que hace hibernar .....
ResponderEliminarEncuentro a susurros y la respuesta que le das.
Esta sirena sabe mucho y me gusta. No creo en fantasmas pero , de haberlos, solo hacen un papel; hacer reir, como los payasos.
En anacoreta no ha muerto ni poco ni mucho, se ha ido a un rincón diferente. Nada más.
Ya sabes lo que pienso del hombre, es un loco sin solución.
Un besazooooooooooo