Existen muchas maneras de acabar el día... Marie Noël nos enseña esta:
"Cuando era pesimista,
me dedicaba al final de cada día
a rebuscar y limpiar mi conciencia llena de pecados.
Ahora hago las cuentas de manera diferente por la noche...
Observo, en mi corazón, todo cuanto he recibido
de los otros a lo largo de día,
cuánta gente de buen corazón a venido a ayudarme
en mi pobreza, mi impotencia,
en mi incapacidad;
las personas que me han hecho bien,
más numerosas que las que me han hecho mal.
Para todas ellas canto las alabanzas de la tarde,
mis letanías de agradecimiento.
Y después de echar las cuentas
y poner mis cosas en orden,
me quedo dormida dulcemente,
reuniendo en mis manos casi vacías
la bondad de Dios y la gracia del ser humano"
(Marie Nöel)
Esa es una magnífica forma de acabar el día, a veces si en la balanza solo ponemos las cosas malas, por pocas que sean, siempre pesarán más, pongamos las buenas, miles de besosssssssssssss.
ResponderEliminarCuando llega la noche, pienso que devo de hir ha dormir temprano, pues me lebanto ha las cuatro y media,cuando no!sea nterrumpido el sueño por el llanto de los niños,preparando viverones y cambiando pañales.
ResponderEliminarSoy abuelo, tengo nietos en casa que alguna vez me han hecho levantar, para hir ha hurgencias.
Creedme; si hos digo que me boy ha dormir tan tranquilo, como un insconciente: si es que se le puede llamar ha si,ha los que sabemos que no somos perfectos, pero solo por eso no se tienen remordimientos. Una abraçada
Es una estjupenda manera de terminar el día, una acción de gracias por todo lo positivo que nos ha ocurrido y, en el recuerdo, siempre habrá una oración por quienes hicieron que todo ello fuera posible
ResponderEliminarUn abrazo y feliz día
Acabar el día , dando grácias por todo lo que recibimos de los demás , es la mejor manera de reconocer la bondad de Dios,y compartir con los demás ese amor que recibimos. Un abrazo.
ResponderEliminarHay cierta tendencia heredada de sentimiento de culpabilidad y masoquismo que muchas veces, más que ayudarnos, nos desvía del encuentro con Dios y con esa paz interior tan necesaria.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pablo.
Madre mía, Julio! Es increíble la cantidad de faltas de ortografía que tienes en seis líneas.
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