Hablaban nuestros dos amigos sobre el evangelio del día. El joven seguidor dijo:
- Realmente, eso de perdonar setenta veces siete, es decir, siempre, es muy difícil por no decir imposible.
Sonrió el Anacoreta mientras decía:
- Sí. Pero este texto, junto al de amar a los enemigos, es central en el cristianismo. Lo entendió muy bien Gandhi, que no era cristiano, cuando dijo a propósito de la vida de Jesús: "Leyendo toda la historia de esta vida...me parece que el cristianismo está todavía por realizar...Mientras no hayamos arrancado la violencia de la civilización, Cristo no ha nacido todavía".
Guardó unos momentos de silencio y añadió:
- El ojo por ojo, nuestra justicia, que demasiadas veces no es sino venganza encubierta, las heridas sin cerrar en nuestro corazón, son fruto de la violencia.
Miró al joven seguidor y prosiguió:
- Ciertamente es muy difícil, y a veces negativo, hablar a la víctima sobre el perdón. Es algo que no puede exigirse, ni siquiera predicar. El perdón ha de brotar de nuestro interior. Y para ello debemos crear un clima propicio.
Puso una mano sobre el hombro del joven a la vez que decía:
- ¿Te has fijado? Nuestra sociedad ha ganado mucho en sensibilidad sobre los derechos humanos y, en cambio, cada vez vemos más normal utilizar la violencia para arreglar los problemas. "A estos les daba yo una buena paliza y verás como ya no roban más"."¡Qué esperan a mandar un misil a la cabeza de Gadafi!"."¿Terroristas? Con ellos empleaba la ley de fugas y todo resuelto". Cada vez oímos más frases como estas...Sin embargo, la violencia no soluciona el problema, lo aparca, lo oculta. El mal no se puede detener con el mal, ni la injusticia con la injusticia. El problema está en que querríamos soluciones rápidas...y eso no es posible.
El joven preguntó:
- Entonces, ¿qué podemos hacer?
Sonrió el Anacoreta al responder:
- Sembrar bondad. Sembrar paz. Sembrar amor. Reconocer nuestros errores, perdonarnos a nosotros mismos e intentar perdonar a los demás. Cerrar heridas, aunque quede la cicatriz.
Viendo la expresión del joven rió y concluyó:
- Ya sé. Parece muy utópico. Teorías, te dirán otros. Pero es tan difícil llevarlo a la práctica...Y es el único camino por el cambiaremos este mundo...
AI GERMÀ, I TAN DIFICIL COM E PERDONAR SSE RANCUNIA. "EL PERDONO, PERO NO OLVIDO", ES POSA MOLT A LA PRACTICA.
ResponderEliminarQUE HI FAREM.
SI LES COSES SON AIXI.
SAPS JA HI COMENÇAT EL NOU ITINERARI DE REUNIONS A LA PARROQUIA PER MEDITAR ELS EVANGELIS.
EL LLIBRET ES DIU "OJALÁ ESCUCHÉIS HOY SU VOZ"
Y es el bisbe de Valencia D. Carlos Osorio el que ens ha animat.
PAU I BE.
Una abraçada, Montserrat
Si todos dicen ser lo que son, y no van disfrazados,Si que hay razones parqa sembrar la semilla del perdon y del amor: Pero todos sabemos que en el nombre de Dios y con avito de monge; se viste el diablo.
ResponderEliminarNo se puede perdonar al diablo, y ha sus servidores: y mas si no son conscientes que sirven al diablo. No me fio de los que cogen el fusil en el nombre de Dios- y de Ala, prefiero no creer en nada y ser humano.
No holvidemos que los derechos humanos no salieron de ninguna religión, si ni de hombres libres de pensamiento una abraçada
Molt d'acord amb el teu comentari al meu post d'ahir sobre l'eternitat, que ningú coneix i és pura especulació.
ResponderEliminarPensava, escoltant el sermó funeral, que Jesús sí que havia vingut a predicar o portar l'amor i la pau, però que havia de ser perquè la repartíssim entre nosaltres, o sigui, per exercitar-la amb la gent i sempre, aquí i ara. No pas per esperar boniques escenes acolorides al que en diem l'altre món.
Utopia, certament, i de difícil aplicació, pel que anem veient amb les guerres del Mediterrani.
Gràcies per la teva presència.
Ojo por ojo y el mundo acabará ciego. No recuerdo quien lo dijo pero así es. Saludos desde El Maresme
ResponderEliminarLes utopies tendeixen a fer-se realitats.
ResponderEliminarSiempre será mejor sembrar utopias, pensando que a lo mejor algún día se hacen realidad, que hablar solo de lo mal que está todo,de lo negativo, de lo mal que lo hacen los demás y la verdad es que parece que éso es lo que se lleva ahora, intentar pensar en positivo, ayudar destacando lo bueno, que también existe y poner amor no solo en lo que se hace, sino también en lo que se dice, está totalmente pasado de moda
ResponderEliminarUn abrazo
De siempre me gustó Gandhi¡¡ Este hombre valía , tres veces, su peso en oro ( estaba tan delgadoooooooo ) Vaya frase con miajón ¡¡¡( la suya)
ResponderEliminarJoan, me gusta el amor y el perdón, lo sabes pero, ahora viene el "pero"...
¿ perdonamos al cabrón ( con perdón) que nos viola un niño ) ¿ Qué se hace con Gadafi ? ¿ Se le deja ? ¿ Cerramos el oído a las gentes que son oprimidas, mal viven, y mueren en la miseria por su culpa? ¿ Se les niega la ayuda que piden a gritos?
Ok, aceptado ese "que si" para ayudarles y.... ¿ se deja, ya perdonado, al dictador en un parque de atracciones? ¿ cárcel y que se confiese cada dos días ?..... Acepto, de verdad, el hecho de perdonar, lo digo en serio, lo malo, es saber que se hace con los que matan a sangre fría poniendo bombas, los que violan escudados en una posición de ventaja, los que machacan a su prójimo por el placer de verle sufrir.... y tantas y tantas aberraciones que cada día inventamos.
Yo soy de las que piensa que algunos "enemigos" le ponen sal a la vida y nos hacen sonreir y , si me apuras, nos hacen estár atentos en un afan de superación. Otros, no hay perdon que valga porque de ellos nace un daño irreparable.
Siete veces setenta, si los "malos" son muchos, no es siempre. Ja.
Un besooooooo
Gloria. Yo no puedo pedirle a la madre del hijo violado que perdone. Yo no puedo pedirle a la víctima que perdone...Pero sí sé, que no soy nadie para juzgar al criminal. Y también sé que lo único que podrá curar a la víctima es el perdón. Pero eso lo ha de descubrir ella...Un abrazo: Joan Josep
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