El filósofo Martin Buber, en su libro El camino del hombre, cuenta la siguiente anécdota:
"Un día en que el rabí Mendel de Kosk recibía a unos huéspedes eruditos, les sorprendió preguntándoles a quemarropa:
- ¿Dónde habita Dios?
Ellos se rieron de él:
- ¡Qué cosas se le ocurren! ¿Acaso no está el mundo lleno de su gloria?
Sin embargo, fue el mismo rabí quien dio respuesta a la pregunta:
- Dios habita allí donde le dejamos entrar."
El filósofo sigue comentando que sólo podemos dejarle entrar allí donde nos encontramos, donde vivimos una vida auténtica. Buber no se refiere a un lugar físico. Ese lugar donde vivimos realmente, es nosotros mismos cuando nos hemos quitado todas las máscaras, las ideologías, los prejuicios...En el hombre sencillo, es donde habita Dios, porque tiene las puertas de su corazón abiertas de par en par. Él sabe ver a Dios en cada una de las personas que se le acercan, en los niños, los pobres, los enfermos. Los simpáticos y los antipáticos. Lo sabe ver en un rayo de luz, una florecilla, un paisaje... Por eso Jesús nos dijo en las bienaventuranzas:
- Felices los puros de corazón, porque ellos verán a Dios.
Hola Joan Josep:
ResponderEliminarEl relato de hoy, me recuerda un poco a los de Toni de Mello.
Y a mi me encanta.
Una abraçada, Mointserrat
Había escrito un comentario algo largo pero se me ha ido y soy incapaz de repetirlo, lo siento
ResponderEliminarsolo decir que me gusta la frase:
"Dios habita allí donde le dejamos entrar"
Procuremos tener la puerta siempre abierta para que pueda entrar
Un abrazo
Esque la verdadera felicidad, esta en el corazon puro,y mente abierta.
ResponderEliminarPero estamos llenos, de incentidumbres, no savemos si acertamos en las conclusiones, y determinaciones: debemos de guiarnos por la conciencia, una abraçada julio
siempre, digo:No busques en la caza, porque el cielo está en ti, ahí que encuentas a Dios.
ResponderEliminarcon respecto a tu escrito, está muy bien, felicidades.
un abrazo.
el escritor:Gonzalo