Aquel buen hombre estaba triste y desesperado. Cuanto más se examinaba, menos cualidades se veía. Le habría gustado ser un predicador de verbo encendido y se cortaba cuando hablaba en público. Quizá podría haber escrito estupendos libros de espiritualidad, pero no se le ocurría nada ante la página en blanco. Su carácter no era precisamente afable y atrayente...
- ¿Cómo puedo mostrar el Señor a los otros con tan pocas cualidades?
Lo miró el Anacoreta con simpatía. Luego, no me preguntéis cómo, lo llevó a orillas de un lago.
- ¿Qué ves? - le preguntó el Solitario.
- Un paisaje maravilloso. Un lago junto al que me gustaría vivir - respondió el visitante.
Luego, tampoco me preguntéis cómo, el Anacoreta llevó al hombre junto a una charca de aguas sucias y pestilentes.
- ¿Qué ves? - volvió a preguntarle
- Una charca de aguas sucias en la que se refleja la luna - respondió el hombre.
Rió el Anacoreta, y pasándolo el brazo por la espalda, le dijo:
- En el lago también se reflejaba la luna. Pero era tal la belleza del conjunto que no te fijaste. Uno queda prendado de las bellas palabras que pronuncian los grandes predicadores, de los bellos libros que escriben, pero no ven lo más importante: Dios reflejado en ellos.
Lo miró con simpatía y añadió:
- Tú eres como la charca, quizá no hablas ni escribes bien, no eres un bello paisaje, pero todos verán a Dios reflejado en ti, porque eres una buena persona. Anda. No te preocupes. Sé charca...y refleja la luna...
Y el buen hombre se fue más contento que unas castañuelas...
(Publicado en la Cueva del Anacoreta hace tres años)
Un bon article per fer créixer l'autoestima, penso, quan aquesta queda distorsionada cap al no-res per múltiples factors.
ResponderEliminarConec la música, em sembla... Queda molt bé al teu espai.
Una abraçada.
Una impresionante entrada.
ResponderEliminarUn abrazo querido Joan, desde el viejo reyno
Aiara
No sabemos nunca cual será el espejo a través del cual podremos mostrar a Dios, el lago y la charca son dos ejemplos muy claros de los diferentes caminos que tenemos para ello
ResponderEliminarUn abrazo y buen finde
Molt bonica aquesta entrada, no tothom va per la vida trepitjant els altre , també hi ha moltes persones que prediquen la humilitat...però també cal que s'adonin que segur que ells tenen coses bones per compartir i que ningú és més que ningú...
ResponderEliminarBon diumenge,
M. Roser