El Anacoreta recordaba la gran cantidad de antenas que poblaban los tejados de las casas en su juventud. Ahora, las parabólicas comunitarias las habían reemplazado. Sin embargo aparecían las grandes antenas de telefonía móvil.
- Ya ves - dijo el anciano - sin antena no podemos conectarnos.
Sonrió maliciosamente y añadió:
- Hemos olvidado que la Fe no es una conquista, sino un don que recibimos. Necesitamos "antenas". Debemos desarrollar los órganos de la "receptividad".
Como el joven seguidor miraba con cara de no enterarse nada, el Anacoreta se explicó:
- ¿Cuáles son? Pues..., ESPERAR, ESCUCHAR, PEDIR, ESTAR ATENTOS A LOS PEQUEÑOS DETALLES, ADMIRAR, CONTEMPLAR...
Y los dijo así, con mayúsculas, para que quedaran claros...
Entregarse,comprender,compartir,agradecer,sonreir,perdonar y con todo, ir creciendo para que esa fé se haga presente.Los dones aparecen como brotes incipientes sin darnos cuenta,para nuestra satisfacción y la del otro.
ResponderEliminarBesucos respetuosos
Gó
Me gustan esas "antenas" de las que hablas, parecen de lo más sencillo ya que son cosas que hacemos todos los días, pero muchas veces sin ser conscientes de ellas, si lo fuéramos seguro que les daríamoss mucha más importancia y no nos desconectaríamos tan facilmente
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por tantas pequeñas que nos vas dejando cada día para ayudarnos a recorrer nuestro camino