Oímos hablar todos los días sobre que la sociedad debe ser laica, pero no siempre tenemos claro este concepto. Tradicionalmente el término laico se usaba en la Iglesia para denominar a las personas que no habían recibido el sacramento del Orden. La sociedad se dividía por consiguiente en clérigos y laicos. A partir de la Ilistración, el término laico determina la separación de Iglesia y Estado. Laico es aquello que prescinde de lo religioso. Así hablamos, por ejemplo, de "escuela laica".
Pero el término laicismo se interpretar de dos formas diferentes. El que señala la autonomía del Estado y la política, de las religiones y de las ideologías, incluídas las ateas y agnósticas. Y el que se interpreta como la actitud que quiere preservar a la sociedad de la influencia de la religión eliminándola totalmente.
Nos encontramos así con tres modelos de sociedad laica:
- Un modelo excluyente: Intenta eliminar toda presencia pública de lo religioso, tanto en ideas como en símbolos. Lo religioso sólo se admite en el ámbito estrictamente privado.
- Un modelo indiferente: Intenta ignorar todo lo que signifique religión, admitiendo sólo las manifestaciones populares como actos folkóricos.
- Un modelo inclusivo: Manteniendo la separación entre Estado y movimientos religiosos, los acepta como una aportación positiva al proceso de realización de las personas, la promoción de los valores y la cohesión social.
El primer modelo, pretendiendo ser aconfesional, hace del ateismo una creencia, la creencia absoluta de que Dios no existe y de que su sóla idea es nefasta para el hombre. Como todos los estados confesionales conduce al fundamentalismo; porque hay fundamentalismos religiosos, pero también los hay ateos. Basta mirar la historia.
El segundo modelo reduce la religión a una mera anécdota, a lo externo, a lo superficial y pierde toda la riqueza que puede aportarle la espiritualidad.
El primer modelo, pretendiendo ser aconfesional, hace del ateismo una creencia, la creencia absoluta de que Dios no existe y de que su sóla idea es nefasta para el hombre. Como todos los estados confesionales conduce al fundamentalismo; porque hay fundamentalismos religiosos, pero también los hay ateos. Basta mirar la historia.
El segundo modelo reduce la religión a una mera anécdota, a lo externo, a lo superficial y pierde toda la riqueza que puede aportarle la espiritualidad.
El tercer modelo es el que contempla la Constitución española. Pero ese modelo es inviable sin diálogo, comprensión mútua y separación real de poderes. Este modelo exige el respeto al otro y la aceptación de la diferencia...No es un modelo fácil, pero posiblemente es el único capaz de enriquecer nuestra sociedad...
Bones tardes Joan Josep.
ResponderEliminarPues mira, para mi los proincipios Cristianos que me dieron mis padres y en la Escuela, ha sido a lo largo de mi vida como un regalo.
Pensar en Jesús, hace que no me encuentre sola en momentos de aflicción.
si pensamos que el Señor es nuestro Pastor, que regalo más grande para nuestra mente.
Una abraçada germá, Montserrat
Laico:
ResponderEliminarSegún lo define el diccionario de la lengua española:
Del lat. laĭcus.
1. adj. Que no tiene órdenes clericales.
2. adj. Independiente de cualquier organización o confesión religiosa. Estado laico. Enseñanza laica.
Cómo sabéis la lengua española es versátil en muchos de sus vocablos y siempre dependerá del contexto en el que nos encontremos.
Claro que si queremos la separación total de Iglesia y Estado; y la queremos, yo por lo menos; lo mejor es utilizar el término seglar y así no tenemos nada que ver con el laico aconfesional. Y dicho sea de paso, es imposible una separación total de Iglesia y Estado si los católicos no nos comprometemos con la financiación de la Iglesia, y no es suficiente poner la X en la declaración de la renta, hay además que comprometerse con una aportación económica regular, seria y comprometida. Y esto afectaría también a sacerdotes, que también tienen su pequeño sueldo; bueno no tan pequeño. Para que tengáis una pequeña idea, conozco algunas personas con ingresos mensuales de 365 €/ mes. Si, no exagero, lo digo en serio. Estos logicamente estarían excluidos de financiar a la Iglesia. El resto, no. Éste es, a mi juicio, un tema más serio de lo que a simple vista nos pueda parecer. En cierta medida y mientras la Iglesia no consiga la autonomía, todos seremos responsables en distinto grado de muchas de las leyes ateas que elabora el Senado, es decir, el Estado. Pensadlo, el Señor nos va a pedir algún día responsabilidades. Todo lo que tenemos nos lo ha dado Él, ¿qué contestaremos cuando nos pregunte algún día en qué hemos empleado los bienes (también económicos) que nos ha dado?
ResponderEliminarYO no entraré en asuntos políticos(a veces juegan con la buena voluntad)pero en mi experiencia de Iglesia,veo que NO DEBE de HABER OBLIGACIONES NI DECRETOS para ser o no cristiano.Es una opción libre, sobretodo.
ResponderEliminarBien,hay personas incluyendo a los políticos,que "usan" la Iglesia cuando lo necesitan.LLevan a sus hijos a hacer la Primera Comunión,se casan,hacen funerales,sin creer en lo que hacen,pero ahí están.
Nadie debe IMPONER DE UNO U OTRO LADO.
Seamos sensatos y coherentes.
Besucos respetuosos
Gó