"El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro muy temprano, cuando todavía estaba oscuro, y vio quitada la piedra que tapaba la entrada.
Corrió entonces a donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, aquel a quien Jesús quería mucho, y les dijo:
– ¡Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto!
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María se quedó fuera, junto al sepulcro, llorando. Y llorando como estaba, se agachó a mirar dentro
y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y el otro a los pies.
Los ángeles le preguntaron:
– Mujer, ¿por qué lloras?
Ella les dijo:
– Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto.
Apenas dicho esto, volvió la cara y vio allí a Jesús, aunque no sabía que fuera él.
Jesús le preguntó:
– Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?
Ella, pensando que era el que cuidaba el huerto, le dijo:
– Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto, para que yo vaya a buscarlo.
Jesús entonces le dijo:
– ¡María!
Ella se volvió y le respondió en hebreo:
– ¡Rabuni! (que quiere decir “Maestro”).
Jesús le dijo:
– Suéltame, porque todavía no he ido a reunirme con mi Padre. Pero ve y di a mis hermanos que voy a reunirme con el que es mi Padre y vuestro Padre,mi Dios y vuestro Dios.
Entonces fue María Magdalena y contó a los discípulos que había visto al Señor, y también lo que él le había dicho."
Hoy celebramos la festividad de María Magdalena. A ella, se le apareció Jesús la primera tras su resurrección. Porque se quedó junto al sepulcro llorando. El Papa Francisco, en una homilía del 2 de abril del 2013, dijo que María Magdalena es un ejemplo de que, a veces, los prismáticos para ver a Jesús son las lágrimas. Es en los momentos oscuros, cuando tenemos la experiencia de la presencia de Jesús. Las lágrimas nos impiden ver con claridad las cosas físicas, pero nos ayudan a penetrar en los corazones; nos dan otra visión más penetrante. Cuando vemos el dolor ajeno, las injusticias, el sufrimiento y nos emocionamos, es cuando podemos ver a Jesús. La empatía, la compasión, la misericordia con el que sufre, nos preparan para encontrar a Jesús.
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Quan veiem el dolor dels altres, ens preparem per trobar Jesús. Pare Nostre. Gràcies
ResponderEliminarGràcies Joan Josep, entrar en el teu blog, es recordar a Jesús i retrobarlo.Una abraçada, Montserrat
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