"Pedro se volvió y vio que detrás de él venía el discípulo a quien Jesús quería mucho, el mismo que en la cena había estado junto a él y le había preguntado: “Señor, ¿quién es el que va a traicionarte?” Cuando Pedro le vio, preguntó a Jesús:
–Señor, ¿y qué hay de este?
Jesús le contestó:
– Si yo quiero que permanezca hasta mi regreso, ¿qué te importa a ti? Tú sígueme.
Por esto corrió entre los hermanos el rumor de que aquel discípulo no moriría. Pero Jesús no había dicho que no moriría, sino: “Si yo quiero que permanezca hasta mi regreso, ¿qué te importa a ti?”
Este es el mismo discípulo que da testimonio de estas cosas y lo ha escrito. Y sabemos que dice la verdad.
Jesús hizo otras muchas cosas. Tantas que, si se escribieran una por una, creo que en todo el mundo no cabrían los libros que podrían escribirse."
Jesús nos ama a cada uno de nosotros de una manera especial. Nos llama a cada uno a un seguimiento distinto. No debemos preocuparnos por lo que hacen los demás, sino preguntarnos si nosotros estamos haciendo lo que debemos hacer. Si lo seguimos con total entrega.
"Ahora el personaje central del relato no es Pedro sino el Discípulo Amado, quien es presentado como el garante de las tradiciones de Jesús escritas en el libro. Este es el testimonio: “el otro discípulo al que Jesús tanto quería” (v. 20): un discípulo que no pertenece a los que han estado con Él durante la Última Cena, pero que tuvo un papel central en la comunidad cristiana. ¿Tiene algún significado eclesial esta mención discipular para nosotros, Iglesia hoy? La estructura que nos hace ser Iglesia no se reduce a un centro y una sucesión apostólica: la jerarquía; sino su dimensión carismática y normativa: la identidad de discípulo es en razón del Evangelio, que es fundamentalmente persona. La finalidad es conservar en la comunidad la comunión en la diversidad; donde el ministerio o la función corresponde al ámbito de la pastoral y ha de renovarse constantemente. En definitiva, lo decisivo tiene que ser, para todos en la Iglesia, el seguimiento y encarnación en el Espíritu del maestro de Nazaret en la cotidianidad." (Koinonía)
"Ahora el personaje central del relato no es Pedro sino el Discípulo Amado, quien es presentado como el garante de las tradiciones de Jesús escritas en el libro. Este es el testimonio: “el otro discípulo al que Jesús tanto quería” (v. 20): un discípulo que no pertenece a los que han estado con Él durante la Última Cena, pero que tuvo un papel central en la comunidad cristiana. ¿Tiene algún significado eclesial esta mención discipular para nosotros, Iglesia hoy? La estructura que nos hace ser Iglesia no se reduce a un centro y una sucesión apostólica: la jerarquía; sino su dimensión carismática y normativa: la identidad de discípulo es en razón del Evangelio, que es fundamentalmente persona. La finalidad es conservar en la comunidad la comunión en la diversidad; donde el ministerio o la función corresponde al ámbito de la pastoral y ha de renovarse constantemente. En definitiva, lo decisivo tiene que ser, para todos en la Iglesia, el seguimiento y encarnación en el Espíritu del maestro de Nazaret en la cotidianidad." (Koinonía)
"Pedro se volvió y vio que detrás de él venía el discípulo a quien Jesús quería mucho, el mismo que en la cena había estado junto a él y le había preguntado: “Señor, ¿quién es el que va a traicionarte?” Cuando Pedro le vio, preguntó a Jesús:
ResponderEliminar–Señor, ¿y qué hay de este?
Jesús le contestó:
– Si yo quiero que permanezca hasta mi regreso, ¿qué te importa a ti? Tú sígueme."
Jesús nos ama a cada uno de nosotros de una manera especial. Nos llama a cada uno a un seguimiento distinto. No debemos preocuparnos por lo que hacen los demás, sino preguntarnos si nosotros estamos haciendo lo que debemos hacer. Si lo seguimos con total entrega.
"Ahora el personaje central del relato no es Pedro sino el Discípulo Amado, quien es presentado como el garante de las tradiciones de Jesús escritas en el libro. Este es el testimonio: “el otro discípulo al que Jesús tanto quería” (v. 20): un discípulo que no pertenece a los que han estado con Él durante la Última Cena, pero que tuvo un papel central en la comunidad cristiana. ¿Tiene algún significado eclesial esta mención discipular para nosotros, Iglesia hoy? La estructura que nos hace ser Iglesia no se reduce a un centro y una sucesión apostólica: la jerarquía; sino su dimensión carismática y normativa: la identidad de discípulo es en razón del Evangelio, que es fundamentalmente persona. La finalidad es conservar en la comunidad la comunión en la diversidad; donde el ministerio o la función corresponde al ámbito de la pastoral y ha de renovarse constantemente. En definitiva, lo decisivo tiene que ser, para todos en la Iglesia, el seguimiento y encarnación en el Espíritu del maestro de Nazaret en la cotidianidad." (Koinonía)
Es d'esperar que els apòstols no parlessin castellà entre ells. Ara que som a la Pentecosta, que l'Esperit doni als castellans i alos que parlen i escriuen en castellà un bon do de llengües.
ResponderEliminarO hem de creure que l'Esperit primava el castellà?
Una abraçada.