martes, 25 de junio de 2019

NUESTROS FRUTOS


"¡Cuidado con los falsos profetas! Vienen a vosotros disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos feroces. Por sus frutos los conoceréis, pues no se recogen uvas de los espinos ni higos de los cardos. Así, todo árbol bueno da buen fruto; pero el árbol malo da fruto malo. El árbol bueno no puede dar mal fruto, ni el árbol malo dar fruto bueno. Todo árbol que no dé buen fruto será cortado y arrojado al fuego. De modo que por sus frutos los conoceréis."


Lo importante son nuestros frutos, no nuestras apariencias. Podemos predicar mucho, hablar mucho y actuar contrariamente a lo que decimos. Cuando nuestra actitud es falsa hacemos mucho daño a los demás. Mucha gente se aleja de la Iglesia por que no producimos frutos.
"Jesús en este texto de Mateo nos prepara para no caer en un peligro que acecha a todos y que no viene de fuera de las comunidades cristianas por una persecución religiosa, sino de dentro de la comunidad. Es un peligro más oculto pero que hace más daño que la misma persecución. Se trata de la hipocresía. Es la falta de coherencia entre el mensaje que predicamos y la vida que vivimos. Consiste en mantener simplemente las apariencias olvidando la profecía. Este comportamiento hace tanto daño como los lobos rapaces hacen con un rebaño. Las personas en ocasiones nos presentamos como corderos pero por dentro somos lobos. Por eso Jesús coloca un comprobante para distinguir a los falsos profetas de los verdaderos: los frutos. Con frecuencia estos profetas ni se dan cuenta de que lo son porque su única pretensión es aparecer como gente ejemplar, por fuera luchando para presentar una imagen de honradez, pero tienen apagado el fuego de la profecía del evangelio. ¿Cuáles son los frutos que ofreces a la Comunidad?" (Koinonía) 

1 comentario:

  1. "¡Cuidado con los falsos profetas! Vienen a vosotros disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos feroces. Por sus frutos los conoceréis, pues no se recogen uvas de los espinos ni higos de los cardos. Así, todo árbol bueno da buen fruto; pero el árbol malo da fruto malo. El árbol bueno no puede dar mal fruto, ni el árbol malo dar fruto bueno. Todo árbol que no dé buen fruto será cortado y arrojado al fuego. De modo que por sus frutos los conoceréis.""Jesús en este texto de Mateo nos prepara para no caer en un peligro que acecha a todos y que no viene de fuera de las comunidades cristianas por una persecución religiosa, sino de dentro de la comunidad. Es un peligro más oculto pero que hace más daño que la misma persecución. Se trata de la hipocresía. Es la falta de coherencia entre el mensaje que predicamos y la vida que vivimos. Consiste en mantener simplemente las apariencias olvidando la profecía. Este comportamiento hace tanto daño como los lobos rapaces hacen con un rebaño. Las personas en ocasiones nos presentamos como corderos pero por dentro somos lobos. Por eso Jesús coloca un comprobante para distinguir a los falsos profetas de los verdaderos: los frutos. Con frecuencia estos profetas ni se dan cuenta de que lo son porque su única pretensión es aparecer como gente ejemplar, por fuera luchando para presentar una imagen de honradez, pero tienen apagado el fuego de la profecía del evangelio. ¿Cuáles son los frutos que ofreces a la Comunidad?" (Koinonía)

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