"No deis las cosas sagradas a los perros, no sea que se revuelvan contra vosotros y os hagan pedazos. Y no echéis vuestras perlas a los cerdos, para que no las pisoteen.
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Así pues, haced con los demás lo mismo que queréis que los demás hagan con vosotros. Esto es lo que mandan la ley de Moisés y los escritos de los profetas.
Entrad por la puerta estrecha. Porque la puerta y el camino que conducen a la perdición son anchos y espaciosos, y muchos entran por ellos; pero la puerta y el camino que conducen a la vida son estrechos y difíciles, y pocos los encuentran."
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A Jesús no se le puede seguir por autopistas. La senda es estrecha. Este camino no se lo podemos mostrar a todos. Muchos lo despreciarán. La puerta es estrecha, pero es la puerta de su corazón.
"Las cosas santas y las perlas son el evangelio del reino, es el proyecto de Jesús, quién, en este texto, compara el reino de Dios con una perla, la más fina del mercado. Tirar las perlas a los cerdos o a los perros es tirarlas a los que no se interesan por ellas y viven de espalda al evangelio. Es como un comerciante de perlas finas que regala la más fina al que no aprecia el valor de la perla y la tira y pisotea. Una advertencia sabia siempre, especialmente a la hora de la nueva evangelización. El Evangelio es para toda la humanidad, pero ante los que no lo aceptan solo nos queda limpiarnos el polvo de las sandalias y caminar a otra frontera. El evangelio no es un camino fácil, es una puerta estrecha, exige conversión, exige una vida alternativa, una vida contra corriente. Pero es una puerta que nos conduce a una vida plena, ya aquí en este mundo, y más allá en la vida eterna. ¿Tu vida es un reflejo del Evangelio?" (Koinonía) |
"No deis las cosas sagradas a los perros, no sea que se revuelvan contra vosotros y os hagan pedazos. Y no echéis vuestras perlas a los cerdos, para que no las pisoteen.
ResponderEliminarAsí pues, haced con los demás lo mismo que queréis que los demás hagan con vosotros. Esto es lo que mandan la ley de Moisés y los escritos de los profetas.
Entrad por la puerta estrecha. Porque la puerta y el camino que conducen a la perdición son anchos y espaciosos, y muchos entran por ellos; pero la puerta y el camino que conducen a la vida son estrechos y difíciles, y pocos los encuentran."
A Jesús no se le puede seguir por autopistas. La senda es estrecha. Este camino no se lo podemos mostrar a todos. Muchos lo despreciarán. La puerta es estrecha, pero es la puerta de su corazón.